25 de junio 2007 - 00:00

"No hay que perseguir fantasmas"

Paula Bertol, Horacio Rodríguez Larreta y el equipo de campaña, levantan enandas a Mauricio Macri sobre el escenario. Por un rato, cambiaron la estéticade los festejos.
Paula Bertol, Horacio Rodríguez Larreta y el equipo de campaña, levantan en andas a Mauricio Macri sobre el escenario. Por un rato, cambiaron la estética de los festejos.
El primer discurso de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño le sirvió para enviar algunos mensajes tanto a nivel nacional como hacia adentro de lo que será su administración.

Definió a esa era como «la de las obligaciones», en contrapunto con la política de revisión permanente del pasado del gobierno de Néstor Kirchner, inclusive apelando en tres oportunidades a no «seguir persiguiendo fantasmas».

Macri deberá, sin duda, acordar con el sindicato de empleados públicos porteños para gobernar, ya que ningún intendente o jefe de Gobierno pudo hacerlo sin superar ese escollo. Pero de entrada eligió pedirles a los maestros que trabajen y a sus futuros empleados que cumplan.

En medio hubo de todo sobre el escenario: discurso de Gabriela Michetti, la presentación de una dirigente del PRO de 97 años que los acompañó en el festejo y hasta desbordes del propio Macri.

El ganador nacionalizó ayer su discurso ni bien comenzaron los festejos. «Lograremos nuestro objetivo cuando toda la Argentina esté de pie. Recién ahí el PRO va a sentir que ganamos, que cada uno de los argentinos tenga una oportunidad de progreso», dijo. «El país en que vivimos merece todo tipo de sacrificio para construir un futuro mejor para todos, con toda la clase política. No más agresión, no más perseguir fantasmas del pasado.»

En seguida se profundizaron las diferencias con el gobierno de Kirchner: «Sostenemos otros valores: no más ataques infundados, no más conflictos inventados, no más perseguir fantasmas del pasado, no más resentimientos. Queremos construir para adelante», exclamó junto a Gabriela Michetti en el primero de sus discursos, mas tarde lo repetiría en una conferencia de prensa.

Dejó en claro que pedirá hoy mismo una audiencia con Kirchner para tenerla en cuanto lo «permita la agenda del Presidente» y enfatizó: «Queremos dialogar, queremos construir juntos un futuro mejor para todos, no somos enemigos, ni siquiera adversarios».

Pero hubo una definición que lo separa ampliamente de cualquier línea de diálogo con el kirchnerismo: «El siglo veinte fue el siglo de los derechos humanos, el veintiuno tiene que ser el de las obligaciones ciudadanas. Todos tenemos derechos pero tenemos obligaciones, reconocemos al prójimo, respetar al otro, cada uno asumir la tarea que le corresponde».

Hubo también definiciones prácticas. Sobre las especulaciones de un adelantamiento de la transición, Macri se mantuvo en la misma línea que hasta ahora: «No vamos a asumir hasta dentro de cinco meses», dijo ratificando que el PRO no quiere estar gobernando la ciudad durantelas elecciones nacionales. Hubo insistencias para que definiera su posición frente a Ricardo López Murphy: «Vamos a pensar mucho sobre el aporte nacional». No convenció y debió insistir: «Ricardo ha sido partícipe de este éxito. Esteban Bullrich fue una pieza de nuestro equipo. Con el correr de los días vamos a pensar en el futuro».

Más escueto fue sobre Juan Carlos Blumberg: «Estuvo y me saludó», respondió. De hecho muchos ni se enteraron ayer de que había pasado a felicitarlo.

También habló del triunfo del ARI en Tierra del Fuego, pero sin acercarse a Elisa Carrió: «Es un día para reflexionar. La gente está diciendo que no quiere más confrontación, que no quiere más revanchas, que no quiere más fantasmas del pasado», insistió.

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