18 de octubre 2008 - 00:00

Bush y Sarkozy anunciaron una cumbre financiera mundial contra la crisis

Bush y Sarkozy anunciaron una cumbre financiera mundial contra la crisis
El presidente George W. Bush anunció ayer que Estados Unidos albergará una cumbre internacional para abordar la crisis financiera, al reunirse en Camp David con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, y el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

"Espero albergar la reunión en el futuro cercano, para asegurarnos de que esta crisis no vuelva a ocurrir", dijo Bush luego de dar la bienvenida al retiro presidencial de Camp David (Maryland, este) a Sarkozy y Barroso, para hablar precisamente sobre la crisis.

"Mientras hacemos los cambios necesarios concernientes a los órganos reguladores y las instituciones para evitar una repetición de esta crisis, es esencial que preservemos los fundamentos del capitalismo democrático", advirtió el presidente estadounidense.

"Esta cumbre debe llevarse a cabo rápidamente, quizás antes de fines de noviembre", insistió por su parte Sarkozy, sugiriendo que tenga lugar en Nueva York, de donde "salió la crisis".

"Queremos construir el nuevo mundo del siglo XXI mano a mano con ustedes. No hay que perder tiempo. Queremos una cumbre del G8 sin duda con el G5", compuesto por China, India, Sudáfrica, México y Brasil, prosiguió el jefe de Estado francés, que propuso construir "el capitalismo de mañana".

Poco antes de este encuentro, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, brindó su "firme apoyo" al presidente francés para la realización de una cumbre "a más tardar en diciembre".

La reunión de Camp David tiene lugar tras una semana caótica en los mercados financieros completamente "maniaco-depresivos", según el premio Nobel de Economía de 2008 Paul Krugman.

A pesar de esta montaña rusa, las principales bolsas europeas progresaron durante la semana: Paris ganó 4,8%, Londres 3,3% y Frankfurt 5,2%.

El panorama fue más mitigado para la Bolsa de Nueva York: incapaz de confirmar su rebote del jueves, el Dow Jones cedió el viernes 1,4% en medio de un mercado altamente volátil, aunque en una semana el índice ganó 4,7%.

A la cabecera de la crisis, los estadounidenses parecían hasta ahora mucho menos dispuestos a actuar que Sarkozy y los europeos.

Estos últimos quieren una reforma real y completa, una suerte de nuevo Bretton Woods, el conjunto de acuerdos que gobiernan desde 1944 el mundo de las finanzas internacionales.

Bush admitió el viernes la necesidad de tomar recaudos para que los desarreglos de la máquina financiera que amenazan en estos días con recalentar toda la mecánica económica mundial no se vuelvan a producir.

Pero no se comprometió a una reforma más allá del sistema estadounidense, lo cual, de todos modos, recaería en su sucesor desde enero de 2009, en tanto los europeos proponen una forma de supervisión mundial de los mercados que adelantaría el Fondo Monetario Internacional.

Sarkozy, por su parte, exhortó nuevamente el viernes a extraer lecciones de la crisis y advirtió contra el riesgo de no ver en ésta más que un "paréntesis" tras el cual todo podría "recomenzar como antes".

A riesgo de irritar a los estadounidenses, el mandatario francés se refirió al surgimiento de un "mundo nuevo".

"Este mundo nuevo, o bien logramos regularlo, organizarlo, moralizarlo, y entonces de esta crisis saldrá un progreso para la humanidad, o bien no lo logramos y cada uno por su lado, los egoísmos, los fanatismos, la lógica del enfrentamiento prevalecerán, y así, este mundo será tal vez peor que el que hemos conocido", dijo ante la Asamblea Nacional de Quebec.

La Casa Blanca había advertido que no debía esperarse demasiado de las discusiones de Camp David. Bush recibe a Sarkozy y Barroso porque ellos "están en el vecindario", en el camino de regreso entre Canadá y Europa, dijo su portavoz, Dana Perino.

"Les puedo asegurar que no creo que se reescriba Bretton Woods" este sábado en Camp David, bromeó Perino.

Los europeos, que le reprochan a Estados Unidos haber dado rienda suelta a banqueros e inversores en nombre del principio sacrosanto de la libre empresa, se felicitan de haber logrado coordinar sus acciones durante la crisis y asumir un papel cuestionando el "liderazgo" norteamericano.

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