Con las candidaturas casi confirmadas, la atención se traslada ahora al campo electoral, donde se librará una disputa clave para el futuro político de la provincia de Buenos Aires. El 7 de septiembre, se renovarán 69 bancas en la Legislatura: 46 en Diputados y 23 en el Senado. El resultado no solo marcará el rumbo de los dos años que le quedan al gobierno de Axel Kicillof, sino que también impactará en la estrategia de las fuerzas opositoras que aspiran a disputar la gobernación bonaerense en 2027.
La elección de septiembre redefine el mapa de poder en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires
La Provincia renueva 69 bancas en septiembre: el oficialismo necesita mantener su primera minoría para no perder capacidad de maniobra. Mientras que la oposición disputa su propio juego interno con la mira en 2027.
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Legislatura bonaerense: la disputa de oficialismo y oposición por el control del recinto.
La contienda se organiza por secciones electorales, con rotación entre cámaras. Este año se eligen diputados provinciales en la Segunda, Tercera, Sexta y Octava sección, y senadores en la Primera, Cuarta, Quinta y Séptima. La boleta partidaria de papel volverá a ser el instrumento de votación.
En la Tercera sección se concentra casi el 36% del padrón bonaerense y hay 18 bancas de Diputados en juego. Le siguen la Segunda y la Sexta, con 11 bancas cada una, y la Octava (La Plata), con 6. En el Senado, la Primera sección —la más poblada— elegirá 8 representantes, la Cuarta 7, la Quinta 5 y la Séptima 3.
El tablero político que surja en diciembre dependerá del reparto por secciones. En 2021, Juntos por el Cambio se impuso en todas menos en la Tercera, bastión del peronismo. Hoy, esa fuerza está dividida: el PRO comparte boleta con La Libertad Avanza y quedó relegado en la nueva alianza.
Diputados: una Cámara fragmentada
La Cámara baja renueva casi la mitad de sus 92 bancas. El oficialismo —ahora nucleado en Fuerza Patria— tiene hoy 37 escaños, pero necesita acuerdos para aprobar leyes. En esta elección arriesga 19 lugares.
El PRO, que va junto a los libertarios, pone en juego 8 de sus actuales 13 bancas. Dentro de esa alianza, también vencen mandatos de referentes alineados con Patricia Bullrich, que armaron el subbloque PRO Libertad. La Libertad Avanza, en tanto, solo arriesga 5 de sus 13 bancas.
El bloque Unión Renovación y Fe, liderado por Carlos Kikuchi tras una escisión de LLA, renueva apenas 1 de sus 9 escaños actuales, ya que su mejor desempeño fue en 2023.
Por el lado del radicalismo, hay dos sectores con fuerte exposición: el bloque Acuerdo Cívico + UCR + GEN (alineado con Manes y Stolbizer) arriesga 6 de sus 7 bancas; y UCR-Cambio Federal, donde confluyen radicales de Abad, monzoístas y ex PRO, pone en juego 4 de sus 8 diputados.
La Coalición Cívica, en tanto, renueva una sola banca. El Frente de Izquierda también tiene mucho en juego: sus dos diputados actuales (uno del MST y otro del PTS) culminan mandato.
Senado: la oposición se juega más que el oficialismo
En la Cámara alta, se pondrán en juego 23 de las 46 bancas. El oficialismo renueva 10 de sus 21 asientos, y buscará al menos conservar su actual número para evitar quedar en desventaja. Sin mayoría propia, cada voto opositor cuenta.
El PRO, ahora en tándem con los libertarios, arriesga 4 bancas de las 9 que tiene. Por su parte, LLA pone en juego una senaduría, mientras que los tres libertarios considerados “dialoguistas” tienen mandato hasta 2027.
El bloque radical UCR-Cambio Federal es el que más arriesga en la Cámara alta: 7 de sus 8 senadores culminan mandato. Solo Nerina Neumann tiene continuidad garantizada.
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