Cada sociedad es distinta y vive su propia realidad, pero compartimos un mismo mundo. Y si bien existen algunas diferencias culturales, a la mayoría nos rige el mismo sistema de poder. En la literatura, hay muchos autores que hablaron sobre esto con advertencias implícitas en historias de ciencia ficción.
Según la Inteligencia Artificial, estos 5 libros de ciencia ficción describen el mundo actual
En una conversación con ChatGPT, nos conto qué libros se parecen cada vez más a la realidad que vivimos como sociedad en la actualidad.
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Los libros más representativos de la realidad actual.
Según la Inteligencia Artificial, la realidad actual se parece cada vez más a algunos de los célebres y conocidos libros de ciencia ficción, y esto son los cinco más representativos.
Los 5 libros de ciencia ficción que parecen escritos sobre el presente, según la IA
Cada uno de estos libros plantean un futuro distópico distinto, no obstante, también se pueden encontrar similitudes: en todos ellos se trata de ejercer un poder autoritario. Cada autor retrata cuál es la forma en la que imaginan que nos podrían controlar.
1. 1984 – George Orwell
En el caso de 1984, se plantea la historia de Winston Smith, un hombre más en una sociedad controlada de una forma agresiva y extrema. Lo primero que se puede señalar es que los ciudadanos son vigilados por cámaras en todo momento del día. Se establece un control político en el cual pensar diferente es un crimen, para lo que existe la policía del pensamiento. Existe manipulación de información, que solo refuerza el estilo de pensamiento que el gobierno busca.
Algunos de los lemas del gobierno son:
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“La guerra es paz”: mantener un enemigo constante garantiza que la población no se rebele contra el Estado. El miedo externo une y refuerza la paz interna. Como explica O’Brien, en realidad el verdadero sentido es “la paz depende de la guerra”.
“La libertad es esclavitud”: quien no conoce otra forma de vida que la servidumbre puede sentirse libre dentro de esa condición. Para el Partido, el orden se sostiene en la idea de que “la esclavitud es la verdadera libertad”.
“La ignorancia es fuerza”: una sociedad desinformada no cuestiona el poder. La manipulación del conocimiento evita cualquier intento de rebelión, de modo que “la fuerza del Partido está en la ignorancia del pueblo”, concluye O’Brien.
Su paralelismo con la realidad según la IA se puede ver en la desinformación impulsada por algunos gobiernos, los crímenes de odio, y la falta de privacidad, que si bien en 1984 es mucho más extrema, actualmente se debate la privacidad digital.
2. Un mundo feliz – Aldous Huxley
Un mundo feliz cuenta la historia de una sociedad controlada a través del placer, la biotecnología y el condicionamiento. Nos presenta una sociedad "libre" e individualista. No existen las familias, porque la mayoría de las personas son diseñadas genéticamente por el mismo sistema que los controla y los clasifica según "calidad". A los alfas, la mejor genética, les esperan los mejores trabajos de dirección y liderazgo. A los epsilons, la peor, se les asignan los trabajos forzados y las tareas más peligras y repetitivas. A cada categoría se los somete a la hipnopedia: un proceso de aprendizaje inconsciente a través el cuál les programan el pensamiento.
Además, el estilo de vida y los conceptos como familias o monogamia, o incluso el amor, es concebido como algo salvaje y asqueroso. Y son controlados por el soma, la sustancia de la felicidad, una droga que les permite manejar las emociones.
El paralelismo con la actualidad es evidente: desde los avances en edición genética (CRISPR) hasta el uso masivo de psicofármacos y la cultura del placer inmediato a través del consumo y el entretenimiento digital. La novela, lejos de ser pura ficción, funciona como una advertencia sobre cómo la búsqueda obsesiva de bienestar puede convertirse en un mecanismo de control social.
3. Neuromante – William Gibson
Neuromante es considerado el punto de partida del ciberpunk, un subgénero de ciencia ficción que explora la relación entre humanos y tecnología en sociedades dominadas por las corporaciones. La novela introdujo la idea del ciberespacio como un universo virtual en el que los hackers podían moverse y luchar por el control de la información, mucho antes de que internet fuera parte de la vida diaria.
Su mensaje central es claro: en un mundo donde la tecnología avanza sin freno, el verdadero poder está en manos de quienes controlan los datos y las inteligencias artificiales. El paralelismo con nuestra realidad es evidente: hoy hablamos de IA generativa, ciberseguridad, big tech y concentración de poder digital, todos temas que Gibson imaginó hace más de 40 años.
4. Snow Crash – Neal Stephenson
Snow Crash sigue a Hiro Protagonist, un hacker y repartidor de pizzas que se ve envuelto en una conspiración alrededor de una nueva droga/virus llamada Snow Crash. Esta sustancia funciona tanto en el mundo real como en el metaverso, afectando a los usuarios a nivel físico y mental.
La novela presenta un futuro en el que las megacorporaciones y mafias privadas sustituyen a los gobiernos, y la vida digital en el metaverso tiene tanto peso como la real. Su mensaje central es la vulnerabilidad de la sociedad frente al control de la información y la manipulación cultural, que puede propagarse como un virus.
El paralelismo con la actualidad es directo: hoy debatimos sobre el impacto de las redes sociales, fake news, algoritmos e incluso el metaverso de Meta, mostrando que la distopía de Stephenson estaba más cerca de lo que parecía hace 30 años.
5. El cuento de la criada – Margaret Atwood
El cuento de la criada retrata la vida en Gilead, una teocracia totalitaria donde las mujeres pierden todos sus derechos y solo unas pocas, llamadas criadas, son obligadas a tener hijos para la élite gobernante. La protagonista, Offred, narra su experiencia en este sistema que reduce a las personas a funciones estrictas: reproductoras, esposas, sirvientas o vigilantes.
El mensaje central es una crítica al autoritarismo y al control sobre el cuerpo femenino, mostrando cómo la religión y el poder político pueden usarse para justificar la opresión. Atwood siempre aclaró que nada en el libro es inventado: todas las prácticas descritas existieron en algún momento de la historia humana.
El paralelismo con la actualidad es contundente: los debates sobre derechos reproductivos, aborto, maternidad forzada y retrocesos en libertades civiles hacen que la novela siga siendo un símbolo en las protestas feministas y un recordatorio de lo frágiles que pueden ser los derechos conquistados.
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