El fútbol, un deporte de pasiones, fue testigo de grandes alegrías, pero también de trágicos incidentes. En Rusia, un evento devastador sacudió la historia deportiva, al igual que lo sucedido en Perú durante un partido entre Argentina y la selección local, poniendo en evidencia los desafíos de la seguridad en los estadios.
Tragedias en el fútbol: escaleras congeladas, un zapato perdido y una avalancha que se cobró la vida de más de 300 personas
La tragedia en Rusia en 1982 y otros desastres en el fútbol mundial resaltan la urgente necesidad de mejorar la seguridad en los estadios.
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Las tragedias en este deporte tan popular dejaron huellas imborrables a lo largo de la historia. Desde la avalancha en el estadio Nacional de Lima, que dejó cientos de muertos, hasta la tragedia del estadio Luzhniki en 1982, estos eventos invitan a reflexionar sobre la importancia de la seguridad en los recintos deportivos.
Cómo fue la tragedia en el estadio Luzhniki aquel 20 de octubre de 1982
Aquella tarde trágica, el Spartak de Moscú se enfrentó al Haarlem de los Países Bajos en un encuentro por los dieciseisavos de la Copa de la UEFA. En un estadio parcialmente vacío, debido a las bajas temperaturas y la intensa nevada, los equipos disputaban el partido bajo un clima gélido. El local ganaba 1-0 cuando, en los últimos minutos del juego, ocurrió el segundo gol. Este partido formaba parte de una competición europea que dio grandes campeones a lo largo de los años, aunque este encuentro quedaría en la historia por otros motivos.
La situación en las tribunas era caótica. Muchos aficionados, enfrentando los 10 grados bajo cero, decidieron abandonar el estadio antes de que finalizara el partido. En las salidas, las escaleras cubiertas de hielo dificultaban el paso, lo que sumado a la falta de previsión, desencadenó una avalancha humana. Una mujer resbaló y perdió su zapato, lo que provocó que la multitud que descendía por las escaleras la arrollara sin control.
El contexto social y deportivo en ese momento también contribuyó a la tragedia. La Unión Soviética vivía bajo una fuerte censura mediática, y las autoridades buscaban mantener una imagen de control y orden. Sin embargo, el caos que se desató aquella noche en Luzhniki resultó inevitable. El estadio, que había sido sede de eventos importantes, no contaba con las medidas de seguridad necesarias para evitar un desastre de tal magnitud, y la noticia empezó a recorrer el mundo.
En medio de la confusión, los testigos recuerdan escenas devastadoras. "La gente caía por las escaleras como fichas de dominó", comentó Andrei Chesnokov, un joven tenista que estaba presente esa noche. La prensa soviética apenas mencionó la tragedia, limitándose a una escueta nota sobre "bajas" en un evento deportivo. Los días siguientes al partido, las cifras de fallecidos variaron entre 66, según el Kremlin, y más de 300, según investigaciones posteriores.
Con el tiempo, la tragedia del estadio Luzhniki se convirtió en un oscuro secreto. Solo tras la caída del régimen comunista se conoció la magnitud real de lo sucedido. El gobierno de Gorbachov permitió la publicación de investigaciones que revelaron la negligencia en las medidas de seguridad y la censura que envolvió el incidente. Hoy, una pequeña placa recuerda a las víctimas de aquella fatídica noche, mientras los eventos deportivos siguen enfrentando el reto de garantizar la seguridad de sus asistentes.
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