"Hubo mucho de garra, de mente, pero la rodilla no está bien"
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También dio detalles de su evolución respecto a los dolores desde que apareció la lesión, que a ciencia cierta aún no conoce. "Cuando terminé el partido anterior estaba en caliente y no sentía tanto dolor. Con el correr de las horas la rodilla se fue inflamando y se puso más tensa. En la noche del sábado fue cuando más dolor tuve. El domingo entrené un rato casi sin moverme".
"Estaba un poco asustado", se sinceró el tandilense, que contó que no pudo hacerse una resonancia y que por eso aún no sabe cual es la gravedad de la lesión. "Me hice una ecografía y descartaron algo grave", amplió.
"Decidí jugar un rato antes. Traté de pensar más en las cosas positivas que podía tener en este partido. El dolor traté de manejarlo como pude. En el saque, que es cuando más extiendo la pierna, hacía otros movimientos para no sentirlos", reveló el argentino.
Además, resumió: "Pude jugar bien, lo que me ayudó a concentrarme de una manera diferente, sabiendo en qué momento dar lo mejor de mí y en cuál cuidarme un poco más. Hasta el miércoles seguiré con los tratamientos".
Ahora es momento de jugar los cuartos e intentar dar un paso más, donde lo podría esperar el número 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic. Pero primero tendrá al durísimo español David Ferrer.
"David está teniendo un gran año, con muchos buenos resultados. Es impresionante como ha mejorado en césped. Es un rival que nadie se lo quiere enfrentar. Va a ser un partido muy difícil para mí, más allá de cómo me encuentre yo. Él está con confianza, va a ser 3 del mundo cuando termine el torneo. Voy a tener que estar mucho mejor que en todos estos partidos", concluyó. Y el análisis es correcto: Ferrer será una gran prueba, y hacía allá va Del Potro.
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