28 de septiembre 2007 - 00:00

Furia gremial con heridos y destrozos en Mar del Plata

Después del disparo que provino del interior de una de las fábricas, los activistas avanzaron destrozando a piedrazos los frentes de las pesqueras localizadas en la zona del puerto de Mar del Plata.
Después del disparo que provino del interior de una de las fábricas, los activistas avanzaron destrozando a piedrazos los frentes de las pesqueras localizadas en la zona del puerto de Mar del Plata.
Buenos Aires - La violencia gremial golpeó ayer en Mar del Plata, con origen en una interna entre empleados pesqueros que estalló en graves incidentes que obligaron a la militarización del puerto local tras una jornada de caos, que incluyó un herido de bala, destrozos a empresas, agresiones a policías y peleas entre los grupos sindicales antagónicos.
No se trata de un hecho aislado: las internas gremiales han dado varias muestras de salvajismo en los últimos tiempos, lamentables remedos de la batalla campal desencadenada entre camioneros y obreros de la construcción en la quinta de San Vicente el 17 de octubre del año pasado durante el traslado del cuerpo de Juan Domingo Perón. Pero alcanza con remontarse a los últimos días para encontrar la disputa que integrantes de (otra vez) camioneros zanjaron a las trompadas en Río Grande, en paralelo a la visita de la candidata Cristina de Kirchner. Dos días después, la interna del sindicado de vialidad de Tucumán terminó a los balazos, con cinco heridos.
Ayer, la barbarie en el puerto marplatense se desató por la mañana, en momentos en que un grupo de fileteros protestaba y quemaba gomas frente a la pesquera El Dorado, en reclamo de una masiva contratación en relación de dependencia y que los trabajadores de esa empresa se sumen a la causa. Fue entonces que se produjo el confuso incidente: desde el edificio de la firma pesquera se realizó un disparo de arma de fuego que dio en el tórax de Diego Argañaraz, un joven de 23 años que participaba de la protesta, que debió ser operado de urgencia. El hecho desencadenó la reacción de los manifestantes, que se enfrentaron en el lugar con la Policía y fueron reprimidos con gases y balas de goma.
Tras este choque, los fileteros en protesta comenzaron a movilizarse por todo el puerto, destrozando a su paso las empresas pesqueras localizadas en la zona, una escena que recordó los violentos incidentes con marineros en Puerto Deseado, Santa Cruz.
A su vez, un grupo se dirigió hasta las empresas Moscuzza y Hug-Mar y arrojó bombas molotov, rompió persianas y prendió fuego un camión, logrando además eludir el accionar policial, que llegó a la zona tras los incidentes. Del ataque tampoco se salvaron automóviles particulares estacionados en la zona portuaria, que fueron destruidos e incendiados, y el frente de FM Sur, radio que informa sobre los puestos de trabajo para fileteros y obreros del pescado.
Tras los incidentes frente a El Dorado se detuvo a dos empleados de la firma como presuntos autores del disparo y se secuestraron un revolver calibre .22 y una carabina. El fiscal Carlos Pelliza, que interviene en el caso, y el comisario Enzo Gasparini, también fueron agredidos a pedradas por los manifestantes al llegar a la zona del conflicto.

 Incomprensible

Como consecuencia de la escandalosa violencia, a pedido del intendente Daniel Katz, el gobierno nacional dispuso por la tarde el envío a Mar del Plata de 300 agentes de Infantería de la Policía Federal y 70 miembros del grupo Albatros de la Prefectura para contener la protesta de los portuarios.
Salvataje incomprensible para un intendente que ni siquiera ha logrado en cuatro años de gestión arreglar las calles de la ciudad balnearia insignia de la Argentina, ni ha ejecutado obras licitadas y se ha dedicado a pagar abultadas nóminas de salarios públicos. Tanto desdén le mereció, sin embargo, un premio del Presidente, que lo ubicó en el segundo lugar de la lista de candidatos a diputado nacional por la provincia y a quien el propio Daniel Scioli le tiene, además, garantizado el mando de la estratégica cartera de Obras Públicas bonaerense.
Ayer Katz pidió personalmente la ayuda federal al ministro del Interior, Aníbal Fernández, y al jefe de la Policía Federal, Néstor Valleca. «La situación está desmadrada», reconoció el dirigente marplatense, un radical concertador. Y justificó el caos en la «interna gremial» de los pesqueros.
Justamente, como antesala del estallido, el miércoles también se había producido un violento incidente. En este caso la víctima fue el secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP), Samuel Salas, que cuando realizaba un trámite bancario fue abordado por un grupo de trabajadores que se encontraba manifestando. Allí lo atacaron a golpes y lo condujeron por la fuerza hasta la sede del Ministerio de Trabajo de la Nación, donde -denunció Salas- lo habrían obligado a decretar un paro por 48 horas -para hoy y mañana- y pedir formalmente la derogación del convenio colectivo pyme, que es aplicado en varias fábricas de la industria pesquera. Tras el incidente, el titular de Soip realizó la denuncia policial y desconoció el acta firmada.
Antes de estos hechos, el sector más duro de los trabajadores del pescado había decidido salir a manifestar para volver a paralizar el puerto de Mar del Plata, tal como sucedió durante más de 15 días en julio pasado. La queja fue llevada ante la Municipalidad, pero allí se produjo un frustrado encuentro con Katz, quien no se encontraba en la ciudad, que estuvo cerca de derivar en un ataque al edificio del Ejecutivo comunal. Minutos después, encontraron a Salas y lo forzaron a decretar el paro de 48 horas.

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