"Ya ven lo que pasó a Roger (Federer) el año pasado. Intentó cambiar y perdió confianza en su juego", advirtió.
El número cinco del mundo se niega a cambiar las raquetas con las que ganó el US Open en 2009, y a esta altura sólo le quedan dos de ese modelo, que ya no se fabrica.
"No tenemos demasiado tiempo para probar raquetas nuevas, porque cada torneo es importante para nosotros. Si cambio durante la pretemporada, entonces vengo aquí a jugar un Grand Slam sin sentirme al cien por ciento", explicó.
"Pero estoy orgulloso de tener detrás a Wilson. Sé que están trabajando duro. Aún estoy entusiasmado con encontrar una raqueta con ellos. Pienso que estamos cerca", afirmó.
"Necesito cambiar las raquetas, porque las uso mucho. Pienso que los otros jugadores tienen ventaja sobre mí cuando juegan con seis u ocho raquetas en un partido", lamentó el argentino.
"Creo que es lo más importante que tenemos", opinó. "La raqueta es nuestra vida".
Dejá tu comentario