27 de noviembre 2016 - 13:05

Angola, la aventura africana de Fidel Castro

El primer presidente de Angola, Antonio Agostinho Neto y el comandante cubano Fidel Castro
El primer presidente de Angola, Antonio Agostinho Neto y el comandante cubano Fidel Castro
El presidente angoleño José Eduardo Dos Santos rindió homenaje al fallecido líder cubano Fidel Castro, destacando su apoyo clave al Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), que dirige el país africano desde 1975.

Durante un cuarto de siglo, Angola fue escenario del mayor conflicto africano durante la Guerra Fría, en el que el régimen castrista desempeñó uno de los papeles principales.

En el punto álgido de la guerra civil que asoló el país entre 1975 y 2002, Cuba desplegó hasta 50.000 soldados, a pedido de su amigo Agostinho Neto y su movimiento, el MPLA, que acababa de alcanzar el poder tras la independencia de la excolonia portuguesa.

Neto enfrentaba entonces la amenaza de las guerrillas de Holden Roberto -apoyado por Zaire- y de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita), de Jonas Savimbi, que actuaba con el respaldo y la participación de Sudáfrica.

El actual líder del MPLA, el presidente Dos Santos dijo estar "profundamente consternado" por la muerte de Castro. En una declaración con tintes revolucionarios, el mandatario de 74 años recordó a "una figura histórica y trascendente" y resaltó la "inolvidable contribución de su país (...) en la defensa y en el mantenimiento de la soberanía y la integridad territorial de Angola".

Durante la guerra civil, Cuba, apoyada por la Unión Soviética, fue el principal apoyo del MPLA. En el bando opuesto, los movimientos rebeldes del Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA) y la Unita reciben el respaldo de Estados Unidos, Sudáfrica, Europa e incluso China.

"Angola fue un escenario de confrontación para las superpotencias de la Guerra Fría", resume la investigadora Paula Roque, de la universidad británica de Oxford. "Los cubanos desempeñaron un papel fundamental en la guerra".

La intervención cubana alcanzó su apogeo durante la batalla de Cuito Cuanavale. En enero de 1988, miles de soldados cubanos combaten al ejército sudafricano, junto a tropas angoleñas. Es la mayor batalla en suelo africano desde la Segunda Guerra Mundial.

Cuenta la leyenda que durante los combates el propio Castro telefoneaba a sus oficiales, destinados a 14.000 kilómetros de La Habana, para darles órdenes.

"Los cubanos boxearon muy por encima de su categoría", asegura Roque. "Entonces sólo eran una islita, pero tenían grandes ambiciones en Angola".

El feroz enfrentamiento concluye sin un verdadero vencedor militar, pero da lugar a la independencia de Namibia, que Sudáfrica acaba aceptando a cambio de una retirada de los militares cubanos de Angola. Dos años después, Nelson Mandela sale de la cárcel y Sudáfrica acaba con el apartheid.

La batalla de Cuito Cuanavale "fue el momento decisivo de la liberación de África Austral", declaró el sábado el presidente namibio, Hage Geingob, en su homenaje a Fidel Castro.

Además de Angola y Namibia, Cuba también apoyó al Frente de Liberación de Mozambique en las guerras de independencia y civil que ensangrentaron ésta otra excolonia portuguesa.

"La verdad es que existe un vínculo inextricable entre Cuba y el combate por la liberación de África Austral", recuerda Mac Maharaj, un veterano del Congreso Nacional Africano (ANC), compañero de presidio de Mandela. "Fidel se convirtió en una fuente de inspiración para nuestro combate".

Un año después de su liberación, Mandela viajó a Cuba en 1991. Y en su ceremonia de investidura, en 1994, el líder sudafricano suscitó muchos aplausos al recordar a Fidel Castro, dice uno de los compañeros del primer presidente negro del país, Ahmed Kathrada.

Casi tres décadas después de la famosa batalla de Cuito Cuanavale, Cuba sigue muy presente en Angola. Cerca del 42% de médicos del país son cubanos, que se quedaron en el país después de la guerra.

Dejá tu comentario

Te puede interesar