Córdoba y Santa Fe, las dos principales provincias del país, luego de Buenos Aires, atraviesan una situación muy distintas a la del AMBA y otros distritos; y si bien los casos crecen en una curva sin picos, tienen menos del 10% de ocupación de las cámas de terapia intensiva.
Córdoba y Santa Fe: recta final con situación bajo control
Después del AMBA, se trata de dos provincias con alta densidad poblacional que, pese a ello, logró esquivar por el momento el rebrote que forzó retrocesos en varios distritos.
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El estricto control y de responsabilidad ciudadana se suman a un refuerzo en el sistema sanitario a inicios de la cuarentena.
Córdoba había sido puesta como ejemplo la semana pasada por el manejo de la pandemia por el presidente Alberto Fernández cuando comunicó el retorno a Fase 1 de una serie de ciudades del interior. Y, lejos de las restricciones, el gobierno de Juan Schiaretti anunció que esta semana reabrirán los gimnasios en la capital provincial.
El funcionamiento estará permitido de 7 a 23 y los salones deberán utilizar la ventilación natural. Además, será obligatorio el uso permanente de barbijo y se podrá asistir sacando turno para, durante 45 minutos, realizar actividades de baja intensidad. No se podrán utilizar vestuarios, duchas ni dispensadores de agua.
Asimismo, la Municipalidad de Córdoba inauguró ayer una nueva calle peatonal y espacio donde se ubican mesas de diferentes bares de la zona en dos cuadras de las calles San Jerónimo y 27 de abril, que eran la principal arteria para la circulación de colectivos urbanos en el centro de la ciudad. Y en una serie de departamentos de la provincia se habilitaron actividades que estaban restringidas.
Córdoba lleva 4.580 contagios acumulados, y se encuentran internadas 86 personas en camas de unidades críticas para adultos, lo que representa un 6,48% del total de camas de los sectores público y privado de la provincia.
En tanto, en Santa Fe, mantiene una curva estable. En el reporte previo al cierre de esta edición se habían registrado 167 casos para acumular unos 3.300. En el distrito gobernado por Omar Perotti la ocupación de las 900 camas críticas no llega al 5%.
La provincia ha blindado su frontera, primero en el ingreso a Rosario desde Buenos Aires, y luego en el acceso a la capital provincial desde la entrerriana Paraná, donde se exige hisopado negativo del lado santafesino para levantar la barrera (medida que generó polémica y cuestionamientos en Entre Ríos).
En esa línea, el Gobierno provincial extendió hasta el 30 de agosto la prohibición de realizar reuniones familiares y afectivas en lugares cerrados y en los domicilios de las personas, a través de un decreto que adhiere a los alcances del DNU 677/2020. También se mantiene un férreo control sobre las fiestas clandestinas y la ocupación de bares (habilitados en el distrito).
Aunque la responsabilidad social también fue llevada a extremos. Así le ocurrió a un médico que fue echado por los habitantes de la localidad de Cañada del Ucle por haber contraído coronavirus. La situación escaló y ayer la secretaria general de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA) en Santa Fe, Sandra Maiorana, denunció que el profesional sufrió “un linchamiento social”.
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