25 de septiembre 2008 - 00:00

Con Shakira y Pink Floyd, riendo de la crisis ajena

Cristina de Kirchner se trasladó ayer a la Universidad de Columbia para mezclarsecon las estrellas en acto de la fundación benéfica de Shakira. Se sacófotos con ella, con el presidente de México, Felipe Calderón, y con el integrantede Pink Floyd Roger Waters.
Cristina de Kirchner se trasladó ayer a la Universidad de Columbia para mezclarse con las estrellas en acto de la fundación benéfica de Shakira. Se sacó fotos con ella, con el presidente de México, Felipe Calderón, y con el integrante de Pink Floyd Roger Waters.
Nueva York (enviado especial) -Cristina de Kirchner no pierde ninguna ocasión en Nueva York para criticar el capitalismo de Wall Street y revolver las heridas de la crisis financiera que golpea a Estados Unidos. No hubo una sola de sus presentaciones en la que se privara de hablar de las consecuencias que los «consensos de Washington» produjeron en Sudamérica y recordar que el gobierno de George W. Bush lleva adelante el mayor salvataje de bancos de la « historia de la humanidad» en medio de la crisis financiera mientras antes promovía la no intervención estatal en la economía. Ayer no fue la excepción, pero el lugar elegido quizás no el más adecuado: utilizó su discurso en un encuentro de la Fundación Alas convocado por Shakira y el cantante español Alejandro Sanz para insistir nuevamente con ese triunfo que proclama del intervencionismo sobre el libre mercado. Más cuando el tema del día ayer en Nueva York fue la decisión de John MacCain de suspender su campaña electoral para la presidencia hasta que el Congreso resuelva la aprobación del rescate de los mercados que anunció Bush.

La presentación de ese grupo liderado por la pareja de «Antonito» de la Rúa -que ayer no se mostró en Nueva York-y dedicado a salvar el desarrollo de los niños entre 0 a 6 años para garantizar su crecimiento en uno de los auditorios de la Columbia University, tenía todos los elementos para que Cristina de Kirchner brillara.

  • Gritos y aplausos

  • En un rincón del campus de Columbia la esperaban estudiantes de esa casa en su mayoría latinoamericanos y neoyorquinos políticamente liberales e intelectualizados, el núcleo que los republicanos nunca pudieron penetrar. De ahí que no llamó la atención que el mensaje de Cristina de Kirchner fuera seguido por gritos y aplausos como si se tratara de una estrella de rock.

    Con el título de «Los niños en América latina, un futuro sin pobreza», Shakira había invitado a los presidentes de la Argentina, al paraguayo Fernando Lugo, el mexicano Felipe Calderón, el salvadoreño Elías Antonio Saca y el panameño Martín Torrijos Espino, hijo de Omar Torrijos. En una punta del escenario los acompañaba Luis Alberto Moreno, el presidente del BID, a quien Saca le pidió financiamiento para atender a los niños sin recibir más que una sonrisa como respuesta y desde el centro Jeffrey Sachs, el economista que después de haber asesorado a Bolivia en 1985 cuando durante una hiperinflación recomendó una política de shock ortodoxa que tuvo efectos devastadores, ahora trabaja para la ONU en causas nobles equilibrando la economía con la asistencia social.

    Shakira y Sanz comenzaron el encuentro relatando la importancia de garantizar la alimentación de los niños desde su nacimiento hasta los 6 años para garantizar así la posibilidad de igualdad de oportunidades a futuro, un lanzamiento para Latinoamérica del tema de la estimulación infantil temprana. Todo estuvo mechado por una puesta en escena casi hollywoodense que Cristina de Kirchner y los presidentes seguían desde el escenario, como fue la presentación de Rubén Blades, que estaba en la platea, y el beisbolista Samy Sosa -un ídolo local-. Pero ninguno se llevó aplausos como Roger Waters, el guitarrista y compositor de Pink Floyd, por el que se desvelaban por saludar no sólo los alumnos de la Columbia University, sino sobre todo los funcionarios argentinos que acompañaron a la Presidente. La consigna que explicó Shakira fue simple: que los presidentes presentes se comprometieran a tratar en la próxima cumbre de El Salvador.

    Antes que Cristina de Kirchner les tocó el turno a Saca y Calderón. Cada uno hizo una defensa de sus planes de asistencia social a los niños en situación de riesgo, una suerte de reivindicación de su propia versión de los planes Jefas y Jefes de Hogar que se reparten en la Argentina. Pocos le creyeron la eficacia en esa tarea al salvadoreño, habida cuenta de que los registros sobre asistencia social en su país no son los mejores de Sudamérica.

    Cuando le llegó el turno, Cristina de Kirchner eligió otro camino. «América latina, todo un tema; no somos el continente más pobre, somos el más injusto, en donde más inequitativamente se distribuye el ingreso», dijo en el inicio de su mensaje. «Nuestro país es el que mayor grado de desarrollo social tiene en toda la América latina, de acuerdo con los datos de Naciones Unidas y también, tal vez, el que mayor grado de alfabetización y de chicos que asisten a sus escuelas». Todo lo decía dirigiéndose a Sachs, a quien obviamente le había perdonado su pasado liberal.

  • Cambio necesario

    Quizás dirigiéndose directamente a ese pasado del economista sentenció: «Yo creo que también es bueno que sepamos que es necesario cambiar un modelo que se instalo durante décadas en toda América latina, y que además pretendía la desaparición del Estado, y que el mercado todo lo solucionaba. Parte de los problemas que tenemos en la América latina es haber comprado esa teoría de que el Estado debía desaparecer, de que no había intervención, que todo lo regulaba el mercado, y el mercado no les da estimulación temprana a los chicos que no tienen medios».

    Y finalmente le llegó otra vez el turno a Bush: «Que el Estado no debe intervenir es un relato de fantasía que se produce, como lo dije ayer en mi mensaje en Naciones Unidas, justamente con la más formidable intervención estatal de que se tenga memoria creo que en la historia de este país y en la historia del mundo; Jeffrey va a coincidir conmigo». Es la misma asistencia que ayer mantenía en medio de una histeria a Wall Street ante la incertidumbre sobre si el Capitolio aprobará finalmente que los contribuyentes norteamericanos financien el estallido de la burbuja financiera.
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