Prensa, otro fracaso que el gobierno hace pasar por éxito
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La experiencia del viaje a Nueva York muestra lo contrario. El gobierno pagó el acto de campaña más caro de la candidata del oficialismo y el único resultado es que debió dar explicaciones por sus contactos con la prensa en tres ocasiones.
La primera fue con el diálogo que publicó este diario con definiciones sobre las elecciones en el Chaco y Córdoba. Las expresiones del presidente sobre la puja Schiaretti-Juez repercutieron en esa provincia, lo cual motivó un desmentido agresivo del ministro del Interior, seguido de soeces expresiones enviadas al responsable de esa cobertura por correo electrónico. Duró poco ese desmentido porque nunca lo admitió el propio Kirchner al bromear en público sobre la publicación de un diálogo tan fiel a lo que había dicho que parecía que lo hubieran grabado discretamente. Una afrenta no al honor sino a la capacidad de memoria del cronista. En Córdoba sigue el gobierno dando explicaciones sobre lo dicho por Kirchner en relación con la capacidad de gobernar que tendría Schiaretti si Juez insiste en impugnarlo.
El segundo caso en que se enredó el gobierno fue el de la reunión de los científicos y que motiva que tantos espontáneos salgan a poner la cara en nombre de quien pidió lacrar el contenido de un encuentro cuya trivialidad es evidente, tanto que nadie se ha sentido obligado a comentar las expresiones de la senadora sobre el apareamiento de las aves (ver sección « Zonceras y sandeces» que se publicará el viernes).
El caso más estridente es el de los dichos del Presidente a periodistas en el hotel donde se alojaba sobre que Botnia es una realidad a la cual hay que resignarse. Un cronista de «Clarín» puso esas expresiones entre comillas, que no son nuevas en boca de funcionarios. Lo había publicado este diario el 3 de setiembre pasado como eje de la actitud del gobierno ante la puja con el Uruguay. Logró levantar a los ambientalistas, que vieron alimentada su inquina ante el gobierno nacional y sus torpezas en el manejo de la crisis por las papeleras. Puso al Presidente y al gobierno que se había gastado una millonada en algunas «photo opportunities» en Nueva York en la obligación de dar explicaciones sobre otro traspié con la prensa, de cuya manipulación entiende el gobierno saca mucho rédito. Ayudó bastante que el propio «Clarín» ayer empezase a poner en duda lo que había escrito el periodista, admitiendo las aclaraciones del Presidente. Es hora de que revisen el método, que le resulta caro al Tesoro, y encima lastima más al gobierno en plena campaña, cuando menos problemas necesita. En suma, otro caso en que venden como éxito su propio fracaso.
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