9 de diciembre 2022 - 00:00

Una semana cualquiera en la Argentina

Durante todo el fin de semana, recorrió los WhatsApp de las personas mejor informadas del país una filtración que implicaba lo que presumiblemente es una operación de inteligencia en la que se habría capturado el contenido del teléfono celular del ministro de Justicia y Seguridad del principal distrito del país. La filtración incluía audios en los que los magistrados relataban con propia voz cómo abocarse a fabricar pruebas para aparentar legalidad en su accionar.

P11 - meme-spiderman_opt.jpeg

Durante todo el fin de semana, recorrió los WhatsApp de las personas mejor informadas del país una filtración que implicaba lo que presumiblemente es una operación de inteligencia en la que se habría capturado el contenido del teléfono celular del ministro de Justicia y Seguridad del principal distrito del país. Al módico costo de u$s600 se ofrecía acceso a sus chats de Telegram en la Deep Web. Está claro que nadie pagó por el contenido que terminó exponiendo diálogos entre funcionarios porteños, cuatro jueces federales de distintos fueros, un exespía y altísimos ejecutivos del Grupo Clarín enfrascados en la discusión de ver cómo enmascaraban un viaje de fin de semana a Lago Escondido al que habían arribado a través de un vuelo privado que -tampoco se sabe cómo- había trascendido dos meses antes. Los involucrados clamaron por una maniobra de espionaje ilegal, denunciaron hackeo pero al mismo tiempo arguyeron que hubo una manipulación del material para que quede editado distinto a como había ocurrido en realidad. La filtración incluía audios en los que los magistrados relataban con propia voz cómo abocarse a fabricar pruebas para aparentar legalidad en su accionar. Siguiendo el hilo de ese material que no puede utilizarse como prueba legal daba toda la impresión de que ninguno de los jueces había pagado de su bolsillo el periplo ni podían explicar para qué habrían aceptado una invitación que nada tenía que ver con sus funciones e involucraba -en algunos casos- al holding que había sido parte en expedientes donde habían intervenido.

Mientras en la discusión pública arreciaba el escándalo, en privado, el Círculo Rojo se preguntaba de dónde había salido la iniciativa de apuntarle a uno de los hombres más cercanos al precandidato presidencial del PRO Horacio Rodríguez Larreta. El Gobierno nacional a esta altura está descartado de cualquier maniobra que parezca sofisticada. Las miradas se dirigieron, entonces, al espectador de lujo que está en Qatar, a quien consideran capaz de una devolución de gentilezas por haber machucado prematuramente la campaña de Patricia Bullrich, con la incineración de su ahora exjefe de campaña el diputado Gerardo Milman y el descubrimiento de que su despacho era una agencia de contrataciones de personal femenino con características hegemónicas. De todas formas, se lamentaban algunos de los viajeros que decían haberse “cuidado” los últimos cinco años, como para terminar en este “desliz”. Especialmente, los jueces que llevaron adelante causas contra Cristina de Kirchner acusados por su animosidad contra todo lo que pareciera kirchnerista.

Apenas comenzó la semana, el presidente Alberto Fernández utilizó la cadena nacional -una rareza en su mandato- para dedicar un mensaje grabado de seis minutos en los que hizo referencia exclusivamente a este tema, resaltando la gravedad de lo que se insinuaba en la filtración y ordenando una serie de medidas administrativas como la denuncia penal contra los jueces y empresarios por el presunto delito de dádivas y la instrucción para que en el Consejo de la Magistratura se evaluara disciplinariamente el comportamiento de los jueces. Buscó no centrarse en las conversaciones filtradas para conjurar la posibilidad de que fueran nulas dado el origen desconocido e ilegal que tiene la interceptación de comunicaciones. Luego de la primera publicación del vuelo a Lago Escondido, en el órgano disciplinario de los magistrados, habían ingresado dos denuncias que pasaron a conformar expedientes de la Comisión de Disciplina. Desde octubre permanecían en la secretaría sin sorteo ni asignación de consejeros. Esa comisión la preside la senadora del Frente Nacional y Popular Inés Pilatti de Vergara.

Al día siguiente, el Tribunal Oral Federal Nº 2 emitió el veredicto en la causa Vialidad. Allí por primera vez en la historia se condenó a una vicepresidenta en ejercicio que además fue dos veces presidenta. La pena a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos disparó la furia del kirchnerismo que considera que toda esa sentencia tenía como único fin proscribir electoralmente a la dirigente con mayor caudal de votos del peronismo. Esa fue la lectura que primó públicamente de una noticia que, por previsible, sacudió y obligó a todo tipo de manifestaciones de repudio del panperonismo y organizaciones afines. En privado, y para quienes leyeron con ojo clínico la construcción que hizo el tribunal para definir roles, delitos, y las penas hubo una coincidencia: el TOF dejó servido que, en instancias superiores, la acusación contra Cristina llegue a una vía jurídica muerta. Al quitarle la asociación ilícita que no se logró probar para ninguno de los implicados y absolviendo al Ministro de Planificación Julio De Vido de todos los delitos mencionados, la participación de la expresidenta quedaba totalmente desenganchada de los argumentos con los que trataron de sostener una condena en su contra, precisamente por el tipo de delito al que aluden, su aplicación restrictiva y las funciones presidenciales en el ordenamiento del Estado basadas en la responsabilidad objetiva. Y, sobre todo, los precedentes.

Más allá de eso, Cristina había preparado una alocución a continuación del veredicto que ofició como una cadena nacional, informal. Fue donde tiró una bomba neutrónica. A contramano de la gestualidad que venía desplegando en los últimos actos y con los mensajes subliminales que dirigía a sus seguidores, anunció que en 2023 no sería “candidata a nada” y que su nombre no estaría en boleta alguna para ningún cargo. Desde ese momento, la sorpresa se apoderó de todo el kirchnerismo y atravesó también a la oposición que con efecto retardado puede ver caer toda la estantería de su propio esquema de alianzas, urdido (en mayor parte) con el único fin de enfrentarla. Esa es una historia en desarrollo que comenzó a ocurrir a minutos de que se conociera la sentencia. La principal dirigente política del oficialismo hizo otra vez una jugada sorpresiva en la que su mensaje se dirigía directamente a quienes en realidad cree enfrentar, especialmente al Grupo Clarín, con la oposición como actor de reparto.

Pero si bien fue el cierre, el resto de su exposición no fue sobre el veredicto que acababa de escuchar: fue sobre el viaje de los jueces y el repaso por sus presuntas conversaciones para graficar el escándalo institucional que significaba que esas relaciones hubieran quedado a la luz del día, en especial con Julián Ercolini, el juez que había instruido la causa Vialidad que había terminado en este juicio. Si de confabulaciones se trata, otros matices obligan a considerar aspectos colaterales del resto de los jueces viajeros: Pablo Yadarola era el candidato de un sector del oficialismo para reemplazar a los vilipendiados Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi en la Cámara Federal. Estuvo a nada de que se votara esa terna para elevar. Si bien es cierto que Pablo Cayssials, del contencioso falló a favor de otorgar una cautelar contra el límite de aumentos en las telecomunicaciones también lo es que fue el que desestimó el amparo que presentaron los senadores del PRO contra Martín Doñate ante la jugada del kirchnerismo de dividir el bloque en el Senado para alcanzar la banca por la segunda minoría.

El miércoles, el Gobierno presentó la denuncia penal contra casi todos los participantes de la visita a Lago Escondido. Horas antes, la fiscal federal de Bariloche había imputado por presunta percepción de dádivas a todos los integrantes del vuelo del escándalo, se hizo de las facturas y pidió que se levante el secreto fiscal y bancario de todos los jueces. No hay muchos precedentes de esto. La fiscal que aparece referida en las conversaciones filtradas se debe haber visto que iba a ser la única eyectada por el affaire si no activaba movimientos. Los senadores del FdT iniciaron otra vía: acudieron al Consejo para pedirle una reunión a su presidente Horacio Rosatti con un triple motivo: repudiar la condena a Cristina, urgir una respuesta contra los jueces viajeros y acusarlo al presidente de la Corte de paralizar el Consejo por no hacer jurar a Doñate. En ese mismo momento estaba ingresando un “per saltum” a la Corte lanzado por el macrista Luis Juez para que lo coloquen en lugar del senador kirchnerista. En simultáneo, nadie sabe con certeza si el retiro de las propuestas para todos los Diputados que iban a jurar por un fallo contra la radical Roxana Reyes tiene validez. De hecho, la Cámara no pudo renovar autoridades tras una sesión bochornosa.

Afortunadamente, jueves y viernes son feriados en la Argentina. Un lugar donde en menos de una semana puede ocurrir de todo.

Dejá tu comentario

Te puede interesar