21 de octubre 2015 - 20:33

Concacaf rompió contrato con empresa propiedad de los Jinkis y Burzaco

La Copa América Centenario ya no será comercializada por Datisa y Concacaf recupera los derechos (Foto: sitio oficial de la Conmebol).
La Copa América Centenario ya no será comercializada por Datisa y Concacaf recupera los derechos (Foto: sitio oficial de la Conmebol).
La Concacaf anunció este miércoles que recuperó los derechos comerciales de la Copa América Centenario del año que viene tras romper su relación con Datisa, empresa implicada en el escándalo de corrupción que sacude desde mayo al fútbol del continente y propiedad de los empresarios Hugo y Mariano Jinkis y Alejandro Burzaco, exsocio de Clarín.

"Concacaf y Datisa acordaron finiquitar su relación, que contenía los derechos comerciales para la venta de patrocinio y transmisión asociados con la Copa América Centenario", dijo la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe en un comunicado.

La Concacaf cedió a Datisa los derechos comerciales de la Copa América Centenario el 4 de marzo de 2014 y ahora buscará junto a la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) "nuevos socios para comercializar los derechos del torneo empleando un proceso nuevo y transparente".

Mediante un comunicado en su sitio web oficial, la Conmebol también anunció el fin del vínculo con la compañía dueña de los derechos de imagen del torneo.

La investigación de la Fiscalía de EEUU supuso el arresto en mayo de 14 altos dirigentes del fútbol mundial, entre ellos el presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb.

El Departamento de Justicia acusa a los imputados de tejer una trama de pago y cobro de sobornos en la venta de los derechos de comercialización de torneos internacionales, entre ellos la Copa América.

Y se señala expresamente a la empresa Datisa, que se comprometió a pagar más de cien millones de dólares en sobornos por la rúbrica de un contrato con la Conmebol para hacerse con los derechos de comercialización de las Copas Américas de 2015, 2019 y 2023, así como con la Centenario de 2016, organizada por Conmebol y Concacaf.

Los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, ya en manos de la Justicia, son dueños de la empresa Full Play, que maneja derechos de televisión de fútbol internacional. Ambos, junto Burzaco (exCEO de Torneos) y la empresa Traffic Brasil formaron Datisa.

La Copa América Centenario, cuya realización aún no está confirmada, pretende reunir en 2016 en EEUU a equipos de todo el continente para celebrar los 100 años de la primera edición de la competencia.

La ruptura con Datisa es un paso más en el proceso de regeneración de la Concacaf tras el escándalo de corrupción.

La investigación de la justicia estadounidense del sistema de sobornos del fútbol mundial afectó especialmente a la entidad de América del norte y del centro, que destituyó en mayo al presidente Webb y nombró al hondureño Alfredo Hawit en su lugar.

Además, se formó un comité especial integrado por los presidentes de las federaciones de Canadá (Victor Montagliani), México (Justino Compeán) y EEUU (Sunil Gulati) para dirigir las actividades.

La sede del ente en Miami fue objeto de un registro por agentes del FBI en mayo como parte de la investigación, en la que se vieron salpicados varios miembros y exintengrantes de la Concacaf.

Además de Webb, también están entre los acusados el costarricense Eduardo Li, presidente de la federación de su país; Julio Rocha, exjefe de Nicaragua; y Jack Warner, expresidente de Concacaf. Ya se declaró culpable el exsecretario general Chuck Blazer.

Una investigación propia en 2013 acusó a Warner y Blazer de fraude y de apropiación indebida. Según la justicia de Estados Unidos, el sistema de corrupción continuó con Webb al frente.

La propia fiscal general (ministra de Justicia) de EEUU, Loretta Lynch, mostró su preocupación. "La Concacaf es una organización en crisis y ya nos hemos puesto en contacto con sus representantes para que la gente que trabaja ahí con integridad sepa que estamos dispuestos a trabajar con ellos para reformar sus prácticas", dijo en mayo.

En julio, la entidad con sede en Miami ya aprobó una reforma para combatir la corrupción y prometió ser más transparente después del escándalo. Esta semana anunció la creación de un nuevo código de conducta para las relaciones comerciales con socios.

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