El área destinada para el cultivo de maíz disminuiría 30%. A medida que pasan los días con precipitaciones, con altos porcentajes de humedad ambiente y escaso sol, las cifras de la superficie a utilizarse para este cultivo disminuye a valores que son verdaderamente alarmantes. Los productores, operadores y analistas del sector se encuentran desesperados ante tales guarismos. Porque de confirmarse esta disminución de área, se sembrarían 2.285.000 hectáreas -contra 3.350.000 hectáreas del año pasado-se cosecharían 1.745.000 hectáreas --contra 2.700.000 hectáreas del ciclo precedente-y lo que asusta verdaderamente son las cifras estimadas de la producción. Se espera que se cosechen 9.950.000 toneladas de maíz para el corriente año -contra 15.012.000 toneladas del anterior-.
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Llama la atención la abulia informativa que mantienen los organismos oficiales del sector que continúan sin salir de su letargo. Muchos esperan que actualicen las «predicciones» sobre las futuras cosechas, confiando que las mismas se acerquen más a la realidad que a las intenciones optimistas demostradas hasta el momento. Porque la preocupación de la actual situación traspasa las fronteras de nuestro país. Los operadores norteamericanos y hasta la gente del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) se encuentran desorientados buscando la mayor información que puedan conseguir en nuestro país.
Se debe considerar que no solamente el área a sembrarse disminuye por cuestiones climáticas -excesivas lluvias, y días sin sol con mucha humedad ambiental-, sino también influye la falta de crédito que tienen los productores agropecuarios hoy en día. Muchos quisieron salir a resembrar los lotes que fueron estropeados por las últimas precipitaciones. Estas al ser muy fuertes y con mucho caudal de agua, hizo apelmazar o lavar los campos haciendo correr las semillas hacia los extremos de los terre-nos.
Pero los productores se encontraron que no pueden conseguir el dinero suficiente para poder realizar estas tareas. Otros se vieron con la imposibilidad de entrar a sus campos, porque el agua que viene corriendo por los campos hizo cortar o anegar los pocos caminos vecinales que aún estaban transitables. De confirmarse una cosecha de menos de 10 millones de toneladas como la que se está previendo para el ciclo 2001/02, nos encontraríamos con la peor cosecha de los últimos 10 años. Lógicamente cada vez nos alejamos más del récord obtenido en el ciclo 1996/97 donde se utilizaron 4.153.000 hectáreas para la siembra de maíz.
En tanto, pocos entienden qué está ocurriendo con el mercado de maíz. «Con semejante baja del área, el mercado tendría que volar...» comentaba un productor de Bragado, provincia de Buenos Aires. Pero la realidad pasa por otro lado. Varios operadores granarios manifiestan su desilusión con relación a la supuesta transparencia de precios de las pizarras de las cámaras arbitrales.
Precios bajos
En las últimas jornadas fue notable como algunos compradores marcaban precios excesivamente bajos al comienzo de las ruedas de futuros de maíz en el Mercado a Término. Luego, automáticamente, en la misma rueda, los valores volvían a la normalidad marcada por la oferta y demanda verdadera -subas de 2 a 3 dólares/t en minutos-. Pero como para calcular los precios de las pizarras ahora también se toman los valores del disponible del MAT, y se realiza un promedio de precios, éstos quedan ficticiamente más bajos que los que realmente se pactan en el mercado libre. Muchos continúan pensando que nada cambió con este triste «manejo» de los precios de las pizarras, donde siempre salen perdiendo económicamente los productores. Se cree que en algún momento la disminución de 5 millones de toneladas de producción de maíz se notará en los precios. Porque se debe pensar que serán 5 millones de toneladas menos de maíz que se podrán exportar, considerando que la Argentina es el segundo país exportador de maíz del mundo, luego de los Estados Unidos.
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