EEUU: temen ahora que las cartas se contaminen con Antrax en Correo
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«No hay garantías de que el correo sea seguro desde un punto de vista sanitario», reconoció el director del Servicio Postal, John Potter. El funcionario recomendó en declaraciones a la cadena televisiva ABC a los usuarios «manejarse con cuidado porque hay una amenaza en las máquinas que clasifican correspondencia».
El martes se anunció que había esporas de la bacteria en la máquina que abre las cartas en un centro de Washington donde se procesa la correspondencia de la Casa Blanca. En los análisis efectuados a 120 personas de ese centro se comprobó que no hay infectados, pero el tema preocupó lo suficiente como para que el presidente George W. Bush aclarara: «No tengo ántrax».
Desde el inicio de los ataques bioterroristas con cartas, murieron dos empleados postales en Washington y un fotógrafo en Florida por inhalación de ántrax pulmonar, la variedad más letal de la enfermedad. Otros dos empleados postales de la capital estadounidense están gravemente enfermos en un hospital y tres de sus colegas fueron infectados. El martes también fue internado un empleado postal de Trenton, Nueva Jersey, en donde se procesaron cartas con esporas de carbunco enviadas al Congreso y a la cadena NBC de Nueva York.
En un diario
El diario «The New York Post» anunció ayer que otro de sus empleados podría estar enfermo de ántrax cutáneo, lo que de confirmarse sería el segundo caso en esa empresa.
En tanto, en Florida fue dado de alta Ernesto Blanco, empleado de la editora American Media Inc., quien fue la segunda persona que contrajo la enfermedad. El hombre de 73 años superó una crisis aguda y ahora debe realizar reposo.
Desde los atentados del 11 de setiembre se distribuyeron 200 millones de piezas de correspondencia, pero el miedo al ántrax alteró la distribución de cartas y motivó que 12.000 empleados tomen antibióticos y se sometan a pruebas para saber si sufren la enfermedad del carbunco.
Los trastornos ya se sienten en la actividad económica. La compañía eléctrica Pepco no recibe por prevención las facturas de la luz de sus 700.000 clientes del área de Washington desde hace dos días. Tampoco se distribuyen cartas en el edificio del National Press Building y en otros inmuebles del pleno centro de la capital.
El servicio de correo comenzó a descontaminar las máquinas clasificadoras de correspondencia y ofreció una recompensa de 1 millón de dólares a quien dé información que lleve a la captura de los responsables de este acto de terrorismo. Las entidades postales también solicitarán 625 millones de dólares para comprar máquinas esterilizadoras que se utilizan para descontaminar alimentos y chupetes.
Otro aspecto es el incentivo que necesitará la industria postal para afrontar la crisis, para lo que los empresarios piden varios miles de millones de dólares al gobierno de George W. Bush.
Mientras, David Satcher, máxima autoridad médica estadounidense, admitió que el gobierno cometió un error al no prescribir inmediatamente antibióticos a los trabajadores postales de la oficina de Brentwood, Washington. «Nos equivocamos, cometimos un error», admitió Satcher a la cadena ABC. «Basándonos en lo que sabíamos, no había razón para pensar que habría ántrax en ese ambiente. No habíamos tenido ningún caso antes.»
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