26 de septiembre 2007 - 00:00

Gran crecimiento en producción de huevos

La producciónde huevosviene creciendoa un ritmode 6% anual,llegando hoy aun plantel de30 millones degallinas queproducenanualmenteunos 8.300millones dehuevos al año.
La producción de huevos viene creciendo a un ritmo de 6% anual, llegando hoy a un plantel de 30 millones de gallinas que producen anualmente unos 8.300 millones de huevos al año.
La producción de huevos en la Argentina, que genera una facturación cercana a los setecientos millones de dólares anuales, se encuentra en 2007 en pleno crecimiento, desde el punto de vista productivo y tecnológico.

Las granjas se ubican muy cerca de las zonas productoras de los alimentos de las gallinas, o sea en la pradera pampeana, que provee el maíz y la soja necesarios. Tanto es así que entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba generan cerca de 85% de los huevos del país. También se encuentran polos productivos en Mendoza, Salta y Neuquén, los cuales abastecen Cuyo, el Noroeste y la Patagonia, respectivamente.

Se trata de alrededor de 1.100 pymes agropecuarias, la gran mayoría del tipo familiar y que en conjunto ocupan a más de 22.000 personas en forma directa e indirectamente a 15.000 más.

La producción viene creciendo a un ritmo de 6% anual acumulativo, llegando hoy a un plantel de 30 millones de gallinas que generan anualmente unos 8.300 millones de huevos. Esto ha dado como resultado un importante aumento interanual de la ocupación de mano de obra.

Esta oferta creciente, abundante y continuada permitió abastecer holgadamente el crecimiento del consumo de huevos en el país, que fue de 5% en los últimos 12 meses, pasando de 186 huevos por persona por año en 2006 a los 195 esperados este año.

Este mayor consumo se debe en primer lugar a que se ha descubierto que el huevo posee una proteína de altísima calidad con cualidades inigualables y que el colesterol ha dejado de ser un problema (en EE.UU. «an egg a day is okey»); en segundo lugar se debe al mayor poder adquisitivo y en tercer lugar, a la falta de otros productos en plaza por el crudo invierno pasado, por lo que ha reemplazado a otros alimentos cuyo precio subió mucho, mientras el del huevo se ha mantenido estable a pesar del aumento de los costos de los granos.

  • Derivados

    Los ovoproductos, tales como huevo líquido y en polvo, también registran un crecimiento vigoroso, generando un incremento de la capacidad instalada para producirlo de 40% este año y prevén para el año próximo otro tanto.

    La exportación también está creciendo a ritmo vertiginoso, superior a 10% anual acumulativo, mayormente de ovoproductos, gracias a la reconocida calidad y a las condiciones de competitividad de nuestra producción.

    La avicultura productora de huevos moderna se basa en aves de altísima productividad, que exigen cuidados y alimentación especiales. Las granjas modernas en la Argentina alojan estas gallinas con todo el confort que necesitan, manteniendo en los galpones de crianza una temperatura homogénea como para que no pasen frío ni calor, tienen agua fresca en abundancia y una alimentación balanceada. Para contar con instalaciones que alcancen estos requerimientos se necesita cambiar 70% de las actuales, por lo que es imperioso contar con créditos a mediano y largo plazo para las inversiones en modernización y nuevas instalaciones que se requieren.

    El ave es el animal más eficiente en la conversión de grano a proteína, por lo que se necesita apenas 1,5 kilo de maíz y casi menos de 0,75 de kilo de soja para producir una docena de huevos. Ello explica, además, que el huevo sea la proteína animal más barata en la Argentina.

    La productividad y la abundante oferta han permitido que la evolución del precio del huevo al consumidor desde el inicio de la década pasada hasta nuestros días haya estado por debajo de la evolución del costo de vida, aun cuando los granos han experimentado fuertes subas que han duplicado este índice.

    La Argentina es así uno de los pocos países del mundo que tienen la ventaja de alimentar sus gallinascon un alimento premium, lo que da como resultado la calidad de huevos que por su contenido nutricional, frescura, presentación e impactante color de yema son apreciados en todo el mundo.

    Paradójicamente, en la Argentina, el sector económico que más puede aprovechar las ventajas económicas de su bajo precio en relación con el aporte nutricional no lo hace.

    Los sectores de bajos ingresos, donde el peso de la alimentación en la canasta familiar es mayor que en otros segmentos, tienen un menor consumo de huevos que en los sectores de altos recursos, donde la alimentación se apropia de un menor porcentaje de los ingresos.

    Una comida basada en legumbres o pastas, a la que deben apelar hoy estos sectores en reemplazo de las verduras y las carnes, por su precio, completa el aporte nutricional de proteínas y todos los aminoácidos esenciales con apenas un huevo diario, por menos del valor de un chicle, apenas $ 0,30 por día.

    Cuando los economistas piensan en mejorar el ingreso de los sectores marginados, lamentablemente la enseñanza nutricional para cambiar el perfil de la dieta y hacerla más económica y completa no entra dentro de sus hipótesis. Si lo hiciera, la discusión por el incremento de los ingresos o sobre la veracidad o no de las cifras del INDEC sería menos dramática.
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