Concacaf rompió contrato con empresa propiedad de los Jinkis y Burzaco
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El Departamento de Justicia acusa a los imputados de tejer una trama de pago y cobro de sobornos en la venta de los derechos de comercialización de torneos internacionales, entre ellos la Copa América.
Y se señala expresamente a la empresa Datisa, que se comprometió a pagar más de cien millones de dólares en sobornos por la rúbrica de un contrato con la Conmebol para hacerse con los derechos de comercialización de las Copas Américas de 2015, 2019 y 2023, así como con la Centenario de 2016, organizada por Conmebol y Concacaf.
Los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, ya en manos de la Justicia, son dueños de la empresa Full Play, que maneja derechos de televisión de fútbol internacional. Ambos, junto Burzaco (exCEO de Torneos) y la empresa Traffic Brasil formaron Datisa.
La Copa América Centenario, cuya realización aún no está confirmada, pretende reunir en 2016 en EEUU a equipos de todo el continente para celebrar los 100 años de la primera edición de la competencia.
La ruptura con Datisa es un paso más en el proceso de regeneración de la Concacaf tras el escándalo de corrupción.
La investigación de la justicia estadounidense del sistema de sobornos del fútbol mundial afectó especialmente a la entidad de América del norte y del centro, que destituyó en mayo al presidente Webb y nombró al hondureño Alfredo Hawit en su lugar.
Además, se formó un comité especial integrado por los presidentes de las federaciones de Canadá (Victor Montagliani), México (Justino Compeán) y EEUU (Sunil Gulati) para dirigir las actividades.
La sede del ente en Miami fue objeto de un registro por agentes del FBI en mayo como parte de la investigación, en la que se vieron salpicados varios miembros y exintengrantes de la Concacaf.
Además de Webb, también están entre los acusados el costarricense Eduardo Li, presidente de la federación de su país; Julio Rocha, exjefe de Nicaragua; y Jack Warner, expresidente de Concacaf. Ya se declaró culpable el exsecretario general Chuck Blazer.
Una investigación propia en 2013 acusó a Warner y Blazer de fraude y de apropiación indebida. Según la justicia de Estados Unidos, el sistema de corrupción continuó con Webb al frente.
La propia fiscal general (ministra de Justicia) de EEUU, Loretta Lynch, mostró su preocupación. "La Concacaf es una organización en crisis y ya nos hemos puesto en contacto con sus representantes para que la gente que trabaja ahí con integridad sepa que estamos dispuestos a trabajar con ellos para reformar sus prácticas", dijo en mayo.
En julio, la entidad con sede en Miami ya aprobó una reforma para combatir la corrupción y prometió ser más transparente después del escándalo. Esta semana anunció la creación de un nuevo código de conducta para las relaciones comerciales con socios.
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