1 de febrero 2023 - 00:00

“Desaforado”, las imágenes de Marcos López que atraen en el Este

La galería Foto Arte, en Altos, de Punta Piedras, acaba de abrir esta exposición del provocador artista. Son 17 fotografías inspiradas en el mundo restallante de los años 90, su populismo y mitologías falaces.

Santuario. Marcos López actualizó su conocida obra de los 90 con ídolos de esta época, como Lionel Messi.

Santuario. Marcos López actualizó su conocida obra de los 90 con ídolos de esta época, como Lionel Messi.

Los artistas argentinos dominan los espacios de exhibición en Punta del Este. Desde Kuitca y Le Parc en el Museo Atchugarry, hasta Liliana Porter en Manantiales y Marcos López (1958) que acaba de llegar a Foto Arte, la galería especializada en fotografía de los Altos de Punta Piedras. 17 imágenes de López configuran la muestra “Desaforado”, expresivo título que acompaña con énfasis el estilo de su invención, el Pop latino. Inspirado en el mundo restallante de los 90 y su populismo mentiroso, López parodia las poses, las máscaras de los ganadores y el llamativo contexto de la época. La exhibición demuestra que el “código festivo y carnavalesco del Pop latino” – como lo describe su autor-, forjado a partir de 1993 con el uso de colores radiantes, no declina con el actual marasmo argentino, más bien se renueva a través de algunas fotografías que le dieron fama. Acaso porque paralelamente, en medio de ese universo de personajes de plástico, pizza y champagne, López mantiene presente la historia del arte.

La muestra del Este es didáctica. “Asado en Mendiolaza” (2001), la imagen que en el presente integra el patrimonio del Museo Reina Sofía de Madrid, remite de inmediato a la “Última Cena” de Leonardo. Si bien López reconoce como referente del “Asado…” una imagen sofisticada del fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto tomada en un museo de cera, es indudable que la pintura de Da Vinci vive en la memoria colectiva de la humanidad y ejerce una poderosa atracción. Leonardo nos ha legado sus bocetos al lápiz previos al diseño del mural; López presenta su foto del “Asado en Mendiolaza” acompañada por tres tomas que utilizó para el montaje de la escena. Con estas imágenes, López explica su modalidad de trabajo, más parecida a la de un set de filmación que al “momento decisivo” de Cartier. La puesta en escena engaña al espectador: la imagen parece una instantánea, pero es producto de un esforzado trabajo actoral y de poses. López aclara que la teatralización de la escena induce a poner en duda la “credibilidad” del hecho fotográfico y su condición documental. Agrega que a primera vista sus escenas parecen casuales, pero que hay un cuidadoso trabajo para generar un clima especial. Las fotos tratan de reunir cuestiones “reales” con el atractivo visual de los mensajes de ficción. “También trabajo como un pintor hiperrealista, para componer una escena perfecta”, concluye.

Los protagonistas del asado son artista, pintores en realidad, y la foto fue tomada en pleno auge de las instalaciones, el arte objetual y la fotografía. La pintura estaba entonces en caída libre. Ese encuentro de los empobrecidos pintores que poco antes de la crisis del 2001 disfrutan de un chivito con Tetrabrik, tiene sin duda algo de “ultimo”.

En la exposición se advierte que en las fotos utilizadas para armar la obra final, con los pintores cordobeses reunidos en grupos de tres o cuatro, ostentando una musculosa o el torso desnudo, lejos de semejarse a los apóstoles aparecen como personajes pintorescos de un grupo social ajeno a cualquier refinamiento. No obstante, en el montaje acabado, los pintores reunidos frente a la mesa, traen al presente la historia de la despedida de Jesús. La imagen completa tiene un componente mágico, hay algo inefable que la convierte en una recreación emotiva de la “Última Cena”.

Por otra parte, Marcos López recicló con habilidoso virtuosismo la imagen de su “Santuario” (1999), un altar con las velas encendidas frente a Superman, Batman, Cristo con la corona de espinas, el Gauchito Gil y varios ídolos de la historia. La figura de una mucama con uniforme color rosa recortada sobre unas paredes verdes, mira con gesto de extremo asombro a la reina de corazones, personaje que intentaba lustra con un producto para acentuar el brillo. Pero la reina se ha vuelto luminosa y realmente brillante. Hoy, en la versión 2023 de esa misma foto, la reina ha desaparecido y en ese mismo lugar brilla el rostro sonriente del rey Messi, como un sol.

Las modelos de los retratos son verdaderas actrices. La “Chica tomando cerveza” (2006, Caracas, Venezuela) fotografiada fumando, en una mesa con la comida servida y numerosas botellas marca Polar abiertas, mira la cámara con ostensible fastidio. A su lado, la misma modelo retratada, reaparece con mejor ánimo, un vestido elegante y el pelo obscuro. En el “Manifiesto de Caracas”, López declama: “Pop latino. Un shopping center de cartón pintado que tambalea azotado por los vientos de la Patagonia”.

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