Pelea ahora en la UCR entre los lavagnistas duros y moderados

Margarita Stolbizer

El tsunami lavagnista que ayer parecía arrasar con las instalaciones del comité nacional de la UCR se topó con el chaqueño Mario Jaraz, quien asoma ahora como candidato a continuar la presidencia del radicalismo que Roberto Iglesias dejó vacante tras su renuncia.

Antes de la reunión que la mesa directiva del partido mantuvo ayer para aceptarle la renuncia a Iglesias, el senador Gerardo Morales, un lavagnista de paladar negro, asomaba como el único postulante a comandar la UCR. Con el apoyo de los jefes de bloque Fernando Chironi (Cámara de Diputados) y Ernesto Sanz (Cámara de Senadores), del alfonsinismo y del titular de la convención nacional, Adolfo Stubrin, el senador jujeño parecía no tener ningún obstáculo para ser consagrado el próximo 1 de diciembre nuevo presidente del radicalismo.

Pero el sector que lidera la secretaria general del partido, Margarita Stolbizer, propuso que Jaraz, en su condición de vicepresidente primero de la UCR continúe el mandato de Iglesias hasta fines de 2007. La ex diputada había sugerido en un primer momento el nombre de Sanz, quien se autoexcluyó de la contienda, y luego decidió respaldar a Jaraz para detener así la embestida lavagnista del partido.

Prioridades

Aunque Jaraz es un personaje cercano al diputado Angel Rozas su lavagnismo es más moderado que el de Morales y en su orden de prioridades, aseguran quienes más lo conocen, está primero la conformación de una fórmula radical pura. Por eso tampoco es inocente el apoyo que recibe de Stolbizer, la principal impulsora de que la UCR proclame candidatos propios para 2007.

En línea con la ex diputada está la porteña Pensamiento y Acción junto al dirigente radical Nito Artaza quien afirmó que en la reunión del próximo 1 de diciembre « rechazaré como lo hice en el comité federal, la convención nacional y en las reuniones de la mesa de conducción del comité nacional una alianza con Roberto Lavagna y el duhaldismo.Por lo tanto, rechazaré la postulación del operador lavagnista Gerardo Morales, y volveré a pedir candidatos propios para los radicales».

La convocatoria de diciembre -que contará con la presencia de un centenar de delegados partidarios de todo el país, a razón de cuatro representantes por provincia-fue avalada por amplia mayoría en la mesa directiva, aunque tuvo el rechazo de Stolbizer, quien denunció que la urgente convocatoria al plenario se debe a ciertas «presiones» para acordar una alianza electoral con Lavagna.

Aceleración

Sucede que Morales, proclive a una alianza con el ex ministro, contaría con los votos necesarios para imponerse al frente de la conducción del partido, hasta completar el mandato que Iglesias dejó inconcluso. Así, bajo la conducción de Morales, se aceleraríaen el seno del centenariopartido el proceso de alianza electoral con el lavagnismo de cara a las elecciones del año próximo, pero esta vez de manera orgánica.

Sin embargo, Stolbizer repudió esta posibilidad al advertir que Morales es «un presidente metido por la chimenea» y se mostró partidaria de que el actual vicepresidente de la UCR, Jaraz, asuma la titularidad del partido hasta completar el mandato del legislador mendocino.

Mandato

«No queremos que nos metan un presidente del partido por la chimenea», sostuvo Stolbizer en referencia a la eventual designación de Morales frente a la presidencia de la UCR.

Por su parte, Jaraz reconoció que Morales es por ahora el «único candidato» a la presidencia partidaria y sostuvo que, en caso de que asuma la conducción, «deberá volver al mandato otorgado por la convención en Rosario para seguir con las conversaciones con otras fuerzas y, cuando lo crea necesario, definir la estrategia electoral para el año próximo».