Mientras el poroteo final en Europa atraviesa un momento crítico, debido a que las próximas horas se definirá si el tratado se firma el próximo sábado, la posibilidad de un acuerdo libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea entusiasma a múltiples sectores de la economía, que insisten en la urgencia en firmar el acuerdo lo antes posible. Transferencia tecnológica, nuevos mercados y facilidades para la inversión fueron los principales beneficios que destacaron.
Acuerdo Mercosur-UE: qué traba su aprobación y por qué el agro y la industria local se entusiasman con su firma
Mientras aún se decide en el viejo continente qué será del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, empresarios y analistas remarcaron el potencial que tiene el acuerdo para la matriz productiva local. ¿Qué frena su aprobación en Europa?
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La posibilidad de un acuerdo libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea entusiasma a múltiples sectores de la economía.
Desde Delphos Investment destacaron que "Brasil endureció el tono y presionó para cerrar el acuerdo UE–Mercosur en diciembre, con Lula amenazando con levantarse de la mesa si Europa vuelve a postergar la firma".
Explicaron que el trasfondo es que el bloque europeo sigue dividido: "Mientras economías más pro-industria empujan por destrabar el tratado, países con fuerte lobby agrícola (con Francia e Italia al frente) buscan introducir salvaguardas y compensaciones para productores europeos, lo que Brasil interpreta como proteccionismo de último minuto".
La razón fiscal detrás del argumento agrícola
En diálogo con Ámbito, la fundadora de la consultora Biglobal, Marisa Bircher, subrayó que la oposición de Francia e Italia a la firma del acuerdo en unos días "no puede explicarse únicamente por la defensa del agro, sino también desde el punto de vista fiscal".
La experta explicó que "ambos países presentan algunos de los niveles más elevados de deuda pública sobre PIB dentro de la UE, sólo por detrás de Grecia, lo que restringe severamente su margen fiscal". En este sentido, destacó que "el sector agrícola tiene, además, un peso tributario significativo".
Al citar datos del Institut Économique Molinari, Bircher aseveró que "Francia concentra el 35% de la carga fiscal agrícola de la UE, pese a representar sólo el 18% de la producción del bloque, evidenciando una presión impositiva desproporcionada", una situación similar a la que enfrenta Italia.
"La apertura a importaciones más competitivas desde el Mercosur plantea un dilema para estos países, ya que deberán: reducir la presión fiscal al agro (con pérdida de recaudación) o aumentar subsidios para sostener la competitividad (con mayor gasto público), para poder competir con el Mercosur", ahondó la ex secretaria de Comercio.
Se tratan de dos opciones que "implican deterioro fiscal en economías ya altamente endeudadas, en un contexto donde el financiamiento es más caro que en la etapa pre-pandemia".
El potencial para la economía argentina
En diálogo con este medio, para el especialista en comercio internacional, Marcelo Elizondo, "toda la cadena de agronegocios, incluyendo no solamente los alimentos, me parece que puede ser una gran ganadora" si se firma el acuerdo. También destacó que "puede ser un gran ganador el comercio de minerales y de energía, sobre todo considerando que Europa perdió el aprovisionamiento ruso por razones geopolíticas y está buscando proveedores alternativos".
"Argentina, en materia de minerales y energía, puede generar en el acuerdo con la Unión Europea no solamente más acceso de productos nuestros hacia ese mercado, sino inversiones europeas que vengan a producir para el abastecimiento europeo. Hay que considerar que la Unión Europea, en su conjunto, ya es el mayor inversor externo en la Argentina", destacó Elizondo.
El entusiasmo en el agro y las alimenticias
El presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (CIARA) y Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras, afirmó que "si bien el acuerdo no genera beneficios de corto plazo en el rubro cerealero-oleaginoso, a partir del año siete, se eliminan todos los derechos de importación para los aceites, donde Argentina tiene una posición fuerte de competencia".
Además, destacó que en "todas las cadenas de valor agroalimentarias que exportan, hay un interés enorme en el acuerdo, porque implica acceder a un mercado de alto valor adquisitivo, y además atraer inversiones". Y afirmó: "Europa no tiene futuro en agricultura, el futuro está en el Mercosur, por lo tanto, las empresas agroindustriales y alimenticias europeas seguramente empiecen a hacer inversiones en otros países".
En consonancia, la presidenta de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Carla Bonito, destacó a este medio que se trata de un acuerdo "largamente esperado para el sector" de las alimenticias. "Para dimensionar su importancia: en 2024 la industria de alimentos y bebidas exportó a la Unión Europea u$s3.700 millones, lo que representa el 12% del total exportado por el sector, con un volumen de 6,8 millones de toneladas", añadió.
La industria apuesta por la transferencia tecnológica
Desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) explicaron que "dado que se trata de una industria con un marcado perfil exportador y de complementación", valoran "positivamente" la posibilidad de un acuerdo con el bloque europeo.
"Teniendo en cuenta que varias de nuestras asociadas tienen sus casas matrices en Europa, entendemos que eso puede facilitar la transferencia de recursos destinados a investigación, desarrollo tecnológico, además de nuevas inversiones", agregaron.
Con un tono más crítico, Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes Argentinas (IPA), planteó: "Ya a esta altura, no podemos pensar en que nos va a perjudicar con importaciones. En esta situación que hoy vivimos de importaciones indiscriminadas, especialmente de China, la Unión Europea no es un problema".
De hecho, destacó que el acuerdo puede servirles "para intercambio tecnológico y buscar el desarrollo en algunos sectores que hoy la Argentina tiene a través de los recursos naturales y que puede ser beneficioso pensando en estrategias en común con empresarios de Europa".
Desde otras cámaras industriales también se pronunciaron a favor. "Tenemos expectativas de que abra oportunidades con exportaciones europeas y transferencia tecnológica para la Argentina", argumentaron.
Aunque también destacaron que "este tipo de acuerdos requiere que se reduzcan asimetrías, se mejore la competitividad, trabajar sector por sector para buscar oportunidades en exportaciones y tener políticas compensatorias para los productos en los que se bajan aranceles a nivel local".
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