11 de diciembre 2016 - 12:07

La doble derrota del macrismo

La doble derrota del macrismo
En el Gobierno están convencidos que la sociedad los apoya. Se basan en encuestas donde muestran que el presidente de la Nación aún mantiene entre un 50% a 60% de imagen positiva, a un año de iniciada la gestión. Claro que cuando uno mira esas mismas encuestas en los renglones referidos a la evaluación de la gestión o situación económica, entre otros, los porcentajes de aprobación bajan considerablemente.

A pesar del traspié oficial en el tratamiento del proyecto de modificación del impuesto a las Ganancias, cuyo desenlace final aún es incierto, puertas adentro de la Casa Rosada están convencidos que no se perdió tanto.

Dicen que les juega a favor la foto donde se vio "amontonados" a kirchneristas, socialistas, renovadores y peronistas sonriendo por haber impuesto su iniciativa. Es porque esa imagen es "el pasado" y la gente rechaza esa forma de hacer política. Dentro del Gobierno, esta postura es liderada por el jefe de ministros, Marcos Peña pero seguida por numerosos miembros del equipo gubernamental.

En el oficialismo no tienen dudas en cuanto a que ganaron las elecciones porque la gente quería "un cambio". Rechazan de cuajo que los votos que obtuvieron sean producto más del rechazo al kirchnerismo que a la necesidad de un cambio. "No nos votaron por el hartazgo a Cristina (Fernández), o el temor a Aníbal (Fernández), sino por un cansancio con una forma de hacer política", afirman.

Sobre la base de este análisis, se puede comprender que el oficialismo a doce meses de gobierno, en vez de mantener una actitud abierta y de diálogo hacia propios y ajenos, por el contrario se haya encerrado en los últimos tiempos.

Si bien es cierto que la gestión de Mauricio Macri es de dialogar, escuchar, reunirse con los distintos representantes de los sectores, esto no necesariamente significa -en particular en el ala política- que los planteos sean escuchados. La expresidente Cristina de Kirchner consideraba que su modelo era el mejor y no perdía tiempo escuchando otras voces. Los críticos del macrismo sostienen que han cambiado las formas, pero no el fondo.

El problema es que en vísperas de un año electoral daría la impresión que, dada la convicción de los líderes de Cambiemos sobre que la sociedad los apoya, van a ser menos permeables a un diálogo político. Este mismo análisis parece ser que hizo la oposición, especialmente el Frente Renovador, tal vez el principal contrincante del oficialismo.

"El massismo se suicidó políticamente al fotografiarse con el kirchnerismo más recalcitrante, apareciendo al lado de personajes como (Héctor Recalde) o (Axel) Kiciloff, sólo faltaba Máximo (Kirchner)", comentan allegados al entorno presidencial.

• El corazón o el bolsillo

Desde la oposición sostienen que este pensamiento es creer que la sociedad sólo está preocupada por cuestiones éticas (corrupción) y no por su bolsillo. Y agregan un dato: las cifras oficiales permiten calcular que el salario de los trabajadores en blanco cayó 6% en el los primeros nueve meses del año, deterioro que seguramente fue mayor en el caso de los ingresos correspondientes a los informales.

El espectro opositor, más atento a los reclamos de la población, decidió unirse consensuando un proyecto para modificar Ganancias que mejora sustancialmente el ingreso a los trabajadores. Cálculos realizados en medios de los diputados opositores muestran, por ejemplo, que para un trabajador soltero sin hijos con un sueldo bruto de $ 40.000, la iniciativa del Gobierno lo obliga a pagar casi $ 1.250 mensuales de impuesto, mientras que la propuesta opositora reduce esta cifra a menos de $ 900, es decir un ahorro mensual de casi 300 pesos. En tanto, para un trabajador casado con dos hijos y un sueldo bruto de $ 50.000 mensuales, el proyecto del oficialismo supone un pago mensual de casi $ 1.900, mientras que la iniciativa opositora implica un pago de algo más de $ 900 pesos, casi $ 1.000 menos por mes.

A esta mejora de bolsillo se sumará que las horas extras al igual que los bonos por productividad, no estarán alcanzados por el tributo. Particularmente, el tema de las horas extras es uno de los mayores reclamos de los trabajadores. En muchos casos, los empleados se indignan porque es el Estado el que se apropia, a través de este impuesto, del esfuerzo adicional y no siempre es fácil decir que no al trabajo extra.

"¿No era que eliminar el impuesto a las Ganancias era justamente parte del cambio?", comentan con ironía en el Parlamento.

El Gobierno insiste con su estrategia de denostar a quienes votaron el proyecto opositor de Ganancias convencidos de que a la sociedad le pesa más el rechazo a que políticos cuestionados se "rejunten" que el beneficio de contar con una mejora en el bolsillo.

Sería la primera vez en la historia política argentina que la sociedad responde con el "corazón" en vez del "bolsillo", recordando la antinomia que en su momento planteara el exministro radical Pugliese.

Por el contrario, dentro de la coalición gobernante hay también voces que critican esta postura y creen que la situación económica tiene un peso determinante en el humor de la gente, entre ellos los radicales que están demandando al PRO una mayor apertura.

Lo concreto es que dentro de la oposición consideran que el triunfo es doble. Por un lado, si el proyecto termina siendo aprobado, habrán ganado y podrán mostrar que mejoraron la situación de la población. Y si el gobierno lo veta (como aseguran, si no se cambia), deberá pagar el oficialismo un tremendo costo político.

Pero lo más importante según fuentes de la oposición, es un segundo logro de cara a las elecciones. El PRO prometió eliminar el impuesto a las Ganancias como uno de los ejes de su campaña para llegar al gobierno y ahora, dicen los opositores, quedó demostrado que hizo promesas falsas. "¿Con qué credibilidad van a llegar a las elecciones de medio término?" se preguntan con oculta satisfacción.

"Estos muchachos se olvidaron de algo tan elemental como la pirámide de (Abraham Maslow", señalaba un opositor. Según la teoría del psicólogo estadounidense Maslow, existe una jerarquía de necesidades humanas y sostiene que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide). "Con uno de cada tres argentinos en la pobreza y el deterioro de la clase media, claramente la mayoría de los argentinos siguen pensando primero en cómo parar la olla", concluyen en la vereda de enfrente del oficialismo.

Por último, pero no menos importante, en algunos medios del oficialismo existe preocupación por el antecedente que deja la media sanción del proyecto de ganancias de los opositores. "Comprobaron que pueden unirse y pedir cualquier cosa y si siguen este camino en el Congreso el año que viene, en el contexto de las elecciones, puede ser un infierno", confiesan.

En tanto, aun no se conocen los números oficiales de cuánto será el costo fiscal del proyecto de la oposición en caso de convertirse en ley. Algunos números preliminares hablan de unos 80.000 millones de pesos anuales. Lo que si saben es que el eventual "apoyo" de los gobernadores para frenar el proyecto de ganancias en el Senado también tendrá su costo.

Resumiendo aún en las propias filas del gobierno no comprenden porque enviaron el proyecto de ganancias a Extraordinarias (sin tener el consenso) misterio al igual que porque Rodolfo Frigerio uno de los ministros con más cintura política y con fluido trato con las provincias hace dos semanas está en China.

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