Hace tiempo que los inversores querían algo parecido a un rally. Finalmente, ayer y a pesar de un arranque negativo de la mano de las malas nuevas de Nortel, lo tuvieron. Lo que es mejor, la suba se presentó incluso con un incremento del volumen que alcanzó 1.670 millones de papeles en el mercado tradicional y 2.625 millones en el electrónico. El primer impulso alcista vino de la mano del anuncio que el índice que elabora el NAPM trepaba a 50,2% frente a 43,8% que decían esperar los analistas. Pero no todo fue el anuncio de que la entrega de mercaderías se incrementó. A esto se sumó el anuncio que Cisco ratificaba sus perspectivas de ganancias (el papel voló ganando 21,52%), y lo que para muchos fue lo más importante del día, el anuncio del presidente Bush quien propuso formalmente un paquete de estímulo a la economía de hasta u$s 75.000 millones. A esto hay que sumarle el resurgimiento de rumores sobre una inminente acción militar. Con este cóctel explosivo, las acciones simplemente se movieron hacia arriba durante todo el resto del día. Para cuando volvía a sonar la campana en el NYSE, si bien el NASDAQ había cedido casi 1%, de todas maneras marcaba la mayor suba desde el 18 de abril, ganando 5,93%, aunque lo mejor se vivió claramente en las empresas fabricantes de semiconductores que llevaron al índice de la Bolsa de Filadelfia a ganar 9,64%. Si bien las cosas resultaron mucho menos espectaculares entre las blue chips, ya que el Promedio Industrial trepó 1,93% cerrando en 9.123,78 puntos, el hecho de que el índice volviera a quedar por encima de la línea de los 9.000 fue una de las mejoras noticias para quienes apuestan a este tipo de papeles. Hasta aquí la historia observada desde un punto de vista local. Curiosamente, y si bien fueron perdiendo algo de terre-no durante el día, los Bonos del Tesoro igualmente quedaron del lado ganador llevando a que la tasa de 10 años retrocediese a 4,48%. A esto hay que sumar la caída de los principales commodities, donde el petróleo registró una nueva merma bajando a 22,01 dólares por barril y otros, como el café, marcaron el mínimo en 25 años, la baja de la mayor parte de las Bolsas del exterior y el dólar trepando sin necesidad de intervención ni nada parecido a 120,68 por yen y 91,33 centavos por euro. Con todo esto a la vista, casi no hace falta decirlo, ya que además se vio claramente en el mercado: el resto del mundo se volcó a buscar refugio en Wall Street. Sólo esperemos que esto no se extienda por mucho y que los americanos compren América.
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