La sombra de otra empresa fantasma en el clan Macri
En su defensa, Macri argumentó que "me parece una decisión poco feliz que lleguen a procesarme por esto. Lo único que hice fue seguir los pasos que me dijo la Aduana. Si alguien fija las reglas y las cumplís, no veo por qué estoy involucrado".
Para llevar adelante la importación, los involucrados apelaron al régimen de "importaciones por particulares", que regulaba el Decreto 2677/91. Ese régimen es el que autorizaba a importar a personas físicas o ideales, en forma particular, los mismos tipos de automotores producidos o importados por las terminales automotrices radicadas en la Argentina.
En total se estimó que fueron 1936 automóviles los que ingresaron con el presunto delito de contrabando, agravado por la intervención de tres o más personas, lo cual configuraba la calificación de delito complejo.
Para llevar adelante la maniobra, se había usado de pantalla a la empresa uruguaya Opalsen S.A., una controlada de Sevel Argentina. En la causa se determinó que buena parte del directorio de Sevel figuraba en la nómina de Opalsen. Por otra parte, Sevel S.A. tenía participación mayoritaria en el paquete accionario de Opalsen.
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