9 de diciembre 2025 - 00:00

Cinco claves para entender la industria argentina

Un repaso claro sobre el desempeño productivo del país, sus contrastes internos, los cambios de largo plazo y el peso del sector en innovación y comercio.

Daniel Schteingart, es director de Desarrollo Productivo de Fundar y  Nicolás Sidicaro es investigador especializado en desarrollo productivo de Fundar.

Daniel Schteingart, es director de Desarrollo Productivo de Fundar y  Nicolás Sidicaro es investigador especializado en desarrollo productivo de Fundar.

La industria ha sido clave en el desarrollo de todas las grandes potencias: impulsó el crecimiento, generó empleo formal, elevó la productividad, expandió exportaciones, promovió innovación y reforzó la seguridad nacional. ¿Y cómo es la industria argentina? A continuación, cinco hechos estilizados para entenderla rápidamente.

Argentina tiene un desarrollo industrial mayor que el de la región, pero menor que el de los países desarrollados y China

PRODUCTO-BRUTO-INTERNO-INDUSTRIAL

Argentina tiene un PIB industrial por habitante de 2752 dólares, lo cual la ubica en una posición intermedia a nivel global. La brecha con los países más industrializados es clara: Alemania lidera con 10.858 dólares per cápita, cuadruplicando la cifra argentina. Estados Unidos, Francia, España y Australia también superan a Argentina. Todos estos países han desarrollado estructuras industriales más complejas, con mayor tecnología, productividad y escala.

China tiene un PIB industrial per cápita de 3361 dólares por habitante, un 22% superior a la Argentina. Su trayectoria industrial resulta paradigmática: en apenas cuatro décadas pasó de producir bienes simples y competir por bajos salarios a dominar buena parte de las tecnologías más avanzadas del mundo.

A nivel regional, Argentina mantiene una posición destacable: su PIB industrial por habitante supera a Chile, Brasil, Colombia y el resto de los países latinoamericanos, con la única excepción de México.

Tanto en Argentina como en gran parte del mundo, la industria tiene un rol protagónico en la innovación

INDUSTRIA-MANUFACTURERA-ok

En Argentina, el sector privado tiene una baja participación en la inversión en investigación y desarrollo (I+D), comparada con los países desarrollados.

En ese contexto, la industria manufacturera argentina representa el 49,7% de los gastos que hacen las empresas en investigación y desarrollo (I+D). Si bien esta cifra es menor que el promedio mundial (65,3%), muestra que la industria desempeña un rol central a la hora de generar innovaciones que transforman la vida económica y social.

Más de la mitad de la inversión en I+D industrial de la Argentina es generada por el sector farmacéutico, tanto para ensayos clínicos de tratamientos como para desarrollar productos. Ramas como la química, la siderurgia, la automotriz o la alimenticia también aportan a la I+D industrial argentina, aunque muy por detrás del sector farmacéutico.

En los últimos 50 años, Argentina fue uno de los países del mundo que más se desindustrializó

EVOLUCION-DEL-PBI-INDUSTRIAL

Una métrica que se utiliza para medir la industrialización o desindustrialización de los países es el PIB industrial per cápita. Tomando este indicador, encontramos que, desde 1970, en Argentina se redujo 8%. Esto se debe a que si bien la producción industrial creció 73%, la población lo hizo en 91%.

En gran parte del resto del mundo el PIB industrial per cápita creció desde 1970. Por ejemplo, en Estados Unidos subió 79%, en Brasil 44%, en Francia 70% y en Japón 194%. En países como Corea del Sur y China la suba es más espectacular aún: 5639% y 9438% respectivamente.

Dentro de los países que cayeron destacan Venezuela (-97%) y Australia (-18%). En el primer caso, la industria cayó a su mínima expresión luego de la profunda crisis económica de la última década. En el caso de Australia, la merma se debe al abandono del modelo de sustitución de importaciones que imperó en el país durante buena parte del siglo XX y su reemplazo por una economía más centrada en los recursos naturales y los servicios.

Argentina se ha caracterizado por tener déficit comercial en productos industriales

IMPORTACIONES-Y-EXPORTACIONES

Argentina ha sido históricamente un importador neto de productos industriales. Es decir, casi siempre importó más de lo que exportó, y tuvo déficits comerciales en manufacturas, principalmente aquellas que no son de origen agroindustrial.

Si bien Argentina ha sido históricamente deficitaria en manufacturas, hubo momentos en donde ese déficit se acrecentó: la última dictadura, los años ‘90, y gran parte de las últimas dos décadas. La dinámica del déficit estuvo mayormente determinada por el ritmo de las importaciones industriales que ha estado ligado al ciclo económico local y a las políticas de mayor control o apertura de importaciones.

En la última dictadura, el crecimiento local fue débil, de modo que primó este último factor. En los años ‘90 se combinaron un fuerte crecimiento con una liberalización comercial pronunciada. Entre 2003 y 2011, el factor dominante fue la velocidad del crecimiento económico, en un contexto de controles incipientes a las importaciones que se consolidarían entre 2011 y 2015. En tanto, en 2016-2017 volvió a destacarse la apertura importadora como principal motor del déficit. Algo similar se viene observando desde 2024.

La industria no es un sector homogéneo, existen grandes heterogeneidades entre sus ramas

DIFERENCIAS-SALARIALES-AL-INTERIOR-DE-LA-INDUSTRIA

Una forma clara de ver las heterogeneidades al interior de la industria es a partir de los salarios. En promedio, quienes trabajan en la industria ganan más que en otros sectores del ámbito privado. En 2024, los salarios de los trabajadores formales industriales fueron 17% más altos que el promedio de los asalariados formales del sector privado.

Sin embargo, la distancia entre el salario industrial y el promedio del sector privado presenta variaciones significativas entre ramas. Por ejemplo, los salarios en la refinación de petróleo son cuatro veces más altos que en la industria maderera. También tienen sueldos elevados sectores como la industria química, la de metales comunes (como el acero y el aluminio), la automotriz y la tabacalera. En el otro extremo, hay ramas donde los sueldos son más bajos no solo en comparación con la media industrial, sino también con el promedio de la economía. Es el caso de actividades como la producción de madera, la confección de ropa, el calzado y los muebles.

Los sectores con mejores salarios suelen ser de mayor productividad y tecnología, son intensivos en capital, demandan empleo más calificado y cuentan con sindicatos más fuertes. Además, suelen estar dominados por empresas grandes, que en general ofrecen mejores condiciones laborales.

¿Qué futuro le espera a la industria argentina?

Ciertamente, las últimas décadas han sido muy difíciles para la industria argentina. Y los últimos años también fueron malos. Desde 2011, el mejor del siglo XXI, la industria viene contrayéndose con fuerza, y las recuperaciones de algunos momentos (como la pospandemia) no alcanzan a compensar el declino.

Con el cambio de gobierno en 2023, la industria está experimentando una nueva fase de contracción. En lo que va de 2025, cayó casi 10% contra el mismo período de 2023. El empleo y la cantidad de empresas industriales también se contrajeron: desde noviembre de 2023 se perdieron más de 40.000 empleos industriales formales y casi 2.000 firmas manufactureras. Si bien el PIB total se recuperó frente a 2023, el industrial no lo hizo producto del fuerte impacto que viene teniendo el mix de apertura comercial y apreciación cambiaria, que han hecho que ante un mercado de tamaño similar, la cuota de mercado de los productos importados venga creciendo frente a los nacionales.

De cara al futuro, es posible que veamos una creciente heterogeneización dentro de la industria. Las ramas más ligadas a los recursos naturales (como alimentos o las que puedan agregar valor a Vaca Muerta, como el GNL) tienen mayores chances de crecer. En contraste, las más expuestas a la competencia importada y dependientes del mercado interno (como la textil-indumentaria, electrónica, calzado o buena parte de la metalmecánica) tendrán mayores dificultades para expandirse. Que lo puedan hacer o no dependerá de varios factores, como el ritmo al que pueda crecer la economía argentina en su conjunto, o lo que ocurra con el tipo de cambio, el sistema impositivo y la disponibilidad de financiamiento.

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