Kirchner aprovecha el fallo para intentar otro acuerdo
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Néstor Kirchner se plegó a
los festejos por el fallo en
favor del país en la demanda
del Uruguay por los
cortes de rutas con ironías
sobre la prensa y llamando
al vecino país a que dialogue
sobre contaminación en
el río Uruguay.
canciller Reinaldo Gargano-, el patagónico convocó a los «hermanos uruguayos» a «conversar» con «madurez» para «encontrar una síntesis para superar» la crisis de las pasteras.
tratar de acercar posiciones, pero, al mismo tiempo, enviar una señal al gobierno uruguayo de que Buenos Aires da el primer paso y ahora Montevideo debe hacer su contraparte.
Resalta un punto. En su mensaje conciliador, Kirchner filtró un elemento crítico: recordó como una buena noticia en el proceso la mediación del rey Juan Carlos, que, sumada a la voluntad de la empresa, posibilitó la mudanza de ENCE a Colonia.
Tuvo, incluso, una mención directa al facilitador español, José Yáñez Barnuevo respectodel «hecho vital» que significó el traslado de la segunda pastera hacia el Sur.
Sobre ese punto, poco probable -Botnia ha hecho una inversión de más de 500 millonesvuelve a enfocar la negociación el gobierno argentino: que la firma finlandesa se emplace en otro lugar o, al menos, reduzca la dimensión de la planta.
Ayer, en la Casa Rosada, entrenados en ocultar la euforia que inyectó al gobierno la resolución, señalaban el traslado de la compañía española como uno de los dos hechos clave para el gobierno argentino en la disputa con Uruguay.
El otro fue el fallo de La Haya.
En el simulacro de actuar la «serena reflexión» que expuso Kirchner, en un salón sur repleto, hubo otra mención precisa: a pesar del dictamen a favor, el gobierno seguirá sin respaldar los cortes de rutas que llevan adelante asambleístas de Entre Ríos.
Sin embargo, repitió que la decisión de su gobierno es no impedir los bloqueos, actitud que Uruguay planteó en La Haya como un factor de extorsión. «Yo dije que no iba a reprimir y no voy a reprimir, soy un hombre de palabra, de principios y de convicciones», insistió.
Pero eso no implica, aclaraban ayer en el gobierno, que la Casa Rosada avale la metodología de levantar trincheras en los pasos fronterizos.
Escoltado por buena parte del gabinete, el gobernador Felipe Solá y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman -que quedó a una silla de distancia, que ocupaba Aníbal Fernández, de su competidor en la Capital, Daniel Filmus-, Kirchner retomó el libreto que en mayo pasado desplegó en Gualeguaychú cuando fijó el tema papeleras en la agenda nacional.
Ayer, además, comparó el incidente con Uruguay por las pasteras con el conflicto por los Hielos Continentales que enfrentó al país con Chile en los años 90. Por entonces, Kirchner era gobernador de Santa Cruz y su esposa, Cristina Fernández, pulseó desde el Congreso.
Con ese tono, gracias al fallo favorable, Kirchner « reincorporó» a Gualeguaychú al mapa nacional. Levantó otra vez esa bandera: «No pasa por ser más blando, más duro, sino por defender los derechos del pueblo argentino, que es de una región pero debe ser de todos», recitó.
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