Comentarios políticos de este fin de semana
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Martín Menem dijo que "seguramente" habrá una alianza con el PRO y dejó la puerta abierta a una candidatura de Karina Milei
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Bullrich presionó a Macri para que defina si es oficialista u opositor
«La Nación».
Para Morales Solá, noviembre será el mes clave. En ese momento, se hará un convenio con Uruguay por las pasteras y el gobierno echará mano en el INDEC para que las mediciones sean más creíbles. «Noviembre,si gana la senadora, será un mes de dos presidentes», afirma.
VERBITSKY, HORACIO.
«Página/12».
Un reportaje radial a Alberto Fernández en el programa de Magdalena Ruiz Guiñazú (dos personas que se amigaron hace unos meses, cena de por medio), generó una discusión con el jefe de Gabinete y la columnista María O'Donnell. Este hecho, no más que un cruce de los cientos que se escuchan semanalmente por la radio, provocó en Verbitsky dos consecuencias, más cercanas a cuestiones personales que a material periodístico. Una, curiosa, fue la embestida contra el jefe de Gabinete, históricamente defendido por Verbitsky, en general en lo indefendible; por la distribución de la publicidad oficial. La segunda, por un cruce entre «La Nación» y Héctor Timerman, vinculado a los derechos humanos. Según la visión particularísima del periodista, con estos dos temas se impuso en la sociedad el debate entre los medios y el Estado. En realidad, lo que buscó Verbitsky es disfrazar sus propias inquietudes personales y sus cuentas a saldar, con eventos casi marginales que sólo en su versión intelectual tienen relación.
Como para disimular lo que se viene después, el periodista comienza dándole cierta razón a O'Donnell con sus cuestionamientos y hasta reconoce, autoelogiándose de su independencia periodística, porque «Página/12» es el segundo medio que más publicidad oficial recibe. El primero es «Clarín». Menciona Verbitsky cómo Fernández queda en ridículo ante la periodista, al enojarse y no poder contestar si el gobierno continuará con la discrecionalidad en el manejo de la publicidad oficial.
Y hasta menciona después que «la bolsera» Alejandra Rafuls fue el enlace de Daniel Hadad con Aníbal Ibarra y Felipe Solá, en ese sentido. Vuelve a pelearse Verbitsky con la empresa AR con la que ya tuvo cruces, hasta judiciales, cuando se encargó de la prensa de Ibarra.
Luego, con razón, cuestiona a O'Donnell por no incluir en su investigación otros aspectos como las exenciones impositivas a la prensa, la asociación del Estado con «Clarín» y «La Nación» en Papel Prensa, la falta de competencia en el cable por la suspensión por seis años de la venta de pliegos para servicios complementarios, la postergación del soterramiento obligatorio de los cables de los servicios de televisión, las desgravaciones y condonaciones de multas aplicadas por el Comfer a los canales de aire.
BLANCK JULIO.
«Clarín».
Opinador suplente -por ausencia de Eduardo Van der Kooy-, teoriza en el comentario dominical del monopolio «Clarín» sobre cómo podría funcionar el matrimonio presidencial, con roles invertidos, en el caso de un eventual gobierno de Cristina de Kirchner.
Blanck repite el conocido rap de un Kirchner retirado de la función pública pero dedicado a ordenar la política, entendiendo como tal el trato con los gremios y los jefes territoriales. Es decir: todo aquello de lo que, ahora, la primera dama quiere tomar distancia.
La hipótesis del poder dual, con la senadoradedicada a los «grandes asuntos» de la política, como la recuperación de la institucionalización y las relaciones internacionales, y su esposo enfocado en los asuntos mundanos, supone la existencia de una frontera que en la realidad es, cuanto menos, difusa.
¿Sería, por caso, Cristina vocera de una reforma electoral hipermoderna que luego, o antes, su marido tendrá que negociar con los barones del conurbano y los gobernadores?
Blanck plantea las complicaciones de esa supuesta división de tareas pero en los hechos, en un ámbito donde Kirchner digita hasta el nombre del tercer concejal de un pueblo perdido en la pampa bonaerense, la eventualidad de incompatibilidades y desinteligencias es poderosa.
Se detiene sí en un aspecto correcto cuando repasa que en la Argentina la autoridad presidencial es un factor clave. Más allá de sus incapacidades, De la Rúa padeció la sombra de Raúl Alfonsín, hecho que no fue terminante pero contribuyó a su deterioro.
Al margen, no aporta datos sustanciosos. Se pregunta sobre si continuará Julio De Vido en un eventual gabinete de Cristina de Kirchner, pero más allá de impresiones y sospechas no aclara nada. ¿La respuesta en el próximo capítulo?
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