18 de septiembre 2001 - 00:00

El FBI busca a 170 personas y temen que haya más atentados

Mohammed Jaweed Azmath, uno de los detenidos por el FBI
Mohammed Jaweed Azmath, uno de los detenidos por el FBI
Washington (ANSA, AFP, EFE, Reuters) - La lista de personas buscadas por la policía federal estadounidense (FBI) para ser interrogadas en el marco de la investigación por los atentados terroristas del martes en Washington y Nueva York, alcanza ya a más de 170 nombres, informó una fuente del buró.

No son los únicos que investigan: en lugares tan distantes como Francia, Suecia, Alemania y México también se está detrás de pistas que dan alguna esperanza de desbaratar la red terrorista que cometió los aberrantes atentados del martes último.

Sin embargo, funcionarios y legisladores estadounidenses advierten que éstos podrían no haber sido los últimos, y que otras células estarían preparando ataques que involucrarían envenenamiento del agua corriente en grandes ciudades o la voladura de puentes en centros urbanos.

En tanto, se conocieron algunos detalles del diálogo que mantuvieron los secuestradores con los pilotos de uno de los aviones que terminaron su vuelo contra una de las torres del World Trade Center.

Así, el fiscal general John Aschcroft advirtió ayer que personas vinculadas con los piratas aéreos que efectuaron los atentados de Nueva York y Washington podrían estar todavía en los Estados Unidos y permanecer allí.

«El director del FBI Robert Mueller y yo hablamos sobre la actual evaluación de la amenaza, incluyendo la posibilidad de que quienes se asociaron a los secuestradores puedan tener una presencia continua en Estados Unidos»
, dijo Ashcroft a los periodistas.

Ashcroft dijo que él y Mueller también se reunieron con líderes del Congreso en los dos últimos días para concretar un paquete de medidas legislativas para facilitar el control de los sospechosos de terrorismo.
«La evaluación de las amenazas nos ayudó a identificar varias áreas donde debemos reforzar nuestras leyes e incrementar la capacidad del departamento de Justicia y sus agencias para identificar, prevenir y castigar al terrorismo», dijo.

Los investigadores del FBI siguen
más de 50.000 pistas para intentar esclarecer el peor ataque terrorista de la historia. Las autoridades creen que algunos de los participantes en el plan podrían seguir en territorio estadounidense. «El FBI quiere dialogar con ellos (las 170 personas) porque quizá tengan información que podría ser de utilidad en la investigación», dijo un funcionario de la institución que pidió el anonimato.

• Rastreo satelital

Entre los esfuerzos para hallar al líder terrorista Osama bin Laden, trascendió que la CIA reposicionó sus satélites para rastrear Afganistán. Se trata de los «Sigint», habitualmente usados para interceptar celulares y comunicaciones radiales. También se reprogramaron los «Big Bird», que envían imágenes de alta resolución al Pentágono.

Mientras tanto, lo que comenzó como una investigación en la costa este de Estados Unidos se ha extendido alrededor del mundo.
«Los ataques fueron un enorme esfuerzo del terrorismo alrededor del mundo. Es una red que opera en todo el mundo», dijo Ashcroft refiriéndose a los sospechosos.

Un hombre fue detenido en el aeropuerto de Toronto bajo sospechas de tener relación con los ataques y fue remitido al FBI, informó un oficial canadiense. También la policía sueca interrogó a varias personas con vinculaciones con
Bin Laden, indicó el diario «Aftonbladet». En México, las autoridades buscan a un grupo liderado por el clérigo musulmán Moataz Al-Hallak, quien fuera interrogado por fiscales estadounidenses en el marco de las investigaciones por los atentados con bomba contra intereses norteamericanos en Africa en 1998, otro caso ligado a Bin Laden, según responsables locales.

Uno de los detenidos por el FBI
estuvo en contacto con la embajada de Francia en Londres antes de viajar a Estados Unidos, informó ayer «The New York Times». Zacarias Moussawi, oriundo de Argelia, fue arrestado el 17 de agosto por una infracción a las normas de inmigración, mientras asistía a una escuela de pilotos cerca de Minneápolis, en el norte de los EE.UU. Los directivos de la escuela lo denunciaron después de que ofreciera miles de dólares para aprender a volar un jet grande, pero no a aterrizarlo. Según trascendió, Moussawi habría celebrado en su celda la noticia de los atentados del martes, lo que refuerza la sospecha de su vinculación con el ataque.

Según el «Times», Moussawi habría obtenido en setiembre de 2000
una carta de recomendación de los servicios consulares franceses en la capital británica para facilitar su acceso a otra escuela de vuelo en Oklahoma.

Moussawi, de 31 años, es una de las cuatro personas que la policía estadounidense transfirió a Nueva York el fin de semana para ser interrogadas. Además de él fueron detenidos en Fort Worth (Texas) dos hombres -
Ayoub Ali khan y Mohamed Jawed Azmath- cuando se disponían a embarcarse en un tren y portaban armas blancas y una importante suma de dinero en efectivo. La identidad del cuarto hombre detenido en Texas, no fue aún revelada.

• Quinto interrogado

El FBI interrogó además a un quinto hombre en Nueva York tras arrestarlo el jueves pasado en el aeropuerto de J.F. Kennedy, pero su identidad tampoco fue divulgada.

Dos de los presuntos terroristas que viajaban a bordo de los aviones que se estrellaron contra el World Trade Center,
Mohamed Atta y Marwan Al Shehhi, asistieron en julio de 2000 a la misma escuela de vuelo a la que fue Moussawi, sin llegar a inscribirse en los cursos.

En tanto, ayer se supo que los secuestradores del
vuelo 11 de American Airlines, el primero que se estrelló contra las torres gemelas de Manhattan, le ordenaron al piloto dirigirse a los aeropuertos de Nueva York y le anunciaron que habían capturado «otros aviones». Los detalles de las conversaciones entre el piloto y los terroristas se conocieron gracias a que el comandante de la aeronave accionó -de forma intermitente y secreta- el micrófono de la cabina.

«Quería que supiéramos que algo malo estaba ocurriendo en la cabina»
, relataron al periódico «Christian Science Monitor» controladores de vuelo de Nashua. «Las voces de los secuestradores tenían un claro tono de amenaza», agregaron.

La primera anomalía del vuelo, que despegó de Boston a las 7.59 del martes pasado, se percibió 15 minutos después. El avión fue autorizado a salir de su ruta, pero nada ocurrió y el piloto no respondió a los controladores, que intentaron tomar contacto con él a través de la frecuencia de emergencia. Poco después ocurrió la segunda anomalía:
el trasponder (dispositivo que comunica todos los datos del vuelo) había dejado de funcionar. Los controladores pensaron que había un problema en la parte eléctrica del avión.

A las 8.28 la máquina viró imprevistamente en dirección sur. Los controladores recibían de la cabina la voz de uno de los terroristas.
«El intruso en la cabina le decía en inglés al piloto que no hiciera tonterías, que nadie le iba a hacer daño, y le ordenaban que se dirigiera hacia los aeropuertos de Nueva York», revelaron las fuentes.

Estos registraron además la frase
«capturamos otros aviones». En esos momentos, una azafata telefoneaba desesperadamente desde un teléfono celular, revelando que algunos pasajeros habían sido acuchillados por los terroristas.

Dos aviones caza F-15 levantaban vuelo para intentar interceptar el avión secuestrado; pero a las 8.45 éste se estrellaba contra una de las torres del WTC. A raíz de las grabaciones, los investigadores sostienen que los secuestradores fueron cinco.

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