El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, reconoció ayer que el tema energético "preocupa mucho" al Gobierno que lo está "siguiendo de cerca", aunque desestimó que se trate de una "crisis".
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Según el ministro, se trata de "un problema de coyuntura", que el Gobierno busca que "afecte lo menos posible no sólo a los hogares, que no lo están sintiendo, sino también a los productores".
"Tenemos el conflicto de una demanda creciente, sostenida, que no para; esta ola de frío ha hecho que la demanda de gas en los hogares haya crecido más de un 20 por ciento repentinamente y está afectando el suministro de gas para la industria", aclaró Fernández, en declaraciones radiales.
Sin embargo, sostuvo que "estas situaciones puntuales" no se animaría "a llamarlas crisis" sino que "son específicas, especiales, tienen que ver con momentos de excepción".
"Crisis sería si no hubiéramos hecho nada para sostener el crecimiento en la Argentina, pero en crecer 40 por ciento no tuvimos problemas", aseveró el jefe de ministros.
En cuanto a la propuesta de algunos empresarios de ahorrar energía en espacios públicos, Fernández afirmó que el Gobierno está "trabajando en ese sentido".
El Gobierno ha venido "trabajado mucho pero evidentemente cuando el frío crece la demanda de gas domiciliaria aumenta y tenemos problemas con las lluvias que afectaron a las hidroeléctricas", explicó el ministro.
"Todo esto combinado lleva a que se complique el suministro de energía", admitió Fernández.
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