El déficit fiscal del Sector Público Nacional No Financiero (SPNF) se ubicará en torno al 3,3% del PBI, mejorando en 3,1p.p respecto a 2020 descontando el ingreso extraordinario de los DEG a las reservas del Banco Central (BCRA). Sin embargo, algunos factores que estuvieron presentes para lograr estos resultados en 2021 no estarán en 2022. ¿Cuál es el margen de maniobra que tiene el gobierno para encarar un nuevo año tras la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)?
Política fiscal 2022: con menos margen de maniobra, el desafío del Gobierno será crecer más
Según la consultora Ecolatina, el gobierno deberá mejorar fuertemente la recaudación si quiere evitar un ajuste. Para el cierre de 2021, se espera que el déficit fiscal del Sector Público Nacional No Financiero se ubique en torno al 3,3% respecto al 6,4% de 2020.
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Este pronóstico responde al último informe de la consultora Ecolatina, en el que enumera una serie de factores que beneficiaron este buen resultado en 2021: uno de ellos es el fin de los dos principales programas (ATP e IFE) y la reducción de las transferencias a las provincias. Esto mejoró la perspectiva de déficit fiscal en 2,1 p.p.
Por su parte, los ingresos tributarios -excluyendo los provenientes del comercio exterior- no aportarían tan significativamente a la dinámica del resultado fiscal del 2021. Si bien la recaudación de impuestos ligados al mercado interno y al mercado laboral tuvo un esperable comportamiento cíclico -cayendo en 5% en términos reales en 2020 y aumentando 7% en 2021- en términos del producto no mostrarían una gran variación este año.
Distinto es el caso de los recursos ligados al comercio exterior -especialmente retenciones- que se vieron beneficiados no sólo por la recuperación de los volúmenes intercambiados, sino por el fuerte salto de precios internacionales. En materia de recursos, los ligados al comercio exterior explican una mejora de 0,8 p.p. del PBI en el resultado primario nacional.
"Más allá de estos efectos “positivos” sobre las cuentas públicas que tuvo la salida de la pandemia -considerando que la suba de precios internacionales también forma parte de ese ciclo de salida- el resultado primario también mejorará por otros elementos", expresó el informe de la consultora.
Otros factores son:
- El alza de la inflación que rondará los 50% impactó en la fórmula de movilidad jubilatoria (indexa aproximadamente un 40% del gasto primario) que quedará en promedio detrás de los precios. "Si bien entre puntas (diciembre-diciembre) la fórmula de movilidad mostrará un aumento similar a la inflación (52,7%), en promedio el alza se ubicará en torno de 38%, 10 p.p. por debajo de la inflación promedio y casi 25 p.p. por debajo del PIB nominal. De esta forma, el gasto ajustable por movilidad crecería alrededor de 40% i.a., cayendo 1,5% del PBI este año".
- Aporte solidario y extraordinario contribuyó en una mejora del 0,5% del PBI.
- Gasto en remuneraciones y transferencias a universidades crecería 15p.p por debajo del PBI nominal, mostrando una reducción del 0,3% del PBI.
De este modo, el gobierno logró "computando la totalidad de efectos positivos y negativos se explica la transición desde el déficit de 6,4% del PBI en 2020 al 3,3% del PBI en 2021".
Qué factores no se repetirán en 2022
Para Ecolatina, el primero de ellos es que a priori no estaría el Aporte Extraordinario, lo que implica un deterioro inercial adicional de 0,5% del PBI. El segundo elemento concierne justamente a la movilidad previsional, que en 2021 fue de menor a mayor: si bien en el promedio anual crecería casi 40% i.a., a diciembre el crecimiento “punta a punta” superará holgadamente el 50% i.a., dejando un importante efecto “arrastre” para 2022.
"Considerando nuestras proyecciones macroeconómicas, el gasto en movilidad aumentaría algunos puntos por encima del 50% en 2022, lo que podría implicar una leve suba en términos del PBI. Similar comportamiento tienen los salarios: pensando en una paritaria similar a la inflación proyectada, por el efecto “arrastre” las erogaciones también podrían aumentar levemente en términos del PBI", expresó Ecolatina.
En este sentido, la consultora expresa que los desafíos para 2022 son difíciles para el Gobierno: "Toda mejora de ingresos debería provenir por una mejora de la recaudación asociada a un mayor dinamismo de la actividad económica, lo que difícilmente suceda en 2022. Si bien existen potenciales alzas -como el fin de algunas exenciones vigentes en el marco de la pandemia- también resulta claro que existen riesgos por el lado del efecto de los precios internacionales en los recursos del comercio exterior".
"Además, considerando que el gasto ajustable por movilidad, salarios y universidades representan 55% del gasto primario, el margen de acción se acota a menos de la mitad del gasto. Es parte es sumamente sensible: comprende subsidios -que implica subir tarifas-, gasto de capital, programas sociales y transferencias a provincias -muchas de las cuales están establecidas por Ley-. De esta manera, el cuadro de la política fiscal para 2022 luce desafiante: la mejora en 2021 fue significativa, pero apuntalada por efectos que no estarán en 2022. Esto deja un déficit inercial mayor al registrado este año, pero lo más preocupante es que si bien luce manejable, existen espacios acotados para actuar", concluyó Ecolatina.
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