20 de noviembre 2023 - 05:10

Expectativa por las primeras medidas de Javier Milei en un difícil contexto económico

Tras el triunfo en el balotaje, Javier Milei enfrenta un contexto económico muy desafiante, según todos los analistas, para el que se requieren correcciones profundas y rápidas.

Javier Milei, presidente electo, asumirá el 10 de diciembre.
Javier Milei, presidente electo, asumirá el 10 de diciembre.
Joel Coroleu

Tras el triunfo en el balotaje, Javier Milei enfrenta un contexto económico muy desafiante, según todos los analistas, para el que se requieren correcciones profundas y rápidas.

La primera duda que se plantea es cómo reaccionarán los mercados que, en los últimos días, parecieron no apostar a un triunfo del libertario. En la última semana, el Banco Central logró sostener las compras netas (u$s 280 millones), los contratos a futuro del dólar se mantuvieron relativamente estables;cayeron las cotizaciones de los bonos duales y dólar link, la brecha cambiaria se mantuvo y los depósitos privados (tanto en pesos como en dólares) mostraron una leve recuperación.

Tras reconocer la derrota, Sergio Massa informó que se comunicó con el presidente Alberto Fernández para encarar la transición. Anticipó que “le hemos además planteado a presidente electo y al presidente de la Nación la responsabilidad de este mismo lunes poner en marcha mecanismos de enlace y transición de recambio democrático para que los argentinos en los próximos 19 días no tengan ni dudas ni incertidumbres respecto del normal funcionamiento económico, social, político e institucional”.

Los desequilibrios, el primer desafío para Javier Milei como presidente

El nuevo presidente deberá enfrentar la corrección de distintos desequilibrios que enfrenta la economía en un complejo contexto social. Al respecto, en su última actualización, la Universidad Torcuato Di Tella calcula que el 42,9% de los argentinos son pobres.

Pero este dato resulta más preocupante si se toma en cuenta que se registra pese a que distintos precios de la economía están retrasados. La inflación reprimida, tomando como referencia mediados de 2019, ronda el 35%, según Ecolatina. En ese momento las tarifas públicas no cubrían el 100% de los costos de generación, pero tampoco estaban tan lejos, no había controles de precios ni tampoco cepo.

Si se quisiera volver a esa “situación más cercana al equilibrio”, la pobreza podría llegar a aumentar cerca de 5% de la población y llevando el total a ubicarse en torno de 47%, un nivel de pobreza solo visto en la historia reciente durante la crisis de la Convertibilidad, según cálculos del economista Federico Moll de esa consultora.

La nueva administración se hará cargo en un contexto de inflación desatada. De acuerdo con la previsión de los analistas privados, reflejada en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), 2023 culminará con una suba de precios de 185% y prevén que a doce meses vista, en octubre de 2024, se ubique en 203%.

Esto en un contexto de retracción económica, como consecuencia en buena medida de la fuerte sequía que afecta al campo. El consenso de los analistas espera un retroceso de 2% en el Producto Bruto Interno durante este año en comparación con el anterior.

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Precisamente en el sector externo es donde se concentran buena parte de los desequilibrios. Las estimaciones privadas arrojan que las reservas netas en poder del Banco Central son negativas en cerca de u$s 10.000 millones y los importadores calculan que la deuda por compras en el exterior aumentó en u$s 20.000 millones por encima del flujo normal de financiamiento.

Se calcula que el intercambio comercial del año será negativo en unos u$s 6.500 millones. La buena noticia es que, superadas las condiciones climáticas desfavorables, el resultado entre exportaciones e importaciones dejaría un saldo favorable de unos u$s 9.900 millones en 2024.

Dólar: como seguirá el tipo de cambio

El tipo de cambio es un aspecto crítico que deberá corregir la próxima conducción del Palacio de Hacienda. Cálculos privados arrojan que hoy el dólar oficial se encuentra retrasado 17% con relación al promedio del período 2016 a 2019 y 37% si la comparación se efectúa contra el lapso 2003 a 2015.

Los analistas que participan en el REM pronosticaron el tipo de cambio oficial en $382 por dólar para el promedio de noviembre de 2023, pero esperan que llegue a $812 en abril del año próximo -113% de aumento-.

Uno de los datos positivos que presenta la coyuntura es la relativamente baja tasa de desocupación, que se sitúa en 6,9%. Sin embargo, la actividad caería 1,3% el año próximo, según Latin Focus Consensus Forecast y la tasa de desempleo llegaría a 7,3% en el primer trimestre de 2024 (según el REM).

La mayoría de los economistas considera que el déficit del Estado Argentino es una de las tareas más urgentes a resolver. El déficit primario llegaría el año en curso a 3,2% del PIB, sube a 5,4% cuando se agrega el pago de intereses de la deuda y alcanza la exorbitante cifra de 14,4% cuando se agrega el déficit cuasifiscal del Banco Central, según los cálculos de Ramiro Castiñeira y Samuel Kaplan de Econométrica.

El desequilibrio del BCRA se explica por el crecimiento de las LELIQ más los pases remunerados que hoy representan 3 veces la base monetaria (hasta fines del año pasado este ratio se había mantenido siempre por debajo de 2 y entre 2003-13 había promediado 0,5). De esta forma, lo que se devenga por intereses por el stock de pasivos remunerados, se estaría generando una nueva base monetaria cada 1,4 meses. Para tomar dimensión, hace un año esta métrica estaba por encima de 5 meses y en 2020 por arriba de 25 meses.

Estos datos surgen de un análisis de pxq. Sin embargo, la consultora que dirige Emanuel Álvarez Agis considera que “las LELIQs son el síntoma antes que la enfermedad, y el desafío pasa por resolver los problemas macroeconómicos que determinan el crecimiento de las LELIQs.”

Explica que entre los años 2011-9 la relación de préstamos al sector privado sobre activos fue de 45%, mientras que hoy se ubica en 27%. En paralelo, el ratio préstamos al sector público sobre depósitos está en máximos históricos. Esta es una de las explicaciones del crecimiento de los pasivos remunerados: “es la contracara de la baja demanda de préstamos del sector privado, lo cual responde a una economía estancada y con alta inflación”.

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Otro factor que llevó a un crecimiento de los pasivos remunerados fue el desarme de títulos del Tesoro en peso por parte de los bancos (sobre todo durante 2022). La preferencia por riesgo BCRA contra el riesgo del Tesoro llevó a un incremento de las LELIQs en relación a la deuda en pesos del Tesoro.

Asimismo, debe observarse la caída en el circulante que se encuentra en mínimos históricos – menos de 3% del PIB, cuando en 2013 llegó a 8%- como no podía ser de otra forma en momentos en que la aceleración de la inflación lleva a que la gente reduzca al máximo la tenencia de pesos.

En conclusión, el estudio señala que “no hay que hacer nada con las LELIQs” y sí “trabajar es en un programa de estabilización que empiece planteando una salida razonable y sostenible del esquema de control de cambios con un férreo control de la inflación”.

Decisiones rápidas

Dados estos profundos desequilibrios macroeconómicos, se considera que el nuevo gobierno deberá actuar de manera rápida, tanto por razones políticas como económicas.

Las políticas se explican fundamentalmente porque en dos años habrá elecciones de medio término y si la nueva administración quiere mantener su caudal político, lo lógico sería aplicar los remedios desagradables lo antes posible.

En cuanto a las cuestiones económicas, se considera que, cerradas las fuentes de financiamiento (tanto interno como externo), no siendo posible aplicar más regulaciones y sin recursos a los que echar mano, el nuevo gobierno no tendrá otra salida que corregir las cuentas.

Desde este punto de vista, un dato no menor es que el año que viene es el último con pagos relativamente bajos en los servicios de deuda al exterior, por unos U$S 8.000 millones. Pero estos pagos escalan a u$s 12.000 en 2025 y más en los años sucesivos. Así, en dos años el país debería poder volver a lograr acceder a los mercados de crédito y de esta forma evitar una nueva crisis de deuda.

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