Caras largas e incredulidad: cómo se vivió la derrota en el búnker de Fuerza Patria

El peronismo bonaerense confirmó su derrota frente a Libertad Avanza por 0,52 puntos. En el búnker de La Plata Kicillof y los referentes del espacio llamaron a redoblar esfuerzos y a reorganizar la fuerza ante la nueva etapa política.

La dirigencia peronista bonaerense acusó el golpe.

La dirigencia peronista bonaerense acusó el golpe.

Antu Divito Trejo

La Libertad Avanza (LLA) logró imponerse en las elecciones legislativas de este domingo en la provincia de Buenos Aires por 0,52 sobre Fuerza Patria (FP). De este modo, el partido del presidente Javier Milei logró que ingresen desde el próximo 10 de diciembre un total de 17 diputados; el peronismo, 16 y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, dos.

Tras conocerse los resultados, el gobernador Axel Kicillof llamó a redoblar esfuerzos. "El peronismo de la provincia va a redoblar los esfuerzos para cuidar a la gente", sostuvo, y agregó que los dirigentes de su fuerza no tienen "derecho a tener tristeza porque el pueblo sufre y la patria no se vende, porque el futuro no es de Milei, sino del pueblo".

El Hotel Gran Brizo de La Plata, que en la elección del 7 de septiembre había sido escenario del festejo peronista, tuvo esta vez un clima muy distinto: gestos adustos y frases de preocupación reflejaban la desilusión mientras se confirmaban los resultados que dejaron al justicialismo por debajo de los libertarios.

En la capital bonaerense se atajaron previendo críticas por el desdoblamiento. “Si íbamos todos juntos perdíamos todos”, analizaban. Afirmaron, además, que les restó no haber podido sumar a Unión Federal, la lista del peronista díscolo Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría.

Desde las primeras horas de la tarde, la militancia se había acercado al búnker ubicado sobre la calle 51, a pocos metros de la Plaza Moreno y de la Catedral de la capital bonaerense. Con banderas argentinas, los simpatizantes esperaban los resultados bajo un sol intenso. En una pared del Teatro Argentino colgaba una imagen de Cristina Fernández de Kirchner.

A las 19:30, los tres voceros del espacio -la jefa de Asesores bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez (Movimiento Derecho al Futuro); el presidente de la Cámara de Diputados, Alexis Guerrera (Frente Renovador); y el diputado nacional Carlos Castagneto (kirchnerismo)- brindaron una conferencia de prensa en la que destacaron que la jornada se había desarrollado con normalidad y plantearon que gran parte de los bonaerenses "rechazan las políticas de Milei".

Alexis Guerrera, Cristina Álvarez Rodríguez y Carlos Castagneto

Hasta ese momento, en el oficialismo se esperaba un triunfo cómodo. En los pisos altos del hotel, el gobernador Kicillof, el líder del Frente Renovador Sergio Massa y el jefe de La Cámpora Máximo Kirchner, seguían de cerca la carga de datos junto a sus equipos. Pero a medida que avanzaba el escrutinio y llegaban las primeras mesas testigo, el optimismo comenzó a diluirse: las proyecciones ya no mostraban ventaja y la posibilidad de una derrota empezó a ganar terreno en el comando de campaña.

En el piso reservado para ministros, legisladores e intendentes, el clima pasó de la expectativa a la resignación. Los primeros boca de urna habían anticipado un triunfo de Jorge Taiana por cinco o seis puntos, pero con el correr de las horas los números se fueron inclinando a favor de Diego Santilli.

Alrededor de las 20:40, Juan Grabois bajó al subsuelo a hablar con los periodistas. “Yo tengo mucha esperanza en mi país, en nuestro pueblo, en que vamos a recuperar la patria de un gobierno de ocupación. Esta elección era mucho más difícil que la del 7 de septiembre, básicamente porque el presidente de la principal potencia del mundo se puso al frente de la campaña. El jefe de campaña de Libertad Avanza se llama Donald Trump y el ministro de Economía se llama Scott Bessen”, afirmó.

“Es una lucha desigual que la damos con coraje y entereza. Si los resultados no son favorables, hay que tener humildad y no entrar en triunfalismos. Y si son adversos, no hay que caer en derrotismos ni depresiones. Yo creo en la justicia social, en un país donde se respeta a las personas con discapacidad, a las mujeres, a los jubilados, a la gente de los barrios populares y a las pymes”, completó.

“Si ganamos la provincia de Buenos Aires, tenemos que tener mucha humildad. Y si el resultado es adverso, la templanza suficiente para fortalecer nuestras convicciones. Nuestras convicciones son buenas, son humanas”, sostuvo Grabois.

Juan Grabois

“En la provincia de Buenos Aires, en elecciones intermedias se perdió desde hace veinticinco años, y el Movimiento Nacional y Popular siempre resurgió. Tenemos buena representación política, gente con muy buen corazón y mucha honestidad. Del otro lado hay una narcoestructura apoyada por el poder imperial, que tiene herramientas que nosotros no tenemos”, concluyó.

Pasadas las 21, los datos oficiales confirmaron la derrota por una diferencia de casi un punto. Así, el peronismo volvió a perder una elección intermedia en la provincia de Buenos Aires, algo que no logra revertir desde hace veinte años.

La palabra de los referentes

A las 22:30, subieron al escenario los principales referentes del espacio: el gobernador Kicillof, Massa y Kirchner, acompañados por los candidatos a diputados nacionales Jorge Taiana, Jimena López y Grabois; la vicegobernadora Verónica Magario; Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, dirigentes sindicales, intendentes, legisladores y miembros del gabinete provincial.

El gobernador, fue el encargado de hablar ante los militantes. Agradeció a los demás socios de FP, a los postulantes, a la expresidenta Cristina Kirchner y a la militancia. "Los resultados son muy ajustados, de 0,5 puntos", expresó Kicillof y celebró que se hayan renovado los 15 legisladores que ponía en juego el peronismo "y uno más".

"Se equivoca Milei si festeja este resultado electoral donde 6 de cada 10 argentinos han dicho que no están de acuerdo con el modelo que propone. El PJ Morgan no es una sociedad de beneficencia, vino a la Argentina para llevarse un lucro y poner en riesgo nuestros recursos", dijo el mandatario bonaerense y analizó que el jefe de Estado tiene la responsabilidad de "mejorar la situación de la provincia, de la gente, de los que laburan, de los que emprenden, de los que tienen un día a día cada vez peor".

En ese marco, el gobernador afirmó que "el peronismo de la provincia va a redoblar los esfuerzos para cuidar a la gente", dijo que los dirigentes de esa fuerza no tienen "ni miedo, ni tristeza, ni resignación, sino más organización, más militancia y más fuerza para seguir siendo escudo y red para cuidar a los que sufren".

Posteriormente, justo antes de que comience a sonar la marcha peronista, dijo que "vale la pena trabajar por la justicia social, para demostrar que la patria es el otro", e indicó que "no tenemos derecho a tener tristeza porque el pueblo sufre y la patria no se vende porque el futuro no es de Milei, sino del pueblo".

Aunque la derrota representa un golpe político, en el gobierno bonaerense buscaron relativizar el impacto. “Menos mal que desdoblamos, porque nosotros tenemos que seguir gobernando mañana. En la ola, solo podés resguardarte”, señalaron en La Plata.

Con el resultado cerrado y los ánimos en proceso de digestión, se abre ahora una nueva etapa dentro del peronismo, marcada por los inevitables pases de factura. Es que mientras Kicillof y varios intendentes defendían el desdoblamiento como una estrategia para preservar las gestiones provincial y municipales, desde el kirchnerismo advertían que podía terminar en una derrota.

Las primeras señales de ese debate interno no tardaron en aparecer: la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, publicó en redes sociales un mensaje que sintetizó el malestar de su espacio. “Cristina tenía razón (no importa cuándo leas esto)”, escribió.

Algunos referentes del kirchnerismo plantearon que muchos intendentes no movilizaron como se esperaba. Los jefes comunales, por su parte, argumentan que no se sintieron contenidos en el armado de las listas. Un intercambio de reproches que anticipa una disputa más profunda por el liderazgo y el futuro de un peronismo que, más que nunca, está obligado a recomponerse.

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