15 de octubre 2001 - 00:00

Contracara: los inundados se esforzaron para llegar

Las inundaciones complicaron a los electores en algunos distritos
Las inundaciones complicaron a los electores en algunos distritos
Buenos Aires - Dos caras de la elección: mientras en el Gran Buenos Aires abundó la apatía, en el noroeste bonaerense, zona castigada por las inundaciones, algunos hicieron malabarismos para poder votar.

Aunque opuestos, el desgano de unos -que se notó en la falta de autoridades de mesa y en la baja concurrencia a votaro el esfuerzo de otros fueron los datos salientes de la elección en Buenos Aires.

En la amplia región anegada por el agua, los vecinos se trasladaron en tractores o camiones Unimog del Ejército para llegar al cuarto oscuro. Ocho localidades están aisladas y para mover las urnas se usaron esos vehículos.

En tanto, en el conurbano y ciudades como La Plata y Bahía Blanca se demoró el inicio de la elección en varias mesas por falta de autoridades, otra constante de los comicios.

Insólito

En varios puntos de la provincia, por caso en la escuela Florentino Ameghino de Lomas de Zamora, los votantes tuvieron que esperar hasta las 9 para sufragar por falta de autoridades de mesa. Fue historia repetida en todo Buenos Aires.

Pero el hecho más insólito se registró en Mercedes. Allí
un joven de 19 años intentó robarse la urna porque en el cuarto oscuro no había boletas del partido político -algo que denunció por anticipado Luis Patti-al que quería votar.

Como represalia manoteó la caja y salió corriendo, pero lo detuvo la Policía.

Con casi 35 mil mesas de votación en toda la provincia y 37 por ciento del padrón del país, Buenos Aires registró pocos incidentes. Fuera de las clásicas riñas entre fiscales de partidos opuestos, no hubo nada nuevo.

Sólo en La Plata, autoridades de los partidos se enojaron con el presidente de mesa -porque «demoraba la elección»- y lo mandaron a la casa. Hubo otra aventura de punteros.
Casi nadie respetó la veda electoral: siguieron hasta último momento pegando carteles. En rigor, siguieron el ejemplo de sus jefes: sólo Raúl Alfonsín, el resto de los aspirantes no rehusaron hacer declaraciones políticas a pesar de la explícita prohibición legal.

Tampoco se tomó respiro la inseguridad: ayer, como un día común y corriente, el Gran Buenos Aires vivió otra jornada de violencia: hubo dos muertos, varios heridos -entre otros un policía-y asaltos a puñados.

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