«El comunicado del SENASA tiene errores», salió a aclarar a media tarde Gustavo Oliverio, subsecretario de Agricultura, frente a una información distribuida ayer por el organismo sanitario que daba cuenta de 68 focos de aftosa surgidos durante agosto. «Los focos fueron 94 el mes pasado porque en el país siempre hablamos de focos declarados», decía el funcionario. El SENASA, en tanto, habla de focos «activos».
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La diferencia «técnica» o si se quiera «dialéctica», pese a que lo nieguen los protagonistas, pone sobre el tapete un enfrentamiento solapado entre Agricultura y el SENASA. Cabe recordar que Marcelo Regúnaga -titular de la SAGPyA-responde a Domingo Cavallo y Bernardo Cané fue impulsado a ese cargo desde la Presidencia de la Nación.
Los focos de fiebre aftosa en la Argentina totalizaban 429 al finalizar agosto, lo que refleja «una sensible curva descendente» en la incidencia de la enfermedad en el ganado, informaron fuentes oficiales. A fines de julio, había 1.238 focos activos, según informó SENASA.
Como ejemplo de que la enfermedad está en retirada, el organismo oficial indicó que entre el 12 de marzo y el 15 de junio pasados hubo 1.280 focos activos de fiebre aftosa del ganado.
De los 429 focos actuales, la mayoría -328- está en la provincia de Buenos Aires, y el resto se reparte entre Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Chaco, Río Negro, Santiago del Estero y San Luis.
El SENASA informó también que desde el 20 de julio pasado, cuando se inició la segunda etapa de la campaña de vacunación para erradicar la fiebre aftosa, repartió más de 23,7 millones de dosis y espera llegar a los 36 millones al 30 de setiembre. En la primera fase, culminada el 15 de julio, se distribuyeron casi 60 millones de dosis.
Siguiendo la estrategia diseñada por el Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, la vacunación está centrada actualmente en las zonas de invernada, engorde a corral, tambos (establecimientos lecheros), cabañas y emergencias.
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