Buenos Aires - El gobernador Daniel Scioli ordenó una purga en la cúpula policial, por la cual decidió que pasen a retiro 18 comisarios de la provincia vinculados a diversos hechos de corte irregular (como el del asesinato del joven Lucas Rotella, de 19 años, que murió el pasado sábado en Baradero baleado por un efectivo de esa ciudad).
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En cambio, seguirá en el cargo al frente de la Policía bonaerense su actual titular, Juan Carlos Paggi, mientras que además se reforzará el control civil del Ministerio de Seguridad sobre la fuerza policial.
En los hechos, eso representa una ratificación del titular de esa estratégica cartera, Ricardo Casal, quien había sido cuestionado duramente en los últimos días por la oposición y por sectores del kirchnerismo provincial y nacional.
Desde la gobernación se solicitó la renuncia a los 18 comisarios que integran la cúpula policial. Según trascendió, entre los alcanzados por el pase a retiro se encuentran el coordinador general de Seguridad, Salvador Baratta; el superintendente de Seguridad de Zona Oeste, José Raggio; el superintendente de Seguridad de Zona Norte, Mario Martín; el superintendente de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas, Claudio Fernández; el director de Investigaciones Complejas y Crimen Organizado, Walter Carballo, y el director de Servicios Sociales, Héctor Martínez.
En este marco, fuentes gubernamentales revelaron que se trata de modificaciones planificadas desde fines del año pasado, que se efectivizan ahora empujadas por los recientes hechos de inseguridad y la polémica desatada a nivel nacional.
Por el crimen de Baradero está acusado el policía Gonzalo Kapp, y el miércoles fueron desafectados de la fuerza el jefe de la comisaría de la ciudad, Raúl Franzoia; el oficial Esteban Julián Cáceres, que acompañaba a Kapp la madrugada del hecho, y el oficial de servicio de turno de ese día, Mario Jesús Pío.
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