Larreta arriesga más que una PASO en el domingo electoral

El jefe porteño participó activamente de la campaña en la Ciudad y provincia de Buenos Aires donde implantó su propia ingeniería, aunque no pudo frenar la interna.

Paso. Mauricio Macri en el acto de cierre de campaña de María E. Vidal, junto a  Horacio Rodríguez Larreta, quien lo invitó al escenario solo unos segundos y sin micrófono.

Paso. Mauricio Macri en el acto de cierre de campaña de María E. Vidal, junto a  Horacio Rodríguez Larreta, quien lo invitó al escenario solo unos segundos y sin micrófono.

La elección del domingo cobra para Horacio Rodríguez Larreta un desafío extra en su carrera hacia 2023, una meta para la cual se vio forzado con una anticipación mayor de la que tenía prevista, producto de la pandemia. Su figuración en el escenario más delicado para el Gobierno le impuso otros tiempos. No es casualidad tampoco que la situación sanitaria no haya figurado como eje de la campaña de Juntos por el Cambio, excepto para mencionar que la Ciudad vacunó con rapidez.

Las PASO, son ahora clave para el jefe porteño, más allá de tratarse de una elección de medio término, aún cuando su impacto dentro de dos años no sea necesariamente vinculante.

La ingeniería electoral que impuso el Jefe de Gobierno y dejó a Mauricio Macri como un invitado más a las salidas de campaña se medirá el domingo, inclusive en la espera de los resultados y a la hora de los festejos, en una escena que imagina a Larreta dominante. Solo ocurrirá, claro, de acuerdo a los resultados.

La elección, medirá entonces si el enroque de candidatos que forzó el jefe de Gobierno para facilitar las aspiraciones de María Eugenia Vidal y Diego Santilli, fue acertada. No importa que solo se defina ahora una lista de candidatos, sino también que esos dos aspirantes obtengan un buen número de adhesiones que le de contundencia al armado que desató una interna feroz en su momento en Juntos por el Cambio.

En principio Vidal, en la Ciudad de Buenos Aires, debe ganar la interna que disputa con las listas que encabezan Ricardo López Murphy y la que tiene como primer precandidato a diputado nacional a Adolfo Rubinstein. La lista de Juntos por el Cambio que encabeza la exgobernadora seguiría siendo la favorita de los porteños, reacios al peronismo. Pero importa el total de votos que obtenga Vidal.

La lista de Rubinstein, casi invisible en la campaña cumple el objetivo de los radicales que la impulsan que sostienen que es importante la permanencia más allá de todo. En cambio, cuando se aceptó que el exministro de Economía, con la idea de que podría acaparar votos duros que simpatizaban con Patricia Bullrich, pero no se esperaba que la participación de L. Murphy se convirtiera ahora en necesaria para Juntos por el Cambio, para detener la fuga de votos hacia Javier Milei. El mismo sentido tuvo la defensa del Jefe porteño de un proyecto de ley para eliminar las indemnizaciones por despido que Juntos por el Cambio presentó en el Congreso, una propuesta polémica que no estaba pensada para las últimas horas de la campaña. Ahora, la inquietud es que L. Murphy pueda obtener el 15% de los votos de Juntos por el Cambio para estar en la lista definitiva.

La otra interna, es la de Santilli en la provincia de Buenos Aires contra Facundo Manes, en un territorio donde tampoco los esfuerzos de Larreta fueron suficientes para evitar que el radicalismo presentara lista propia. La pelea terminará el domingo con un abrazo entre esos candidatos que finalmente se mostrarían juntos cuando concluya el conteo de votos.

Larreta pondrá entonces a prueba, de ese modo, no solo si su armado electoral es exitoso, también se medirá a través de su precandidata a diputada nacional, Vidal, cuánto retiene de aquella elección en la que arrasó y se consagró como Jefe de Gobierno. Seguramente será una medición apresurada, ya que se abrirá la incógníta de cuántos de los votos que obtengan en conjunto las tres listas porteñas mantendrá la boleta definitiva, en noviembre.

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