Con Shakira y Pink Floyd, riendo de la crisis ajena
-
Congreso del PJ manifestó su rechazo al DNU del FMI: "Se da a espaldas del pueblo argentino"
-
Diputados proponen extender la moratoria previsional en simultáneo a la marcha del Congreso

Cristina de Kirchner se trasladó ayer a la Universidad de Columbia para mezclarse
con las estrellas en acto de la fundación benéfica de Shakira. Se sacó
fotos con ella, con el presidente de México, Felipe Calderón, y con el integrante
de Pink Floyd Roger Waters.
Shakira y Sanz comenzaron el encuentro relatando la importancia de garantizar la alimentación de los niños desde su nacimiento hasta los 6 años para garantizar así la posibilidad de igualdad de oportunidades a futuro, un lanzamiento para Latinoamérica del tema de la estimulación infantil temprana. Todo estuvo mechado por una puesta en escena casi hollywoodense que Cristina de Kirchner y los presidentes seguían desde el escenario, como fue la presentación de Rubén Blades, que estaba en la platea, y el beisbolista Samy Sosa -un ídolo local-. Pero ninguno se llevó aplausos como Roger Waters, el guitarrista y compositor de Pink Floyd, por el que se desvelaban por saludar no sólo los alumnos de la Columbia University, sino sobre todo los funcionarios argentinos que acompañaron a la Presidente. La consigna que explicó Shakira fue simple: que los presidentes presentes se comprometieran a tratar en la próxima cumbre de El Salvador.
Antes que Cristina de Kirchner les tocó el turno a Saca y Calderón. Cada uno hizo una defensa de sus planes de asistencia social a los niños en situación de riesgo, una suerte de reivindicación de su propia versión de los planes Jefas y Jefes de Hogar que se reparten en la Argentina. Pocos le creyeron la eficacia en esa tarea al salvadoreño, habida cuenta de que los registros sobre asistencia social en su país no son los mejores de Sudamérica.
Cuando le llegó el turno, Cristina de Kirchner eligió otro camino. «América latina, todo un tema; no somos el continente más pobre, somos el más injusto, en donde más inequitativamente se distribuye el ingreso», dijo en el inicio de su mensaje. «Nuestro país es el que mayor grado de desarrollo social tiene en toda la América latina, de acuerdo con los datos de Naciones Unidas y también, tal vez, el que mayor grado de alfabetización y de chicos que asisten a sus escuelas». Todo lo decía dirigiéndose a Sachs, a quien obviamente le había perdonado su pasado liberal.
Quizás dirigiéndose directamente a ese pasado del economista sentenció: «Yo creo que también es bueno que sepamos que es necesario cambiar un modelo que se instalo durante décadas en toda América latina, y que además pretendía la desaparición del Estado, y que el mercado todo lo solucionaba. Parte de los problemas que tenemos en la América latina es haber comprado esa teoría de que el Estado debía desaparecer, de que no había intervención, que todo lo regulaba el mercado, y el mercado no les da estimulación temprana a los chicos que no tienen medios».
Y finalmente le llegó otra vez el turno a Bush: «Que el Estado no debe intervenir es un relato de fantasía que se produce, como lo dije ayer en mi mensaje en Naciones Unidas, justamente con la más formidable intervención estatal de que se tenga memoria creo que en la historia de este país y en la historia del mundo; Jeffrey va a coincidir conmigo». Es la misma asistencia que ayer mantenía en medio de una histeria a Wall Street ante la incertidumbre sobre si el Capitolio aprobará finalmente que los contribuyentes norteamericanos financien el estallido de la burbuja financiera.
Dejá tu comentario