13 de octubre 2022 - 15:50

Según el FMI, América Latina enfrenta un shock financiero global

En el documento, dado a conocer este jueves en Washington también se puntualiza que en la región "la inflación permanece elevada".

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“Mientras los países latinoamericanos continúan lidiando con los efectos de dos shocks anteriores, la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, se enfrentan a un tercero: el endurecimiento de condiciones financieras mundiales”. Así lo señala un informe del Fondo Monetario Internacional elaborado por los economistas Santiago Acosta Ormaechea, Gustavo Adler, Ilan Goldfajn y Anna Ivanova, de la división del Hemisferio Occidental del organismo. En el documento, dado a conocer este jueves en Washington también se advierte que en la región “la inflación permanece elevada”.

El FMI evalúa que el impulso de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe actualmente es positivo, como refleja el retorno a los niveles previos a la pandemia de la actividad de los servicios y el empleo. En este sentido juegan las “favorables condiciones externas” que se refleja en altos precios de los productos básicos, una fuerte demanda externa y la reactivación del turismo.

Esto ha llevado a varias revisiones al alza del crecimiento este año. Para Latinoamérica y el Caribe el Fondo ahora proyecta un crecimiento de 3,5%, medio punto más que la previsión anterior, correspondiente a julio pasado.

Pero los economistas advierten que “el financiamiento es cada vez más escaso y costoso a medida que los principales bancos centrales elevan las tasas de interés para domar la inflación”.

Se están desacelerando los ingresos de capitales a los mercados emergentes y aumentando los costos de endeudamiento. A su vez, las tasas de interés domésticas en los mercados emergentes también están subiendo a medida que sus bancos centrales aumentan las tasas para combatir la inflación y en respuesta al menor apetito por activos de riesgo por parte de los inversores.

Estos factores, pronostican, tendrán como resultado “una desaceleración en la actividad” en Latinoamérica ya que los mayores costos financieros pesarán sobre el crédito doméstico, el consumo privado y la inversión.

Se recuerda, además, que las mayores tasas de interés en el mercado internacional están presionando a la baja en los precios de las materias primas, afectando en consecuencia a los países exportadores.

Se señala que la incertidumbre acerca del futuro de las tasas de interés y sobre si será posible controlar de manera “suave” (soft landing) la inflación supone la posibilidad de aumentos en la volatilidad de los mercados y una mayor aversión al riesgo de los inversores. En otras palabras, el documento advierte que “la transición hacia un escenario de mayores tasas de interés globales puede ser accidentada”.

Dado este cambio en las condiciones externas, se prevé que la región desaceleraría su crecimiento a 1,7% el año que viene. De esta forma, los países exportadores de Sudamérica, México y algunos del Caribe verían reducida su expansión a la mitad. Es el caso de la Argentina, ya que el Fondo prevé que el crecimiento se ubique en 2% el año próximo, contra 4% del presente.

Inflación

A pesar de la desaceleración en el crecimiento, los economistas del Fondo creen que la “obstinada inflación” continuará por cierto tiempo. Se considera que la suba de las tasas de interés dispuesta de los bancos centrales de la región ayudará a contener los índices, pero se esto llevará tiempo hasta que tenga impacto en contener la demanda interna y provocar presiones a la baja en los precios.

Se citan los casos de países como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú donde la inflación recientemente llegó a los niveles más altos en dos décadas, de 10% anual.

El FMI estima que hacia fin de año la inflación en esos cinco países llegará a cerca de 7,8% y se ubicará en aproximadamente 4,9% sobre la culminación de 2023. Para la Argentina, las proyecciones son coincidentes con las incluidas en el proyecto de presupuesto: 95% para este año y 60% para el próximo.

En general los bancos de la región muestran una situación “saludable” que mitiga los riesgos de stress financiero, pero se observan algunos aspectos vulnerables. Por ejemplo, se evalúa que la deuda corporativa “ha crecido considerablemente en la última década, especialmente fuera del sistema bancario”, de donde monitorear estas vulnerabilidades es considerado clave para identificar posibles fuentes de tensión y tomar acciones preventivas.

El documento concluye que las prioridades políticas deben pasar por “reestablecer la estabilidad de precios y mantener la sustentabilidad fiscal al mismo tiempo de proteger a los sectores más vulnerables”.

Previsiones de crecimiento

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Previsiones de inflación

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