El temporal que azotó al país durante el último fin de semana dejó marcas profundas en el corazón productivo de la Argentina. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que las precipitaciones acumuladas alcanzaron niveles excepcionales para un mes de agosto, con 260 milímetros en María Teresa, 240 en Bell Ville, 214 en Godeken, 200 en Monte Buey, 160 en Pergamino, 140 en Noetinger, 130 en Rufino y 120 en Rosario. En la mayor parte del sudeste de Córdoba los registros oscilaron entre 80 y 200 mm, y en el 90% de la región núcleo las lluvias superaron los 100 mm.
Tras las inundaciones históricas en la región núcleo, alertan por caminos intransitables y riesgo en trigo y maíz
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que se registraron precipitaciones acumuladas excepcionales para el mes de agosto. En la mayor parte del sudeste de Córdoba los registros oscilaron entre 80 y 200 mm, y en el 90% de la región núcleo las lluvias superaron los 100 mm.
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Estos volúmenes, que en algunos casos duplican o triplican los promedios históricos del mes, dejaron los suelos totalmente saturados y los caminos rurales prácticamente intransitables.
La magnitud de las precipitaciones sorprendió a los técnicos de la entidad bursátil, que advirtieron que se trata de un fenómeno poco habitual para esta época del año. La BCR subrayó que será necesario esperar varios días para evaluar el drenaje de los suelos y conocer con precisión el impacto sobre los cultivos. Sin embargo, las señales iniciales ya encienden las alarmas: el trigo, que hasta la semana pasada presentaba una condición favorable, enfrenta riesgos de anegamiento en zonas bajas y la posibilidad de complicaciones sanitarias derivadas del exceso de humedad, mientras que la siembra de maíz temprano deberá reprogramarse.
Numerosos lotes habían sido fertilizados en las últimas semanas y parte de esos nutrientes podrían perderse por lixiviación, lo que encarecerá los costos y obligará a recalcular las estrategias productivas.
Pérdidas inmediatas en el campo
El golpe no se limita a la agricultura. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), describió -durante una entrevista televisiva- la situación como “crítica” y aseguró que el temporal puso en evidencia la falta de infraestructura adecuada. “No hay canalizaciones, no hay mantenimiento de caminos. Los productores pagan tasas viales, pero los servicios no se cumplen y así es imposible trabajar”.
Según relató, muchos maíces recién sembrados deberán reimplantarse, mientras que la pérdida de pasturas será inevitable. En la lechería, el panorama es aún más complejo: “La leche no se puede guardar en un silo bolsa. Tenés que moverla, pero no hay cómo salir de los campos inundados”.
En la ganadería, los problemas logísticos se multiplican. Con caminos anegados, incluso la carga de novillos listos para faena se vuelve una odisea que obliga a organizar arreos y maniobras de emergencia para no perder valor en la hacienda. El dirigente ruralista agregó que si bien en algunas zonas se registraron más de 300 mm, en otras la situación no fue tan grave, lo que genera una heterogeneidad productiva que obliga a analizar región por región. “En lugares como Bolívar o Nueve de Julio la situación es muy complicada, y hasta que el agua no escurra va a ser difícil volver a trabajar con normalidad”.
Entre la bendición hídrica y la necesidad de obras
Pino también reconoció que, si el agua drena correctamente en los próximos días, la situación podría transformarse en una ventaja hacia adelante. “Si el clima se acomoda y el agua corre como tiene que correr, será una bendición porque quedarán los suelos al tope de humedad”, aseguró.
Este panorama permitiría encarar la campaña gruesa 2025/26 con perfiles recargados, algo que no ocurría desde hace al menos cinco años. No obstante, aclaró que el optimismo debe ser moderado, ya que el problema de fondo sigue siendo económico. La postergación de la siembra, el encarecimiento de los fletes por el mal estado de rutas y la pérdida de fertilizantes impactarán en los márgenes productivos, que ya se encontraban ajustados.
La Bolsa de Comercio de Rosario coincidió con esta visión: aunque el agua asegura humedad para la próxima campaña, la saturación actual abre un compás de espera. Los técnicos remarcaron que la situación del trigo será un punto crítico en la próxima evaluación semanal y que las decisiones sobre el maíz temprano quedarán supeditadas a la velocidad de drenaje de los suelos. “Los caminos rurales presentan serias dificultades de tránsito, lo que agrega un componente logístico que retrasa cualquier intento de normalización en el corto plazo”, señaló la entidad bursátil en un informe publicado en las últimas horas.
Más allá del temporal, Pino insistió en que el Gobierno debe avanzar en obras estructurales como el dragado del río Salado, pendiente desde hace décadas. “Faltan 30 kilómetros y es fundamental terminarlos. El presidente de la SRA subrayó en varias oportunidades que la falta de inversión en rutas y canales impacta directamente en la competitividad del campo: “Cuando el camión se rompe por el mal estado de los caminos, el transportista termina trasladando ese costo al productor. Todo se encarece”.
En este contexto, la baja de retenciones anunciada por el Gobierno aparece como un alivio relativo. Para Pino, se trata de un paso en la dirección correcta, pero insuficiente: “No es una solución mágica, pero cambia la ecuación. En un escenario de costos e impuestos altísimos, cualquier mejora da un alivio y, sobre todo, una perspectiva hacia adelante. El objetivo debe ser retención cero”. El dirigente aclaró que la situación del agro es heterogénea: mientras la ganadería se beneficia de buenos valores y genera cierto entusiasmo, la agricultura sigue al límite, con productores que deben “hacer numeritos muy finos” para definir cada decisión.
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