¿UCR propone acuerdos?
La UCR ingresó ayer en el juego de proponer acuerdos inviables al sugerirle al gobierno que concierte con las autoridades oficiales del partido y no con los gobernadores radicales alineados con la Casa Rosada. Casi un diálogo entre sordos: el radicalismo prioriza una nueva ley de coparticipación federal para sentarse a dialogar con Néstor Kirchner, quien ni siquiera accedió a ello cuando se lo reclamaba el FMI y prefirió alejarse del organismo. Ningún gobierno aceptó desde 1988 debatir nuevamente esa ley que regula las cajas provinciales. Todo se da en medio de un clima de fractura radical que se potenció con la pirotecnia verbal desplegada por el santiagueño Gerardo Zamora desde Madrid, donde acompaña al Presidente. «La UCR no existe como alternativa», había dicho el gobernador radical. Ayer, Roberto Iglesias, jefe del radicalismo, le sugirió que militara en el Frente para la Victoria. En el actual contexto, en agosto, durante la Convención Nacional, se formalizaría la ruptura del centenario partido.
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El Comité Federal de la UCR debatió ayer por casi ocho horas sin definir un apoyo explícito a la candidatura de Roberto Lavagna. El jefe del partido, Roberto Iglesias, criticó duramente a los gobernadores radicales alineados con la Casa Rosada.
Más temprano, Iglesias desmintió que la cumbre partidaria tuviese como objetivo analizar candidaturas: «No se va a hablar de estrategias electorales ni de nombres. La política está en crisis, y el país necesita de estructuras sólidas como la del radicalismo», enfatizó el mendocino quien, junto al alfonsinismo, aspira a que Lavagna se recueste sobre el aparato de la UCR para competir en 2007 por el sillón de Rivadavia.
Aunque no estuvo el ex presidente radical, sí se presentó Ricardo Alfonsín. Los estrategas radicales sugerían que el caudillo de Chascomús se había acercado al ex ministro de Economía para forzar a Kirchner a concertar con su partido en términos formales, y neutralizar así su método de cooptar aisladamente a dirigentes provinciales como Cobos y compañía. El contenido del documento difundido ayer pareció ratificar estas especulaciones al contraofertar a la Casa Rosada una concertación con el sello oficial del partido. «Los gobernadores tendrían que estar acá explicando cuál es su postura, y hasta en una de ésas nos convencen», atacó afilado Iglesias.
Fernando Chironi, presidente del bloque UCR de la Cámara de Diputados, el bonaerense Juan Manuel Casella, el senador santacruceño Alfredo Martínez y Margarita Stolbizer fueron algunos de los referentes radicales que recorrían los pasillos del Comité, donde todos se preguntaban por el resultado del choque Brasil-Japón. Mientras, la blonda ex diputada alertaba sobre el peligro de discutir sobre candidaturas virtuales y manifestaba su rechazo tanto a la postulación de Lavagna como a la concertación con Kirchner. Más tajante, y casi a modo de confesión, el imitador Artaza reflexionaba: «No puede ser que los radicales seamos tan mediocres y no poder impulsar una candidatura propia».
Al borde de la fractura, pero rechazando la posibilidad de expulsar a los radicales K, la UCR se encamina a la Convención Nacional de agosto con la mayoría de los distritos encolumnados detrás del proyecto «Lavagna 2007», al que adhieren también los ex duhaldistas opositores de Jorge Sarghini y Eduardo Camaño.
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