1 de agosto 2003 - 00:00

Comienza el Apertura en danza de préstamos

El campeonato que comienza esta noche, a diferencia de los anteriores está lleno de incógnitas. Por un lado, la amplia renovación de la mayoría de los equipos le da una cuota de expectativa inusual y por el otro -en el análisis preliminar-se verá que no se hicieron grandes erogaciones, a pesar de que algunas instituciones incorporaron nombres famosos, aunque no se sabe, finalmente, cuál será el rendimiento de cada uno.

Por ejemplo la circunstancia de traer a Salas a River, Silvio González o Carreño a San Lorenzo, el brasileño Iarley o los colombianos Perea y Vargas a Boca, Grabinski y al chileno Galdames a Racing o los 18 jugadores (entre los que están Manso, Calderón, Marioni y Hugo Morales, entre otros), que trajo Ruggeri a Independiente, por citar algunos, son muestra elocuente de la incertidumbre de lo que podrán dar en cada caso.

Algo que puede extenderse al resto de los equipos.

Pero se gastó muy poco. Casi todo se hizo a préstamo por un año, en una clara tendencia de «no comprar», como lo exige el tiempo económico de los clubes. La consigna fue gastar lo menos posible y por el mayor tiempo posible, luego de deshacerse de cualquier jugador en vidriera que tuviera algún club dispuesto a pagar una cifra considerable.

Para tener una idea global, sin embargo, puede decirse que esta temporada se han efectuado gastos que oscilan en los u$s 52 millones, cuando un año atrás la cifra sólo superaba los u$s 35 millones.

Además habrá que pensar que el éxodo a Europa también fue por cifras muy superiores.

En materia de manejo de entradas y salidas River surge como el que mejor vendió, y como consecuencia de ello, el que tuvo saldo favorable como para mover el mercado de pases con mayor nivel económico y con jugadores de renombre. En este caso vale señalar que sólo gastaron -en total-algo más de 20% de las cifras que vendieron. Recordemos que con los dos pases importantes River percibió en total u$s 17,5 millones: 10,8 por D'Alessandro y 6,7 por Demichelis. Dos jugadores surgidos de las inferiores del club. Lo cierto que en materia de pases (todos a préstamo) gastó cerca de u$s 2,3 millones.

El camino por el que optó Boca parece ser diametralmente opuesto. Eligió retener al costoso Tevez (que podía haber sido vendido al Bayern Munich por u$s 11 millones), pero transfirió a Marcelo Delgado al Cruz Azul por u$s 2,4 millones y envió a Bracamonte y Pinto a Rusia por u$s 2,2 millones, con el propósito de abrir un mercado hasta hoy inexplorado. Mientras tanto, Bianchi prefirió el «perfil bajo» y sólo gastó la módica suma de u$s 800.000 en los préstamos de Iarley, Vargas y Perea.

Sin el ánimo de analizar a todos los equipos, no se puede soslayar la estrategia de Independiente. Apostó todas sus fichas a la venta de Gabriel Milito. Finalmente, Zaragoza pagó u$s 3 millones por la mitad de su pase y con esa suma salió al mercado para repatriar a cuanto jugador libre o en condición de préstamo consiguiera. Debió hacerlo para salir a disputar el torneo con pretensiones ciertas y a la luz que la gran mayoría de jugadores que tenía (que habían llegado en las mismas condiciones), tomaron el camino del éxodo.

Tal vez como caso testigo, vale también reflejar el caso de Rosario Central, que vendió a Luciano Figueroa (el máximo goleador del Clausura pasado) en u$s 4,4 millones, pero la entidad rosarina se quedó sólo con 10% de esa cifra, porque dos años antes -urgido por necesidades económicas-lo fue cediendo en partes a distintos grupos empresarios por apenas un millón de dólares. Mientras que pasó algo similar con los tres millones de dólares en que fueron cedidos los pases de César Delgado y Daniel Díaz. Una situación que también le pasó a Talleres, Newell's, Racing y al propio Independiente. Tanto como para comparar este loco mercado de pases en la que los clubes están sumergidos.

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