Las negociaciones se dan en el marco de la crisis que enfrenta la operadora del puerto de Rosario, al ritmo del crecimiento de la deuda que la aqueja.
Santa Fe - La crisis internacional y el crecimiento de la deuda dejaron fuera de carrera a la conducción de la empresa concesionaria del puerto de Rosario, que en las próximas horas será reemplazada -casi con seguridad- por el representante de los concesionarios ante el Ente Administrador del Puerto de Rosario (Enapro), Gustavo Shanahan, y un socio mayoritario que sería la familia Nardelli, propietaria de la aceitera Vicentín.
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Según informó el diario La Capital, el reemplazo del actual titular de la empresa, Guillermo Salazar Boero (hoy con mayoría accionaria del 60%), será oficializado durante la reunión habitual del directorio del Enapro.
Las informaciones sobre tratativas tendientes a cambiar la conducción de la concesionaria, Terminal Puerto Rosario (TPR), se vienen cruzando desde hace varios meses entre los operadores vinculados a la actividad portuaria. Pero la decisión de dar este abrupto giro de timón se adoptó en los últimos días en virtud del súbito crecimiento de la deuda de la operadora, que se ubicaría en un nivel superior a los $ 50 millones, siempre de acuerdo con el diario rosarino.
Justamente, la salida de Salazar Boero y la búsqueda de un plan para oxigenar a la empresa responden a la necesidad de evitar que esa deuda amenace la continuidad de la concesión. El objetivo es crear un «blindaje» de seis meses sobre el negocio portuario, que aleje la posibilidad de un nuevo proceso licitatorio, mientras se realiza una auditoría privada y la negociación con los potenciales compradores.
Terminal Puerto Rosario, operadora del puerto local desde 2002 y por 30 años, es una sociedad que tiene como accionista principal (60%) a su actual presidente, Guillermo Salazar Boero. El 10 por ciento pertenece a Shanahan y el otro 30 por ciento al grupo español que tiene como referente a Luis Badía I Chancho. En este último caso, las acciones son de clase A y, por lo tanto, intransferibles.
Desde el traspaso de la gestión del puerto Rosario a la esfera provincial en 1994, cuando se creó el ente administrador Enapro, los cambios en las condiciones de concesión fueron una constante.
Ahora, ante esta nueva crisis, y cuando aún no hay nada cerrado, también resta la decisión política del gobernador Hermes Binner, siempre renuente a dar el visto bueno a este tipo de procedimientos.
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