9 de julio 2013 - 22:50

"Cuando me enteré que nos espiaban me corrió un frío por la espalda"

Cristina de Kirchner.
Cristina de Kirchner.
La presidente Cristina de Kirchner afirmó que le "corrió frío por la espalda" cuando se enteró de que Estados Unidos, a través de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), realizaba tareas de espionaje sobre la Argentina, y pidió un "fuerte pronunciamiento" al respecto en la próxima cumbre del Mercosur.

"Me corre frío por la espalda cuando me enteré que nos están espiando a todos a través de sus servicios en Brasil", dijo la mandataria, en alusión a la publicación difundida este martes por el diario brasileño O Globo, según la cual la Argentina sufrió un espionaje cibernético por parte de la NSA, al igual que Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela.

La mandataria comparó este episodio con las denuncias de espionaje a militantes sindicales y de agrupaciones de izquierda en la Argentina a través del llamado "Proyecto X" de la Gendarmería, al que calificó de "inexistente", y cuestionó que en este caso la oposición haga "silencio".

"Ahora resulta que nos están espiando desde el norte y no pasa nada", dijo la Presidente en el hipódromo de Tucumán, donde encabezó el acto central del Día de la Independencia, que compartió con el gobernador, José Alperovich; su esposa, la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich; funcionarios y legisladores nacionales y provinciales, y gobernadores.

"Solo escucho silencio", dijo también la mandataria para criticar a dirigentes opositores, a los que acusó de "hablar de lo pequeño" y de "armar lío" con denuncias sobre el Proyecto X, y planteó: "Claro, es mucho mas cool la CIA que un gendarme".

En este contexto, dijo que espera que "en la reunión del Mercosur de este próximo viernes los presidentes" tengan "un fuerte pronunciamiento y un pedido de explicaciones ante estas revelaciones, que más que revelaciones son confirmaciones" que -sostuvo- tenían los jefes de Estado de la región "de lo que estaba pasando".

La mandataria se pronunció de esta forma luego de que O Globo informara que sobre la Argentina se realizó un espionaje "de manera constante", pero "de menor intensidad" y que estos mismos trabajos de inteligencia se aplicaron sobre Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador.

Así lo reveló este martes el diario brasileño O Globo, de acuerdo con un trabajo periodístico realizado en conjunto con el periódico británico The Guardian, basado en documentos de la NSA filtrados por el exinformante Edward Snowden, conocido como El Topo.

A diferencia de la Argentina, México, Colombia y Brasil fueron los tres países latinoamericanos en los que se registró una actividad más intensa de las prácticas de espionaje vía satélite de llamadas telefónicas y correos electrónicos realizada por la NSA en colaboración con la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

La NSA obtuvo datos sobre petróleo y compras militares de Venezuela, así como sobre energía y narcóticos en México y estuvo al tanto de los movimientos de los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según O Globo, que en su edición de este lunes había informado que la CIA tiene instalada una base en Brasil, a través del programa bautizado "Prism".

En su mensaje, la Presidente realizó un extenso repaso de parte de la historia argentina durante el cual aludió a la dominación de las grandes potencias sobre los países latinoamericanos y sostuvo que en la actualidad se genera "una nueva configuración mundial".

"No tengan dudas, ese el mundo que nos quieren imponer: volver a ser productores de materias primas con poco valor agregado. Y vamos a dar batalla porque vamos a profundizar este modelo de Estado de inclusión de valor agregado y mayor competitividad y peleando por la unidad regional", aseveró.

Remarcó, en este camino, el "deber" de los líderes regionales de "mirar lo que está pasando en el mundo y unir fuerzas" para impedir que América del Sur "vuelva a ser esa proveedora de comodities y se trasladen las grandes fabricas allí donde hay miles de millones de personas dispuestas a trabajar por muchos menor salario".

"Ya las grandes potencias no necesitan ver que sus fabricas estén donde ellos están. Les basta con dominar la ciencia y la tecnología, que es lo que va a determinar el valor agregado... No la mano de obra, a la que antes explotaban y hoy excluyen", concluyó.

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