Dejan a Macri 11.000 contratados en Capital
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«Se trata de ver que si hay gente que no trabaja, se le dé baja», esbozan con suavidad los macristas. Sin embargo, la respuesta de los funcionarios de Telerman es más contundente: «Acá no hay 'ñoquis'».
Lo que hay, en cambio, son diversas modalidades de coexistencia de empleados. A la planta de personal permanente que viene de años se agrega la planta de contratados, los que emiten facturas por sus servicios. De estos últimos, sin embargo, durante la gestión de Aníbal Ibarra, se pasó a unos 6.000 a una suerte de blanqueo inserto en el Decreto 948 (se los llama por eso «empleados Decreto 948»), mediante el cual perciben sus sueldos con los descuentos de jubilación y obra social correspondiente.
Están en la antesala de la planta permanente y el macrismo también los considera de ese modo y no está dispuesto a ningún achicamiento en el rubro 948.
Pero, en ese mecanismo ya ingresaron unas 3.000 personas más a partir de setiembre del año pasado, producto de la Ley 2.070 sancionada por la Legislatura porteña que dio ingreso a «jefas y jefes de hogar» al sistema de empleo público. En promedio, perciben un salario de $ 1.200 y se ocupan de tareas diversas en hospitales y otras áreas de la Capital Federal. Sin embargo, la herencia que recibirá Macri, más complicada, es un lote de 10.800 contratados que no reportan al sindicato de municipales y por lo tanto tampoco están ingresados al Decreto 948.
Son empleados de diverso rango, donde se encuentran desde profesionales hasta administrativos y cuyos contratos son conocidos como de locación de servicios o locación de obra (este ítem incluye a los profesionales).
Telerman firmó un decreto, el 2.227, que rige desde el 1 de enero de este año, mediante el cual se permiten los empleos de ese tipo por hasta un monto de $ 3.000 mensuales con contratos que cesarán el 31 de diciembre.
La interpretación del decreto se utiliza no solamente para contrataciones nuevas sino para renovaciones de contratos, ya que la mayor parte de ese plantel no fue nombrada durante la gestión de Telerman sino que surge por acumulación de las administraciones anteriores, según destacaron los funcionarios porteños.
Lo cierto es que esos empleados deberían cesar en sus puesto cuando el funcionario que los designó -por ejemplo, un ministro o un subsecretario- dejara su despacho, algo que ocurrirá el 10 de diciembre. Pero otra interpretación es que la mayoría de los contratos caducará el 31 de diciembre.
«Telerman no echará a nadie. Dejará las manos libres a Macri para que él tome la decisión si lo considera», confiaron allegados al jefe porteño.
Por parte del macrismo aseguran que «la idea es que la gente que trabaja y es útil continúe en sus cargos».
Por ahora, los macristas esperan, además de una certeza sobre si existirá equilibrio presupuestario, una planilla donde puedan conocer a fondo con cuántos empleados tomarán la administración.
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