13 de junio 2002 - 00:00

Argentina quedó sin Mundial y no mostró lo que insinuaba

Gabriel Batistuta es consolado por un asistente de la FIFA cuando se retira del campo de juego. El delantero de Roma anunció que ´ésta fue su despedida del seleccionado argentino.
Gabriel Batistuta es consolado por un asistente de la FIFA cuando se retira del campo de juego. El delantero de Roma anunció que ´ésta fue su despedida del seleccionado argentino.
Argentina quedó eliminada del Mundial al empatar con Suecia y hacer lo propio Inglaterra con Nigeria. El equipo demostró que haber disputado la más larga serie de eliminatorias en terreno sudamericano no le alcanzó. Tal vez hasta lo perjudicó por acostumbramiento, pues no consiguió vulnerar las cerradas defensas como predominaron en este Mundial, principalmente de equipos europeos.

Hay que entender que las eliminatorias sudamericanas le dieron al equipo argentino un gran beneficio en el sorteo, ya que debutó como local contra Chile (4 a 1), equipo que terminaría último en esa serie. El segundo rival fue otro equipo débil -aunque se recuperó al final-como fue Venezuela, al que derrotó 4 a 0 de visitante. Luego como local volvió a enfrentar otro de los que no clasificaron, Bolivia, al que superó 1 a 0.

Lo cierto es que -en la práctica-inició la disputa sudamericana así, con nueve puntos de ventaja, creando una sensación de invulnerabilidad, no sólo en la propia Argentina, sino también en el resto del mundo, que lo clasificó primero entre los posibles aspirantes al título en Corea-Japón.

La disputa sudamericana hizo que los equipos de este continente se acostumbraran demasiado a jugar en su propio estilo y -a la luz de los resultados-le salió mal en este Mundial, donde tres de los clasificados ya fueron eliminados (Ecuador, Uruguay y Argentina); en tanto Paraguay clasificó con angustia y sigue a la segunda ronda junto a Brasil, beneficiado por un árbitro en el partido con Turquía y fundamentalmente por la debilidad de los rivales que le tocó enfrentar en su grupo.

El partido de ayer mostró un equipo sueco con gran habilidad defensiva e impenetrable para los sudamericanos, que dominaron abrumadoramente durante 90 minutos, como también lo habían hecho en la segunda mitad del partido que perdieron con Inglaterra. Mal en los remates y bastante ingenuos en las jugadas con pelota parada -así le hicieron los dos goles-de los tres partidos que disputó. Los argentinos demostraron que a pasar de tener la totalidad del equipo titular con jugadores que se desempeñan en Europa, nunca se habituaron a enfrentar defensas tan cerradas como fueron la inglesa y ayer la sueca, habiendo derrotado sólo a Nigeria, que no ganó ningún partido en esta fase clasificatoria.

Posiblemente, si la selección argentina -con alguna ayuda de la suerte-hubiera logrado pasar a la segunda ronda, sus chances se hubieran acrecentado, porque en los partidos que vienen ambos equipos que se enfrentan salen a ganar o quedan eliminados. De esa manera, Argentina se hubiera evitado enfrentarse con el problema que debió padecer en estos partidos, como fueron esas duras defensas europeas, con un promedio de altura superior a los delanteros argentinos.

Puede argumentarse que, con tantos remates al arco, la Selección argentina pudo tener mala suerte, pero también es cierto que el poste lo salvó de un segundo tanto de Inglaterra con el jugador Owen y ante Suecia, un milagroso remate de Larsson en el travesaño evitó que lo noqueara.

Individualmente podría decirse que los jugadores argentinos -en su mayoría-jugaron bien, sobre todo Sorín y Zanetti, principalmente en el primer tiempo, por llegada permanente por los laterales y las situaciones que provocaron en el área.

Teniendo dos de los delanteros más famosos internacionalmente como Batistuta y Crespo, Argentina no logró que gravitaran en ninguno de los tres partidos; y en la escala de valorizaciones quedarían detrás de Chamot, Samuel, Ortega y fundamentalmente Aimar, de buen primer tiempo en el partido contra Suecia.

Hay que destacar también el trabajo en el mediocampo de Almeyda, importante en la contención de los aislados ataques suecos, que habían visto el tape ante Inglaterra y planificaron el juego en base a una cerrada defensa, descontando que los argentinos ya habían demostrado contra Inglaterra que no eran eficientes a la hora de concretar.

La cantidad de remates sobre el travesaño del arquero sueco fue grande. En realidad tuvo una sola situación de gol el jugador Zanetti, que debió esforzarse el arquero sueco para rechazar. En la demás, se abusó del pelotazo hacia el área, algo que los altos jugadores europeos, tanto de Inglaterra, antes, como de Suecia hoy, lograron neutralizar con relativa facilidad.

Curiosamente este Mundial pasa a la segunda rueda con la eliminación de dos selecciones, la de Argentina y la de Francia, que en los cálculos previos aparecían como favoritas a llevarse el título. Francia se fue del Mundial sin haber marcado un solo gol, recibiendo tres en contra. Argentina estuvo mejor, dos goles a favor y dos en contra en tres partidos, aunque igualmente no le alcanzó para la clasificación.

El golpe fue terrible para las expectativas de triunfo que tenían los argentinos, y esta situación sin dudas marcará el final del técnico Marcelo Bielsa, al que puede reprochársele lo ya señalado: que la persistencia en el juego latinoa mericano lo dejó mal parado para disputar un torneo donde predominan los fuertes equipos europeos, la rudeza de los africanos y la velocidad durante los noventa minutos de los asiáticos.

Fundamentalmente, falló en sus delanteros, aunque se mostró mucho mejor en el mediocampo y juego de volantes y en la extrema defensa. También es probable que Bielsa se haya apurado mucho en los cambios que introdujo tras la derrota de Inglaterra, dejando afuera a un jugador como Verón. Otro aspecto para criticarle al técnico es haber convocando a jugadores con recientes lesiones en sus equipos, que impidió usarlos, cuando pudo haber llamado a otros jugadores para utilizarlos en determinadas circunstancias.

En la Argentina, que prácticamente vivió en vela la noche esperando este encuentro en horas de la madrugada (por la diferencia horaria con Japón) la decepción era muy grande, en especial porque había un escepticismo sobre su equipo representativo en el Mundial. También estos once días de permanencia del equipo de Argentina en el torneo se habían transformado en un escapismo para la mayoría de su población, que vive desde hace seis meses en la mayor crisis económica que soporta hoy en el mundo cualquier país.

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