31 de octubre 2001 - 00:00

EE.UU.: menos confianza en cómo Bush maneja la guerra

Por primera vez surgen en EE.UU. indicios de disconformidad por el desarrollo de la lucha contra el terrorismo. Según una encuesta, aunque George W. Bush sigue disfrutando de un apoyo mayoritario, cada vez menos personas creen que logrará atrapar a Osama bin Laden y hay frustración por las medidas contra la ola de ántrax. Mientras, analistas y diarios objetan incluso aspectos de la campaña militar en Afganistán.

EE.UU.: menos confianza en cómo Bush maneja la guerra
Nueva York y Londres (Reuters, EFE) - El apoyo casi unánime de los estadounidenses a la campaña antiterrorista que emprendió el presidente George W. Bush habría comenzado a resquebrajarse, según sugirió una encuesta divulgada ayer. A esto se suman los cuestionamientos de analistas y de otros gobiernos, en especial del mundo árabe, que observan con impaciencia los escasos avances en la ofensiva militar contra Afganistán en contraste con un número considerable de víctimas civiles.

El sondeo, efectuado a 1.024 personas y divulgado por «The New York Times» y la cadena CBS, revela escepticismo. Solamente 18% confía ahora en que el gobierno puede proteger al país contra el terrorismo y un escaso 28% dijo tener «mucha confianza» en que los Estados Unidos podrá capturar o matar al terrorista Osama bin Laden.

Así, según observadores, aunque siendo alto el nivel de aceptación de la figura del presidente norteamericano
, con una popularidad de 87%, ciertos aspectos importantes de la campaña contra el terrorismo comienzan a generar desconfianza a la población. Las críticas son mayores en cuanto al manejo de los brotes de ántrax. En ese sentido, 53% de los consultados cree que el gobierno no hizo lo suficiente para prevenir los atentados.

• Sin rumbo

Más allá de la encuesta, comienza a crecer en parte de la prensa y de los analistas la percepción de que la campaña militar en Afganistán no tiene un rumbo cierto. Las principales críticas se centran en tres ejes: las operaciones bélicas están empantanadas y no parece que vayan a permitir la captura de Bin Laden, señalado como el cerebro de los atentados de 11 de setiembre; los bombardeos no tienen la potencia suficiente, lo que es adjudicado a un intento de no perder el apoyo de los países árabes; la ola de ántrax está sobrepasando a las autoridades, que no logran contenerla ni dar con los responsables.

Atendiendo a los cuestionamientos, el general Tommy Franks, quien dirige las operaciones contra Afganistán, negó que la ofensiva esté en «un punto muerto». «Conduciremos las operaciones con la puntualidad que nos satisfaga y mantendremos la iniciativa», dijo.

Mientras tanto, la lentitud de los movimientos militares, más que calmar a los países musulmanes, está generando mayores reacciones en la medida en que se conoce que los errores están costando la vida a numerosos civiles afganos.
Los grupos islamistas encontrarían más espacio para presionar a los respectivos gobiernos si los bombardeos, como todo lo indica, continuaran más allá de mediados de noviembre cuando comienza el ramadán, un período reflexivo para el Islam.

En la misma ONU se ha manifestado inquietud por la dificultad para encontrar una solución al conflicto en Afganistán y a su vez atender la dramática situación de los refugiados. «No vemos la fórmula para que los que tienen los fusiles dejen de tener secuestrado al país», afirmó el representante de las Naciones Unidas,
Lajdar Brahimi.

• Reclamo

Altas fuentes gubernamentales de Pakistán y la India, dos enemigos entre sí que a su vez son ahora aliados estratégicos de los EE.UU. reclamaron ayer que la campaña finalice en el corto plazo, y hasta un funcionario de Malasia indicó que procuraría llevar el caso de la muerte de inocentes ante la Corte Internacional. Rais Yatim, a cargo de Asuntos Judiciales, señaló que su gobierno daría la presentación aunque «muchos países podrían no apoyar la iniciativa por temor a que los Estados Unidos sabotee el comercio».

Hasta el venezolano
Hugo Chávez pidió ayer un cese inmediato de «la matanza de inocentes en Afganistán». «Venezuela levanta su voz. Los niños no tienen la culpa del terrorismo de Osama Bin Laden ni de nadie», sostuvo.

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