3 de febrero 2022 - 00:00

Nueva queja de bonistas que entraron al canje (ahora apuntan al FMI)

Fondos exigían un mayor ajuste. Los precios de los títulos públicos emitidos luego del canje aún cotizan en zona de default.

FMI

Los fondos de inversión están disconformes y enojados. Y no sólo con Argentina, lo que ya es un clásico. Sino que ahora también con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los tenedores de deuda local emitida durante el proceso de reestructuración que cerró en agosto de 2020 consideran que el organismo que maneja Kristalina Georgieva no fue lo suficientemente duro con el país; y que el camino fiscal cerrado para el período 2022-2025 es demasiado flexible y poco exigente. Y que el Fondo comete un error enorme al no exigirle al gobierno de Alberto Fernández que firme un acuerdo que incluya estrictas reformas estructurales. Y que, en definitiva, se corre peligro de incumplimiento ante el poco nivel de exigencia que se le obligará a aplicar al país en el Facilidades Extendidas que demandará un período que cerrará en 10 años.

Algunos de los bonistas participaron el martes de la videoconferencia que el director gerente para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfjan, brindó a un puñado de invitados del mercado financiero internacional identificados por operatorias con Buenos Aires; y las respuestas del brasileño-israelí no los satisfizo. Todo lo contrario. El funcionario del Fondo habló de un plan “realista”, de la imposibilidad de obligar a la Argentina a aplicar reformas estructurales de fondo como laborales, previsionales o fiscales; y defendió el gradualismo con el que se cerraron las metas de déficit primario a seguir por parte de la Argentina. Esta actitud enervó a los tenedores de la deuda criolla, que esperaban una actitud más firme, dura y directa desde el Fondo; no explicaciones sobre porqué se fue flexible con el gobierno de Alberto Fernández.

Los tenedores de la deuda se mantienen organizados en tres grupos de acreedores, los mismos que se formaron durante el duro período de negociaciones durante el 2020, y que presionaron para mejorar las condiciones del canje. Luego del proceso permanecieron agrupados el Argentina Exchange Bondholders y el Ad Hoc Bondholders Group (junto con el Comité de Acreedores, los tres grupos del 2020), para ejercer presión sobre el Fondo y custodiar el precio de los títulos públicos reestructurados.

Periódicamente, especialmente al ritmo de la caída de los precios hacia los actuales niveles de default, fueron presentando comunicados y declaraciones públicas criticando la marcha del manejo de la economía argentina y reclamando al FMI que acelere las presiones por un Facilidades Extendidas. La última presencia pública de los bonistas había sido el primero de diciembre, cuando el Ad Hoc le había exigido al Fondo través de un comunicado difundido desde redes sociales que presione para que el acuerdo se acelere y que se aplique un duro plan de ajuste para los próximos 10 años. Y que este les garantice que el país obtendrá hacia el 2025 en adelante los dólares suficientes como para cumplir con el compromiso de pago firmado en el momento del canje. Sólo así, consideran, sus bonos volverían a detentar cierta competitividad en los próximos meses que les haga recortar las pérdidas. Y, eventualmente, poder colocarlos en los mercados perdiendo la menor cantidad de dólares posibles.

En el mensaje se afirmaba que “el Gobierno argentino está entrando en su tercer año sin articular un plan económico. Analizamos los problemas en febrero y nada ha cambiado. Dirigir una economía no debe ser un ejercicio político ni académico. Requiere soluciones reales, no dilaciones y fantasías interminables”. Prácticamente la misma posición que muchos de los bonistas que estuvieron presentes reclaman hoy, y critican al FMI. De hecho, ayer hubo intercambio de comunicaciones entre los tenedores de deuda que ayer participaron de la exposición de Goldfjan y potenciaron su espíritu crítico.

La posición de los bonistas es en realidad compartida por Wall Street y los mayores operadores financieros internacionales. Esto quedó ayer en claro en la publicación del Financial Times, que se refirió al acuerdo alcanzado entre Argentina y el FMI cuestionando las condiciones en que el organismo cerró el entendimiento. En un artículo titulado “el acuerdo del FMI con Argentina necesita condiciones más duras”, el medio dejó marcada su postura sobre la negociación.

“Decir que Argentina tiene una historia problemática con el FMI es quedarse corto. Una nación relativamente rica, el exportador de granos de América del Sur ha negociado no menos de 21 acuerdos con el FMI desde que se unió en 1956. La mayoría ha fracasado. Hay pocas razones para pensar que el vigésimo segundo acuerdo que se está negociando ahora tendrá más éxito”, comienza el texto.

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