Incredulidad y temor en la dirigencia de UP por el volumen del triunfo libertario

Pasadas las 18 el bunker de UP ya presentía una derrota pero la catástrofe electoral disparó los peores temores frente al empoderamiento de sus rivales.

La sensación que unía este domingo a dirigentes y simpatizantes en el bunker de Unión por la Patria era la de incredulidad, desazón, angustia y un ambiente pesadillesco.

La sensación que unía este domingo a dirigentes y simpatizantes en el bunker de Unión por la Patria era la de vivir una distopía. Incredulidad, desazón, angustia y un ambiente pesadillesco se apoderaron del complejo Art Media C, de Chacarita, a partir de las 19 cuando los principales referentes del oficialismo comenzaron a recibir en sus celulares resultados de las mesas testigo propias que indicaban una ventaja indescontable en el balotaje a favor de Javier Milei. Apenas una hora después Sergio Massa se encaramó al escenario junto a un puñado de líderes para reconocer la derrota. Media hora después el establecimiento era un páramo.

Como único orador del cierre de la jornada, Massa buscó mostrarse entero y como referente de la futura oposición. "Me he comunicado con Javier Milei para felicitarlo y desearle suerte porque es el presidente que la mayoría de los argentinos eligió para los próximos cuatro años", sostuvo el tigrense. También dijo haberse puesto en contacto con Alberto Fernández y con el propio Milei con el objetivo de delinear desde este lunes la transición y el vínculo entre los equipos del gobierno saliente y el entrante. Al respecto Massa indicó que el objetivo es que "en los próximos 19 días (los argentinos) no tengan ni dudas ni incertidumbres respecto del normal funcionamiento económico, social, político e institucional".

El ministro de Economía dijo que la ciudadanía eligió entre "dos caminos" y reivindicó haber expresado "el camino de la defensa del sistema de seguridad en manos del Estado" y la promoción y la garantía "de la educación y la salud pública como valores centrales" así como la industria local, el trabajo argentino y las pyme. Transmitió a continuación la responsabilidad a Milei de mostrar "garantías sobre el funcionamiento político, social y económico".

En el último tramo de su alocución dio por finalizada "una etapa" en su vida pero descartó un retiro: "sepan que siempre van a contar conmigo defendiendo los valores del trabajo, la educación pública, la industria nacional y el federalismo como valores centrales de la Argentina". Y de paso convocó a "las nuevas generaciones" para participar "del recambio democrático" del peronismo. "Necesitamos que miles de jóvenes de Argentina sigan enamorándose de la idea que este es un gran país y que entre todos lo podemos hacer un país de progreso, de desarrollo, inclusivo y con igualdad de oportunidades”, cerró.

Mariano Fuchila

Acompañaron a Massa en el escenario su candidato a vice, Agustín Rossi, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, el diputado Máximo Kirchner, la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau, el triunviro de CGT Héctor Daer, Malena y Sebastián Galmarini y los ministros bonaerenses Andrés "Cuervo" Larroque y Walter Correa. Durante la tarde hubo tres intervenciones para matizar la espera de los resultados, aunque sin precisiones sobre porcentajes, protagonizadas por Juliana Di Tullio y Matías Lammens, Héctor Daer y Cecilia Moreau, y Jaime Perczyk y Paula Penacca.

Pasadas las 18 hubo un movimiento que terminó de confirmar las peores sospechas de los oficialistas: toda la dirigencia que se había agrupado en la terraza del complejo (funcionarios de primera y segunda línea, sindicalistas, dirigentes de movimientos sociales y voceros) fueron desalojados con el pedido de acudir al salón principal para el discurso de Massa, que la mayoría aguardaba bastante más tarde frente a un eventual escenario de mayor paridad. Para entonces el clima era exactamente el inverso que había registrado el mismo complejo en la primera vuelta.

Entre lágrimas y abrazos de los militantes que habían logrado ingresar al establecimiento también era palpable el azoro de la dirigencia. Si bien una derrota estaba en los planes de algunos oficialistas ninguno de ellos aguardaba una tan categórica. Entre ellos los sindicalistas, que tuvieron asistencia perfecta en las tres escalas electorales y durante la tarde todavía intentaban dimensionar cuál sería el destino de sus organizaciones en el mandato del libertario. Sobre todo, coincidían, por la participación que esperan protagónica en su gestión de Mauricio Macri y de buena parte del elenco que lo acompañó entre 2015 y 2019, bien conocido por todos los gremialistas.

Por la CGT estuvieron los hermanos Héctor y Rodolfo Daer, José Luis Lingeri, Víctor Santa María, Jorge Sola, Hugo Benítez y Mario Manrique (el número 2 de los mecánicos de Smata y electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires), entre otros. Por la CTA se encontraban Claudio Marín y Roberto "Beto" Pianelli. Otros referentes que acudieron al complejo fueron Vilma Ibarra, Juan Manuel Urtubey, Flavia Royón, Marco Lavagna, Felipe Solá, Carlos Castagnetto y Horacio Pietragalla.