25 de octubre 2023 - 21:20

Cambalache político: jefaturas impensadas, vuelta al bipartidismo y golpes a un fantasma

La implosión de Juntos por el Cambio y la reunificación del peronismo deja abierto un mapa que excede a la segunda vuelta electoral.

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Si hace unos años, no tantos, hubiese llegado un viajero del tiempo para contar que Gerardo Morales y Martín Lousteau en el futuro iban a expulsar en vivo y en directo -para todo el país- a Mauricio Macri de Juntos por el Cambio (JxC) habríamos esbozado una sonrisa. Acaso el esbozo habría mutado a una risa menos disimulada cuando el viajero anunciara que en 2023 el jefe del peronismo sería Sergio Massa, con Axel Kicillof como ladero manteniendo a raya a La Cámpora, con apenas unas palabras de reconocimiento al pasado -sí, pasado- de Cristina Kirchner. La aparición de Javier Milei ingresaría, directamente, en el terreno del delirio del nuestro Marty McFly.

Pero la política dio estas vueltas y, como se divisaba apenas terminadas las elecciones, los dos principales espacios políticos entran en el campo de las reconfiguraciones. JxC deshecho en jirones con serios riesgos de defunción (o con recambio generacional de liderazgos). El peronismo rearmado, tal vez unificado.

Bipartidismo

La implosión de JxC con el radicalismo acusando al tándem Macri-Patricia Bullrich de dinamitar la alianza que los llevó a gobernar el país entre 2015-2019 y ser la mayor expresión tanto de la centroderecha como del antiperonismo -con todos sus puntos de contacto-, será un modelo para armar. ¿Saldrán los dos partidos tradicionales del frentismo en el que se zambulleron en la última década bajo la premisa de que solos “no alcanza”? ¿Se volverá a ver en el cuarto oscura la vieja Lista 3 de la UCR y la Lista 2 para el PJ, con nombres menos rimbombantes y sin apelar a las metáforas?

La cena de Macri con Bullrich, Milei y su hermana Karina, supuestamente tiró por la borda aquella máxima de Cristina: los agravios ya no caducan en seis meses. Con un poco de buena voluntad, en un par de días puede haber un estrechón de manos. Dicen los cercanos que no hubo acuerdos programáticos, ni reparto de cargos, ni nada por el estilo. Fue, tal vez, la estocada final de Macri. En su entorno niegan premeditación, pero la escena del crimen está plagada de huellas: menosprecio a los radicales, desgaste a Rodríguez Larreta, guiños a Milei pos PASO, abrazo a Milei pos elecciones. Menú de pasos.

La furia UCR estalló pronto. También Elisa Carrió y la CC. Expulsaron a Macri y a Bullrich. Era lógico. En especial luego de que Bullrich se apropiara de los 6 millones de votos de JxC. Ahora, resta atar los eslabones siguientes: ¿Buscarán los radicales una nueva concertación con el peronismo, ahora bajo el poder de Massa? En ese caso, Milei se potenciará como jefe de la oposición. Otra alternativa será una reconfiguración como alianza opositora, pero con centralidad UCR. Con sus gobernadores, intendentes, legisladores. Con la fuerza territorial. Hacia allí podrían confluir dirigentes del PRO como Rodríguez Larreta o el electo gobernador de Entre Ríos Rogelio Frigerio, quienes también se inclinaron públicamente por la neutralidad. Lejos de Macri.

En ese sentido, la paradoja es, justamente, la aparición de una nutrida liga de gobernadores, con mayoría radical. Algunos ni siquiera se sentarán en la mesa. Otros buscarán rearmar JxC desde las provincias hacia CABA, invirtiendo la lógica que imperó hasta ahora. Con referentes más jóvenes: el propio Frigerio, Maximiliano Pullaro (electo en Santa Fe, referenciado en Lousteau), Gustavo Valdés (Corrientes) o Ignacio Torres (electo en Chubut). Son, a hoy, los únicos garantes.

Fantasmas

Macri le ofrendó el “Cambio” a Milei. El nuevo spot del libertario, ya no anticasta, empieza con esa palabra. Pero en violeta y no en amarillo. Un cambio de color, nomás, pero el mismo bagaje conceptual. La excusa de la unión es pegarle a un fantasma: pelearán contra el kirchnerismo. Tiempo atrás, uno de los máximos referentes de JxC respondía a una pregunta en off: ¿Qué hacen si mañana a Cristina la pisa un colectivo, cómo van a sostener el discurso? “Simple, la hacemos resucitar”.

Es lo que está sucediendo ahora. Se da otra paradoja: el kirchnerismo es un “ismo” que va quedando atrás, para quedar subsumido en el gran “ismo”. El de Perón. El Ave Fénix al que suelen dar por muerto y resurge aún con un gobierno que muestra los peores indicadores posibles. Por una carambola de la dialéctica, el peronismo va dejando atrás la idea de frentes. Se reagrupa bajo el ala de uno de sus componentes que parecía lateral. Massa y sus renovadores ya no son una parte de Unión por la Patria o el Frente de Todos.

El Ministro-candidato, que añora con una transición consigo mismo, es el nuevo jefe. Los otros ganadores de la elección del domingo también se potenciaron en el PJ: Kicillof (pese a los intentos de socavarlo desde La Cámpora), el intendente de La Matanza Fernando Espinoza y el tucumano Juan Manzur, comandante del ejército del norte que movilizó al PJ para revertir los resultados. Fueron, quizás, los artífices de la expectativa de futuro que vieron los votantes. La idea que no supo instalar Milei.

En rigor, Massa aparece fortalecido en la construcción de alianzas: ya tiene avales de sectores de la UCR, guiños de la izquierda y del cordobesismo de Schiaretti, de provincialismos como el MPN, Juntos Somos Río Negro o hasta el gobernador electo de Santa Cruz, Claudio Vidal, que se mostraba cercano a JxC pero el domingo cortó boletas para el tigrense.

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