20 de enero 2003 - 00:00

Negocian con UCR ley electoral para que Duhalde no rompa el PJ

Ramón Puerta comenzará, a partir de hoy, a tejer dentro de la dirigencia independiente del PJ una propuesta que evite la fractura del partido. Los peronistas desembocarán en la división si el viernes próximo Eduardo Duhalde consigue su objetivo: que el congreso partidario decida la abstención del peronismo en los comicios del 27 de abril, obligando a los candidatos a participar de las elecciones con partidos de fantasía. La propuesta de Puerta es que se sancione una ley electoral similar a la ley de lemas, pero adaptada al sistema de ballottage. Para calcular la segunda vuelta, se considerarían los sufragios que sacó el candidato más votado, sin sumarle -como en la ley de lemas- los de los demás postulantes por su partido. Este sistema evitaría la división formal, que los gobernadores ven como una epidemia amenazante en sus provincias. Al menemismo lo seduce esta propuesta porque obliga a los de Duhalde a argumentar, en el congreso, a favor de la división y de la abstención. Aunque, sobre la hipótesis de lo que hoy pesa cada uno en el electorado, a Menem le sigue resultando más beneficiosa la ley de lemas pura o la interna clásica, que el duhaldismo se niega a habilitar. Por su parte, en la provincia de Buenos Aires el menemismo decidió hacerle probar a Duhalde de su propia medicina: estudian no ir a la interna con la excusa de que los padrones son «truchos» y ya insinúan la candidatura de Alberto Pierri para la gobernación.

Negocian con UCR ley electoral para que Duhalde no rompa el PJ
Eduardo Duhalde pasará la semana abocado a una tarea prosaica, gris: tildar largas listas de delegados al congreso del PJ para asegurarse el quórum que le permita imponer allí sus designios. Los objetivos que persigue son más inquietantes que esa faena administrativa: Duhalde se prepara para declarar la abstención del peronismo en las elecciones presidenciales del 27 de abril, lo que provocará inevitablemente su división en varias candidaturas que competirán entre sí desde distintos partidos de fantasía. Son determinaciones enormes, traumáticas, sobre cuyas consecuencias el propio Duhalde está totalmente a ciegas. Curioso modo de proceder para alguien que se confiesa parte de «lo viejo» y que, en ese carácter, se niega a seguir participando de la lucha electoral.

Mientras en las oficinas presidenciales se lleva adelante esta tarea, en la que colaboran el oncólogo José Pampuro -el especialista en «alta complejidad» con que cuenta la Casa Rosada-, el «renovador» Juan Carlos Mazzón y un amanuense todo servicio como Carlos Caterbetti, en otros rincones del PJ se hacen contactos y discuten argumentos para oponer a las pretensiones del duhaldismo. Esas vinculaciones se extienden en ambos mundos y conectan Buenos Aires, Londres y Roma. Tanto Eduardo Bauzá como Ramón Puerta, por vía separada, están haciendo un último esfuerzo para que la abstención del peronismo sea suplantada por una reforma al sistema electoral. No es la ley de lemas, que tantas reticencias produce en el radicalismo sino un método similar que se ha denominado informalmente «dos por dos».

• Acuerdo

En la última reunión que mantuvo la mesa de conducción del Congreso del PJ, hace dos viernes, se dispuso que ese partido impulsaría en el Parlamento la ley de lemas y, si no, ratificaría la realización de internas para el 23 de febrero. Eduardo Camaño, el presidente de la Cámara de Diputados, conserva el documento con la firma de los representantes de los distintos sectores. Fue Duhalde quien desautorizó esa decisión en la que participaron desde Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota hasta el propio Carlos Menem, representado por Juan Carlos Romero. Se lo dijo a Puerta en Misiones: «No puedo avalar la ley de lemas porque Alfonsín está en contra». No confesó -ni lo haría ahora, claro- que su repudio a la ley de lemas se debe a que con ese sistema es posible que se evite el ballottage. Como es sabido, Duhalde apuesta todo su peso político a que en una segunda vuelta Néstor Kirchner sirva de vehículo a los que se oponen a Menem desde distintos partidos y termine derrotándolo.

El senador Puerta fue el primero que le tomó la palabra a Duhalde, camino que siguió Bauzá. Si el obstáculo es Alfonsín, la solución está en hacer una gestión delante suyo. La inició Bauzá, llamando a Palm Beach, donde el ex mandatario veraneaba en casa de su yerno. Le dijeron que don Raúl estaba en Roma y allá lo buscó. No consiguió respuesta. Puerta le encomendó una misión similar a Carlos Corach, quien desde el jueves pasado se encuentra de nuevo en Oxford, sumergido en sus actividades académicas.

La iniciativa de este sector del peronismo no es conseguir la aprobación de la ley de lemas a secas. Allí reconocen que esa norma tiene visos de inconstitucionalidad muy evidentes. Por lo tanto, dispusieron un nuevo formato para la regla del ballottage. Si un sublema no alcanza la ecuación de la Constitución (45% de los votos o entre 40% y 45% pero con 10 puntos de diferencia con el segundo) se va al ballottage. Aunque todo el lema o partido haya conseguido traspasar esos límites. La peculiaridad de la ley de lemas cruda es que ese cálculo se hace sobre la base de la suma de todos los votos de un partido.

De estas características proviene el
nombre «dos por dos»: Se dirime la interna y la general en un mismo acto -como en la ley de lemas- pero se establece la segunda vuelta sobre la base de candidatos individuales y no de la sumatoria de todos ellos en un partido.

• Juego

Aquí es donde hay que detenerse a ver la sutileza de lo que propone Puerta. Si se adopta la propuesta de Duhalde, abstención y competencia de candidatos individuales en la elección general, el escenario de cumplimiento más probable es el ballottage entre Carlos Menem y un peronista, como Adolfo Rodríguez Saá o Néstor Kirchner (aunque no está asegurado que el barrilete de Duhalde remonte vuelo). El radicalismo está absolutamente marginado del juego. Si se adopta la ley de lemas lisa y llana, lo más probable es que Menem gane en primera vuelta. El sistema recomendado por Puerta, en cambio, garantiza la segunda vuelta cuando no aparece un candidato mayoritario y seduce a los radicales con la posibilidad de participar en ese segundo turno si consiguen superar con sus sublemas a Elisa Carrió y a Ricardo López Murphy (quimera que ni Alfonsín sostiene pero que podría servir para despejar la interna radical, endemoniada por el fraude).

Alfonsín no le había dado respuesta a Corach todavía, anoche (el ex ministro del Interior se fue a dormir con su celular abierto, por si llamaban desde Roma). Pero importa igual lo que propone Puerta y en alguna medida entusiasma a Bauzá: habrá un bloque de congresales del PJ, el viernes, defendiendo esta salida. Numéricamente, puede no ser una proporción decisiva de esa asamblea. La Carta Orgánica del PJ es casi risible. Se sesiona con quórum de mitad más uno; a partir del segundo llamado a deliberar, el quórum baja a un tercio. De ese tercio, la mitad más uno (un sexto del total) puede modificar la propia carta orgánica. El duhaldismo tiene delegados como para jugar en el borde del reglamento y por eso cualquier martingala de Puerta y el interior del país le resulta indiferente.

Pero lo novedoso es que Duhalde y los suyos deberán justificar públicamente su negativa a dar internas. Camaño, por ejemplo, tendrá que explicar por qué no va a cumplir con lo que hace 15 días suscribió a la luz del día. El senador por Misiones recibirá hoy mandato del PJ de su provincia para establecer esa posición. Es posible que los entrerrianos de Jorge Busti también lo sigan.

Menos claro está qué hará José Manuel de la Sota. Si fuera por su estado de ánimo se sumaría a las fuerzas del menemismo -que promete concurrir a la asamblea- para obstruir el proyecto de Duhalde. Pero sus íntimos explican que, aunque desairado y humillado, «José Manuel no está en condiciones de quejarse porque lo están ayudando con muchas cosas para la provincia». Otra señal de renovación política
.

• Interrogante

Quedan grandes incógnitas para la semana. La primera, si Carlos Reutemann hará defender por sus delegados la posición que adoptó públicamente cuando dijo que la candidatura presidencial debería resolverse por internas. En el gobierno especulan con que el santafesino se mantendrá en el medio del río y hasta podría enviar «medio bloque» de congresales.

Duhalde seguirá punteando hombres del interior en un papel. Se aseguró los de la Patagonia. Cree contar con los de las provincias muy endeudadas, como Jujuy, Formosa o Tucumán. Confía en que Mazzón, apretador oficial de la Rosada, conseguirá otras adhesiones menos automáticas que las del dinero. Sigue marcando la lista, el Presidente. Es una tarea rutinaria, automática, de esas que se hacen casi sin pensar. Es la mejor forma de pasar el momento, sobre todo cuando lo que se está por decidir es dramático para cualquier peronista que se formó en la reverencia a «la unidad del movimiento».

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