13 de noviembre 2006 - 00:00

Para salvarse Moyano pide ya suba salarial

Golpeado, en medio de versiones que indican que luego del verano perderá el predominio de la CGT, Hugo Moyano sigue sobreactuando movimientos previsibles: este fin de semana le envió un mensaje al gobierno al decir que impulsará la discusión sobre la distribución de la riqueza. Es un tema que Kirchner todavía no puede mostrar porque los indicadores oficiales -del INDEC- revelan que poco se avanzó desde su asunción en ese rubro. Moyano aborda, entonces, un tema sensible y es nada más y nada menos que una señal de alerta para la Casa Rosada. ¿Es un llamado de atención del camionero para que el gobierno refuerce su auxilio para preservarlo al frente de la CGT? ¿O es una amenaza para evitar lo que se presume en ciertos mentideros respecto de que Kirchner ya firmó la caída de Moyano pero que sólo espera el momento más oportuno para permitir (o aceptar) que se ejecute?

Hugo Moyano
Hugo Moyano
Era inevitable. Si hasta lo dijo horas después del caos de San Vicente cuando, por radio, acusó a «conspiradores» de operar para suspender el acto porque él, Hugo Moyano, tenía previsto anticipar que el debate que plantearía la CGT sería en relación con la distribución del ingreso.

Más tarde, en otro contexto, en una ronda menos ostentosa, el camionero retomó aquel libreto que tiene, claro está, un destinatario puntual: Néstor Kirchner. ¿A qué otro, más allá de cuestiones discursivas, puede importar esa advertencia de la CGT?

Y ocurrió: el sábado por la noche, durante una cena sobre los 120 años de la creación del Sindicato de Panaderos, el cacique anunció que la «recuperación del poder adquisitivo» es el eje de la política que impulsa desde la central de la calle Azopardo.

A su lado se mostraba el anfitrión, Abel Frutos, jefe de Panaderos. Antes considerado un «luisito» por su vínculo estrecho con Luis Barrionuevo, Frutos es desde hace algún tiempo un aliado incondicional de Moyano.

Las razones que enhebraron esa amistad son tan misteriosas como las que hicieron que Omar «Caballo» Suárez, de SOMU, se distancie del gastronómico para alinearse, como el grueso de los gremios portuarios -¿medió Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento?- con Moyano.

  • Razones misteriosas

    Más palpables, y se llaman Julio De Vido y Belgrano Cargas, los motivos de por qué Omar Maturano, de La Fraternidad, antes cercano a Barrionuevo, también se atrincheró del lado de Moyano.

    «Nadie puede decir hoy que esta conducción de la CGT no pelea por la recuperación del poder adquisitivo o se entrega a las políticas patronales», dijo el camionero. A su lado, atentos, estaban Juan Rinaldi, su «hombre» en el APE, y Pablo Moyano, su hijo y heredero en Camioneros.

    «Los sindicatos estamos en pie de guerra contra el trabajo en negro y vamos por la redistribución de la riqueza», agregó el camionero.

    Los dos asuntos se orientan a actores puntuales. El de la redistribución, que anticipa tensión salarial, a la Casa Rosada; lo del trabajo en negro es una referencia retroactiva y se vincula con lo ocurrido en AySA, empresa que maneja el sindicado de Obras Sanitarias, de José Luis Lingieri.

    Hay un detalle que en unos días tomará fuerza: Frutos agradeció la «confianza y el apoyo que nos brindó el compañero Hugo Moyano» porque «comprendió el rol estratégico que cumple nuestro gremio en la sociedad». ¿Se plegará este gremio al control de precios, como émulos de Guillermo Moreno?
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar