8 de noviembre 2018 - 16:21

De las cybertropas a los algoritmos: apuntes de la batalla contra las noticias falsas en campañas electorales

Las noticias falsas, en el centro de la discusión alrededor del debate político.
Las noticias falsas, en el centro de la discusión alrededor del debate político.
A pocos meses del inicio de un nuevo calendario electoral, en la Argentina ya comienzan a diagramarse las campañas del año próximo. Pero a diferencia de elecciones anteriores, términos como fake news, bots o trolls se colarán en la agenda política como nunca antes.

El fenómeno de la difusión de noticias falas se centra principalmente en las redes sociales que actúan como vectores de la distribución, en clara sintonía con lo que ocurre en otros países de la región. Ese es el terreno donde también actúan los usuarios agresivos y las cuentas que operan como simples propagadores de fake news.

En las últimas elecciones en Brasil, Fernando Haddad, candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), acusó al triunfador ultraderechista Jair Bolsonaro de haber montado una campaña de desprestigio en su contra a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería.

La discusión ya está sobre la mesa y algunos países pusieron en marcha iniciativas para desalentar la difusión de fake news en aras de mejorar el debate público. En la Argentina se inició un incipiente debate y uno de los ejemplos que se sigue de cerca es lo ocurrido en México. Considerado como un caso de éxito en la región, el país azteca impulsó un novedoso programa para combatir la proliferación de desinformación en redes sociales.

Con el objetivo de anticiparse a lo que podría suceder el año próximo, la filial argentina de Amnistía Internacional organizó un debate sobre los distintos mecanismos de "campaña sucia" que se motorizan en las redes sociales. Los investigadores argentinos Martín Becerra, Beatriz Busaniche, Ernesto Calvo y la canadiense Azmina Dhrodia dieron algunas pautas sobre cómo funcionan las cybertropas encargadas diseminar mensajes con informaciones falsas al tiempo que también atacan a voces críticas bajo la retórica del odio, la xenofobia y el racismo.

El principal foco de atención de la presentación estuvo puesto en plataformas como Twitter y Facebook. Sin embargo, el servicio de mensajería de WhatsApp podría convertirse en el verdadero centro de distribución de fake news durante el año que viene.

"Twitter es la mayor plataforma de medios sociales que influencia el debate públicos. Fomenta la discusión política por la velocidad en que se expande, a diferencia de Facebook que uno interactúa con familiares o conocidos", sostuvo Dhrodia durante la charla que se llevó a cabo en la Facultad de Derecho de la UBA.

En ese sentido, Becerra hizo referencia a un informe presentado en marzo pasado por Amnistía en donde se analizó las agresiones sufridas por periodistas y defensores de Derechos Humanos en Twitter Argentina en momentos en que la agenda pública se concentraba en temas vinculados con la muerte de Santiago Maldonado.

"Quiénes esbozaron críticas o denunciaron violaciones a los Derechos Humanos en el espacio público virtual fueron atacados", apuntó el investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) al tiempo que recordó que se trató de "acciones organizadas". En ese sentido, el especialista señaló que ese tipo de agresiones "tienen un efecto disciplinador en el debate público" porque inhiben a personas con menor visibilidad en redes dar su opinión sobre un determinado tema.

Azmina Dhrodia, Ernesto Calvo, Beatriz Busaniche, Martín Becerra, Mariela Belski (Directora de Amnistía Internacional Argentina) y Martín Sigal (Director del Centro de Derechos Humanos - UBA Derecho).

Por su parte, Calvo sostuvo que "las redes sociales generan patrullas de actores coordinados para atacar" a determinados usuarios por lo que señaló que "limitar la coordinación de trolls en las plataformas depura el debate público".

A la hora de explicar las acciones que desarrollan los trolls en las redes sociales, el politólogo explicó: "Los trolls están en actividad y en fiesta permanente. La gran mayoría del tiempo los están interactuando entre ellos mismos, hablando con actores políticos de su comunidad y levantando la temperatura. Esas mismas redes de trolls se construyen porque existen otros actores que validan sus mensajes".

Uno de las discusiones sobre estos temas se vincula con la posibilidad de eliminar de las redes sociales esas cuentas consideradas como agresivas. Claro que esta posibilidad no es tan sencilla como parece porque podría ser considerada como un ataque a la libertad de expresión.

Al respecto, Busaniche afirmó que "no todo lo que ofende merece ser dado de baja del debate público porque ocurren procesos de guetificación". La presidente de la Fundación Vía Libre comentó que las redes sociales están vinculadas con las discusiones políticas por "cómo administran el debate público", pero señaló que "eso no necesariamente es una justificación para que las plataformas tomen la decisión de dar de baja el contenido".

"Regular la conversación pública en internet no supone una ley estatal. Se da de facto con las empresas que remueven cuentas o contenidos. La inexistencia de leyes no significa ausencia de regulaciones", apuntó a su turno Becerra.

En ese sentido, Busaniche exigió "no darle a las plataformas más herramientas para intervenir" en las interacciones en las redes sociales al considerar que "necesitamos más transparencia de los que intervienen en el discurso público". La especialista abrió la pregunta sobre la "caja negra" de las redes sociales: el algoritmo. "¿En base a qué criterios una plataforma nos muestra un determinado contenido?", inquirió al auditorio.

Dhrodia también puso el ojo sobre la transparencia de las redes sociales al preguntarse por "cómo Twitter entrena a sus capacitadores de inteligencia artificial" para mostrarnos los mensajes a los usuarios.

"Para el disfrute de los Derechos Humanos la transparencia es clave, por eso le pedimos a Twitter transparencia: ¿Quién modera? ¿Cómo lo hace?", finalizó la investigadora. El debate está abierto y se espera que en los próximos meses la temperatura de la discusión suba no sólo en las redes sociales sino en los ámbitos de discusión electoral.

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